Si al principio de curso el horario que le ha salido al profesor o profesora es bueno estará contento durante el año, mientras que si tiene un horario «malo» te lo estará echando en cara durante todo el curso y la cuesta se le hará interminable.
En Primaria los horarios están unificados, se entra a las nueve y se sale a las dos (Con las horas de extraordinaria correspondientes, que también están unificadas) En Secundaria la docencia directa son menos horas de las que el alumnado permanece en el centro (30 horas) y esto conlleva a que los horarios del profesorado puedan cambiar, tengan huecos, se sientan perjudicados o beneficiados por el equipo directivo que los hace…
En el primer claustro del curso se entrega un papel donde el profesorado debe poner sus preferencias personales (entrar más tarde, salir más temprano, acumular las horas a mitad de la semana o al final de la misma…) con la intención de que puedan ser atendidas por parte del equipo directivo que hace los horarios.
Los horarios se hacen, en la mayoría de los centros, con un programa informático al cual hay que meterle los condicionantes que son muchos: coincidencias de los grupos para las optativas,un tutor o tutora por grupo con su correspondiente hora, coincidencias de grupos para Religión, que no se dé una materia dos veces al día, tener en cuenta si hay dos profes para desdoblar grupos…
Cuando se recogen las preferencias te encuentras que la mayoría ha señalado el viernes para salir antes o entrar más tarde el lunes… el programa, una vez metidos estos condicionantes, empieza a marchar pero llega un momento que empieza a dar vueltas y vueltas y no puede colocar alguna de las materias… en este caso hay que quitar preferencias y dejarlo que siga funcionando, así se lleva un día entero, en algunos casos más de un día.
En el claustro de presentación de horarios hay que dar toda la información, pienso que la gente debe saber todas las causas que condicionan las decisiones tomadas por parte del equipo que coordina las tareas del centro.
A pesar de esto siempre hay personas que se sienten perjudicadas y otras que se alegran porque se han atendido sus peticiones. En mis últimos años de docencia he visto que la mayoría del profesorado estaba contento con su horario y esto significaba un buen comienzo del curso, tener a la gente contenta con sus horarios no es baladí.
Hay momentos en que tu vida profesional se ve mediatizada por circunstancias personales y eso hay que entenderlo, el nacimiento de un hijo, la enfermedad de un familiar, la atención especializada a algún miembro de la familia… puede hacer que no dediques de tu tiempo personal todo el que te gustaría para tu trabajo.
Porque no cabe la menor duda que el profesorado echa mucho tiempo de su horario personal trabajando en casa y esto nadie se lo valora, es solo pura tranquilidad personal, preparando clases, leyendo, buscando experiencias, corrigiendo exámenes, comunicándose con otros compañeros para intercambiar experiencias, buscando materiales adecuados para su alumnado…
Al igual que el alumnado, el profesorado necesita una estabilidad emocional para acudir a clase y necesita que se le valore y se le reconozca lo que hace, somos personas y tenemos nuestro corazoncito, que no se le olvide al personal que dirige.
Por el motivo anteriormente relacionado creo que el equipo directivo debe abrir las puertas de los despachos y escuchar al personal, los papeles se cumplimentarán después. Es importante para la mejora del clima del centro que haya unas relaciones positivas y que haya un clima que favorezca el entendimiento.
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