Esta es la carta que escribimos para el acto de homenaje de nuestra amiga Rocío, con ella llevamos compartiendo muchos momentos de nuestras vidas y no podíamos pasar por alto este día especial para recordarle lo mucho que la queremos y lo importante que ha sido para nuestra familia el que ella decidiera formar parte de la misma.
Mi maestra
Buenas tardes, al enterarse Lola hace unos días, que dejabas la profesión de educadora, para convertirte en una maestra de por vida, me dijo muy seria: “la tita Achi es mi maestra y me gustaría que le escribieras una carta para cuando se la puedas dar”. Hoy es el día, delante de tus amigos y amigas, de tus compañeros y compañeras y de tu familia, en el que te voy a leer esa carta, porque me parece que tú no vas a ver bien las letras con la emoción del momento que estás viviendo. Dice así la misiva que me dictó nuestra niña Lola.
Hola tita Achi, tú sabes que te quiero mucho, porque mis padres, mi tito Pedro y mi tita Bea, mi abuela Loly y mi abuelo José Antonio también te quieren y tienen muchos motivos, según me cuentan, para considerarte una más de nuestra familia por eso me han enseñado a quererte a mí también, aunque eso no se enseña, eso se vive estando a tu lado y yo por suerte, he tenido la oportunidad de estar muchos momentos contigo. Como me he enterado de que te jubilas quería decírtelo, por si no lo sabías y para que te quede claro, que con tu permiso, ese cariño continuará de por vida y cuando venga mi hermano también te va a querer porque yo se lo voy a contar.
Mis abuelos me enseñaron quién eras tú y creo que es un buen momento para contártelo.
Me dijeron que eres la culpable de que mi familia llegara, hace ya casi 20 años, a Isla Cristina, cuando los invitaste, como has hecho durante toda tu vida con mucha gente, a compartir tu casa, a veces en verano y también en otros momentos del año. Aunque también me dijeron que esa invitación tenía unas razones de trabajo que se convirtieron en amistad y bastante más. Me han contado muchos momentos en los que habéis viajado y compartido días inolvidables.
Gracias a esa invitación, mis abuelos se han quedado en Isla Cristina, aunque sea a tiempo parcial y no sea en tu casa, ya fueron bastante pesados durante demasiado tiempo. Isla Cristina, me cuenta mi abuela Loly, que es necesaria para su vida, la relaja mucho y ahora, que no tienes que depender del horario del trabajo, también será un tiempo de compartir más vivencias y más momentos.
También me cuenta, que en tu casa pasaron momentos estupendos y otros algo menos. De estos últimos no sé mucho y tampoco importan ahora. De los buenos, seguro que han sido muy buenos, porque siempre os reís mucho cuando los recordáis, pero también sé que a mi bisabuela, la abuela Dolores, le gustaba mucho venir a tu casa y pasarlo muy bien en tu compañía. Yo no la conocí, pero sí conozco a tu madre, mi amiga María, y también la quiero mucho y me gusta mucho jugar con ella, es como si fuera la bisabuela que no tengo.
Y hablando de tu mamá me gustaría decir otra cosa, que dicen mis abuelos que hiciste, fue meternos en tu familia, hasta el punto que yo soy tu quinta niña: Pilar, María, Cristina, Kina y… Lola. Gracias tita Achi.
Quería decir otra vez, a todas las personas que estáis aquí, que la tita Achi es mi maestra. Me ha enseñado a disfrutar con las cosas que hago con ella: pintar, jugar, bailar, cantar, leer… aunque a veces se pone muy mala y hace de niña horrible y me grita, me tira de los pelos, me asusta, me tira arena, me echa agua y yo me lo paso tan bien con esas barbaridades que siempre que la veo, espero que se porte como una niña mala, porque sé que es una manera de aprender a ser mejor y que lo hace para divertirnos porque ella es muy buena conmigo y con todos nosotros.
Nos has abierto al conocimiento de Isla Cristina y de sus gentes y por eso queremos agradecértelo de todo corazón en este día tan especial para ti.
MUCHOS BESOS
Mis abuelos del Viso quieren dedicarte una poesía de Benedetti porque saben que a ti, igual que a ellos, te gusta mucho:
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