Hoy, Amanda, cumple dos años. Es divertida, traviesa, alegre, cariñosa, autónoma, coge los bichos, toca los animales, juega con las olas… «una bichita»…
Amanda está en la etapa de aprender a hacerlo todo, pero quiere hacerlo ella sola, no quiere ayuda nada más que cuando ella la pide, quiere subir sola las escaleras, comer sola (sea como sea, alterna la mano con la cuchara y el suelo también se beneficia de su comida), quiere hacer las construcciones sola, cuando algo se le resiste lo intenta y si no, pide ayuda…
Amanda cuenta para todo con su hermana, Emma le habla con paciencia, le explica todo, le está enseñando mucho y le sirve como modelo de sus juegos, de sus palabras, de su comportamiento, de sus emociones… diríamos que es su modelo a seguir.
A Amanda le gusta que le leamos cuentos, se sienta a tu lado y ella va trayendo los libros que le gustan, pero si por medio no le gusta, lo cierra y va a por otro… parece como si ya conociera las recomendaciones de Pennac.
Amanda está aprendiendo a hablar, cada día se le ve el avance, está muy motivada y pronto nos deleitará con sus frases.
Amanda es una niña feliz, casi siempre está contenta y se ríe con mucha fuerza, excepto cuando está cansada y tiene sueño.
La ayuda familiar en este momento es una vez más de acompañamiento, se le muestran cómo se hacen las cosas y después se le deja que ella experimente, que se equivoque, que practique, solo de esta forma estará haciendo su esquema mental que irá configurando su carácter y su inteligencia, es difícil, lo reconozco, es más fácil darle de comer a dejar que lo ponga todo perdido y después tengas que limpiar, pero es la única forma de que ella aprenda sola y vaya adquiriendo las habilidades necesarias para ir desenvolviéndose con autonomía en el mundo que la rodea. Nuestra presencia para ella es indispensable pero debemos saber guardar la distancia necesaria cuando ella se pone con sus juegos y sus actividades, de esta forma, como dice Céline Álvarez, Amanda tendrá plenamente la capacidad de desarrollar las funciones esenciales de su inteligencia.
Amanda, te regalo un poema de mi querida Gloria Fuertes