La Colina de Peralías
20.04.2012

Introducción

por Dolores Álvarez

Cuaderno de Cocina (225)                                                                                                                      Dolores Álvarez Peralías

                                                                                                                                                                              

INTRODUCCIÓN
Siempre me ha gustado mucho la cocina, pero cuando era pequeña nunca cociné, en casa teníamos dos grandes cocineras, mi tía Plácida y mi madre, a pesar de que ella, mi madre, dice que no le gusta la cocina, por este motivo ni hacía falta, ni ellas querían que yo perdiera tiempo de estudio, que era a lo que yo me dediqué exclusivamente hasta que me casé a los 25 años.

Cuando ya abrí  mi casa me di cuenta que no sabía hacer nada en la cocina, al principio todo lo hacía a golpe de teléfono, mi madre me decía cómo se iban haciendo las comidas más elementales. José Antonio, mi marido, tampoco era amante de los fogones así que yo tuve que aprender, desde aquí quiero agradecerle su amabilidad cuando algo salía mal, siempre lo justificaba y para él todo estaba buenísimo. Comíamos mucha verdura y carne a la plancha y alguna que otra lata, aunque por aquellos años no había tanta comida precocinada como hay ahora.
Nunca me planteé escribir las recetas, como me gustaba se me quedaban en la memoria y no las olvidaba. Muchas recetas las había aprendido de estar con mi madre o con mi tía en la cocina, mirándolas, sin yo hacer nada, era una memoria fotográfica que me hacía recordar cómo se hacían las albóndigas, las natillas (recuerdo que mi tía nos dejaba apurar lo que quedaba en la lechera, con esa tapa de agujeros, que es donde siempre las hacía), el flan de mi madre, recuerdo ese cazo especial que tenía para freír el chorizo, que a mi padre le encantaba, o la olla grande de hacer el puchero…
Fue mi hijo mayor, Benito José, el que me motivó a escribir las recetas que poco a poco fui aprendiendo de ellas. A él le encanta la cocina y desde muy pequeño yo le he dejado que se metiera a hacer comidas, las tortillas francesas, los crêpes, las tartas de galletas… Siempre estaba dispuesto para ayudar y para hacer cualquier cosa con relación a la comida cuando era pequeño. Nunca nos perdíamos el programa de Elena Santonja “Con las manos en la masa”, más tarde seguimos con Arguiñano y actualmente con Canal Cocina, de ellos también seguimos aprendiendo muchas curiosidades o recetas nuevas.
Pronto quiso quedarse solo durante el verano y no venirse con nosotros a la playa, fue cuando me planteé escribirle el cuaderno para que él aprendiera y no estuviera a golpe de teléfono.
Durante el verano del año 1995, en la casa de nuestra amiga Rocío, en Isla Cristina, empecé este cuaderno. Allí en el patio se está muy bien, rodeada de plantas, con aire fresquito y con dos buenas apuntadoras por si algo se me olvidaba, Rocío, excelente cocinera, y mi madre.
La mayoría de las recetas que aquí podéis encontrar las he aprendido de ellas, de estas tres mujeres que antes he mencionado, mi tía Plácida, mi madre y Rocío. Estan escritas de forma simple para que cualquier persona que no sepa nada pueda hacerlas.
Actualmente mi hijo es muy creativo en la cocina, él hace sus inventos, sobre todo con las pastas, que son su especialidad, y siempre le salen buenas, le gusta la comida tradicional pero la italiana y la china son sus predilectas. Incluso en este cuaderno ya van incluidas recetas suyas.
Mi hijo pequeño, Pedro, es el catador oficial de todos los inventos, a él dice que le gusta cocinar pero si hay otra persona que lo hace, mejor, que él no se enfada y dedica el tiempo a otras cosas que él cree más interesantes. A él quiero agradecerle especialmente su ánimo para que escribiera este cuaderno, prometiéndome que él después me lo diseñaría informáticamente para que sea más fácil su consulta.
En este cuaderno encontraréis pocas recetas de pescado, en casa se come poco, ya que yo soy alérgica a él, no lo puedo ni tocar y ellos fundamentalmente lo comen fuera de casa o en Isla Cristina donde Rocío lo prepara de forma muy especial.
Creo personalmente que la cocina es una fuente de cultura, (Iñaki Oyarbide, gran cocinero de Canal Cocina, dice siempre al final de sus recetas “El buen alimento crea entendimiento”), a través de ella se conoce las diferentes culturas y es el medio de expresión de muchas personas.
Por último quiero expresar mi agradecimiento a todas esas personas que me han enseñado alguna receta y muy especialmente a todas aquellas que siempre alaban cualquier cosa que preparo.

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