«Zygmunt Bauman, sociólogo y filosofo, es conocido por ser el creador del concepto de modernidad líquida.
Vivimos en tiempos de acelerados cambios socioculturales provocados en parte por el impacto transformador de las tecnologías digitales. Son tiempos líquidos y la educación requiere nuevos modelos para construir una identidad digital como sujetos con capacidad de sobrevivir y surfear en estas aguas turbulentas.
En su libro ‘LOS RETOS DE LA EDUCACION EN LA MODERNIDAD LIQUIDA’ Zigmunt Bauman parte de lo que llama el “síndrome de la impaciencia”, un estado de ánimo que considera como abominable el gasto del tiempo. Así, el consumismo característico de estos tiempos no se define por la acumulación de las cosas, sino por el breve goce de éstas.
Desde esta visión se ve a la educación como un producto, más que como un proceso. Así la educación parece abandonar la noción del conocimiento útil para toda la vida, para sustituirla por la noción del conocimiento de “usar y tirar”»
Podéis ver el vídeo de una entrevista al autor aquí.
Este pequeño libro de 46 páginas, encierra toda una teoría explicada con claridad. Desde su prólogo es interesante, en él Violeta Núñez recurre a Borges para recordar qué es el prólogo de un libro:
«Que yo sepa, nadie ha formulado hasta ahora una teoría del prólogo. La omisión no debe afligirnos, ya que todos sabemos de qué se trata. El prólogo, en la triste mayoría de los casos, linda con la oratoria de sobremesa o con los panegíricos fúnebres y abunda en hipérboles irresponsables que la lectura incrédula acepta como convenciones del género… El prólogo, cuando son propicios los astros, no es una forma subalterna del brindis; es una especie lateral de la crítica»
Empieza Bauman el libro fijándose en la Modernidad Líquida y nos hace reflexionar sobre las oportunidades que actualmente nos han hecho desterrar lo que antes hacíamos de buen gusto y que hoy lo consideramos una pérdida de tiempo (poca gente hace hoy una sopa de verduras, una salsa de tomate, un caldo, una mayonesa… los tenemos en el supermercado y cada vez con mejores preparaciones) Cuando queremos algo tendemos a la satisfacción instantánea ¿para qué preparar un té si ya lo tengo embotellado? Carolin Meyer nos habla del síndrome de la impaciencia «Esperar se ha convertido en una circunstancia intolerable»
Pues evidentemente todo lo que pasa en la sociedad tiene su fiel reflejo en la educación, por eso ya no podemos estancarnos en lo que aprendimos en la carrera, hay que actualizarse a una velocidad de vértigo. «El apetito de conocimiento debería hacerse gradualmente más intenso a lo largo de toda la vida, a fin de que cada individuo continue creciendo y sea a la vez una persona mejor» y yo añadiría a esta cita «adaptada al tiempo en el que vive»
Fuentes consultadas
– Entrevista y texto de entrada
[…] Modernidad y educación líquidas […]