Necesitamos una escuela para todas las personas en la que se den posibilidades diversas de desarrollarse personalmente.
La educación es tan importante que ayudará al niño a ser feliz y posteriormente colaborará para disfrutar de una sociedad más feliz también.
Porque una infancia turbulenta puede marcar al adulto para toda su vida. Bien es verdad que aquí hablamos de una conjunción de familia y escuela, las dos partes deben trabajar al unísono en el desarrollo de los niños y niñas. Las familias deben acercarse a la institución en la que se educa a sus hijos e hijas pero la escuela debe abrir las puertas y crear canales de comunicación entre ambas partes. Ninguna de ellas puede trabajar de forma aislada, esto que es evidente y todos los reconocemos, a la hora de la verdad, en la mayoría de los casos se percibe como un muro infranqueable porque las familias abandonan a sus hijos en manos de los maestros y maestras y las escuelas piensan que las familias no tienen nada que decir en cuanto a la forma de educar y de enseñar a su alumnado, esta es la triste realidad.
No eliminemos la creatividad de nuestro alumnado en las escuelas, no estandaricemos la educación porque podemos estar ocultando talentos y hacer que personas con capacidades altas se conviertan en presonas frustradas en el futuro.
«Su hijo no se compromete» «La familia no lo apoya» Dice Tonucci que estas son frases inaceptables, necesitamos una escuela para todas las personas, sean como sean. Ahí deben estar las habilidades del profesorado que tiene que adaptarse a las inteligencias múltiples, según nos recomienda Gardner. Que ninguna persona tenga frenadas sus posibilidades por culpa de la escuela.
«Tener un buen maestro, debe ser el primer derecho en los estudios del niño» «Un buen maestro no puede hacer una mala escuela, a pesar de las leyes que tengamos…»
Un proyecto en marcha que puedes ver en ODRE:ORG y que se explica en el vídeo que ponemos a continuación