Hemos volado hasta Iguazú, una hora y media de vuelo, con unas vistas verdes impresionantes, al aterrizar el avión parecía que se iba a posar en la copa de los árboles, todo era verde. Impresionante la Garganta del Diablo y la vista de las cataratas desde Brasil.
Entrar en el Paraje Natural de Iguazú (Garganta del Diablo) es sentirte en plena naturaleza y observar cuánto beneficio se puede hacer para mostrar el medio ambiente si se le cuida bien. Letreros, papeleras, caminos, tiendas… todo está metido en el ambiente de forma que nada estropea la vista impresionante de este paraje natural.
Por el paseo hemos visto un montón de mariposas (posándose sobre las manos de la gente), urracas, tortugas y algunos pájaros que no conocemos ni los nombres.
«La garganta del Diablo es un conjunto de cascadas de 80 m de altura que se desprenden hacia una angosta garganta la cual concentra el mayor caudal de las cataratas del Iguazú, siendo a su vez estas cataratas las de mayor caudal del mundo»(vía Wikipedia)
La garganta del Diablo se encuentra localizada en la frontera de la provincia de Misiones, en el Parque Nacional Iguazú, Argentina con el Parque Nacional do Iguaçu del estado de Paraná, Brasil.
Hay que dar una caminata, te montas en un trenecito y te lleva al espectáculo lindo de la naturaleza. Es impresionante ver la fuerza que lleva el agua y el espectáculo que forma al caer, cuando viene de vez en cuando una brisa y pone al personal chorreando, es superagradable sentir la fuerza de esa agua en la cara, algo parece que te está acariciando, algo que no te molesta porque te integra en el paisaje, te abraza con la brisa del agua, me refiero en este día de calor, me imagino que para los visitantes de invierno debe ser más cortante y no sentirán el agua como un alivio del calor que nos invadía.
Tomo prestado el vídeo de cancionesdelsur07 hasta tanto monte el mío, para que veais lo bonito de esta garganta.
Al día siguiente hemos entrado en Brasil para ver las cataratas desde la otra orilla, si espectacular fue ayer no sé qué adjetivo más grande puedo poner para expresar lo visto y sentido ante la mirada de las cataratas desde la orilla de Brasil. Se ven en conjunto, con todo su esplendor, toda su fuerza y el ruído es impresionante.
Hemos hecho el recorrido de unos dos kilómetros y a mí se me ha pasado volando, no me cansaba de mirarlas y de disfrutar de ese incomparable paisaje. Para colmo de las sensaciones nos hemos montado en una lancha que nos ha paseado por el río y nos ha metido dentro de la catarata, he disfrutado muchísimo, me he reido, nos hemos puesto chorreando y nada me ha molestado, pocas sensaciones dentro de la naturaleza me han llevado a sentir esa impresión que hay que vivirla para entender de qué se habla.
El viaje está siendo un lujo de detalles que avivan los sentidos más despiertos, por supuesto que volvería mañana mismo y que me traería a los míos para sentir la felicidad completa.