Con motivo de la concesión de la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes a Israel Galván rememoramos una serie de vivencias de lo que ha supuesto y supone para nosotros el festival ZEMOS98.
Vaya por delante una cuestión fundamental con respecto a este post. La admiración, de mi mujer y mía, por el Festival ZEMOS98 no es casual, ni objetiva, nos sentimos participes de su nacimiento y de su recorrido tras estas 15 ediciones que se cumplirán el próximo mes de abril. Por tanto, lo que cuente a partir de ahora no pretende ser un modelo frio y objetivo del quehacer de este colectivo, sino más bien un relato muy personal y con una mirada interesada hacia todo lo que supone este festival, aún adolescente por sus años, pero con una madurez cultural de altos vuelos que ya traspasa ámbitos que podían resultar insospechados hace muy poco tiempo.
Pero en definitiva, no se trata de hablar del festival, sino de la concesion de un merecido reconocimiento a Israel Galván, venga de donde venga en esta ocasión y haga, al respecto de ese premio, lo que haga el premiado. Lo hemos visto en varias ocasiones; la última vez, con motivo de la Bienal de Flamenco de este año.
La primera ocasión que tuvimos de verlo en directo, fue en la inauguración de la 10ª edición del Festival ZEMOS98 en el Teatro Lope de Vega de Sevilla a final de marzo del 2008. Esa fecha está grabada en nuestro corazón de una manera muy especial, primero por el hecho de descubrir a este artista tan especial, con la compañia de un cantaor profundo como Fernando Terremoto y la imposible presencia de Orthodox un grupo de heavy metal y con una puesta en escena brutal para una Sevilla capillita y conservadora.
Aquí lo único que he encontrado en video de aquella inauguración.
En segundo lugar, porque supuso un doble acontecimiento, por un lado era el primer año que la abuela no asistía al comienzo del festival y, por otro lado, la primera ocasión en que nuestra nieta Lola estuvo en un concierto, aunque fuera alrededor de él, tenia escasamente 18 días, pero su padre es el responsable técnico del festival y tenía que estar y su madre no podía faltar al acontecimiento y también estuvo. Puede parecer una cuestión banal, pero creo que en aquel momento empezó a marcarse la vida de Lola tan pegada a toda clase de expresión artística, por deseo y obra de sus padres. Esta es una característica de la formación de la niña que de ninguna de las maneras está cayendo en saco roto.
Al cabo de unos meses volvímos a verlo en el teatro de la Maestranza con motivo del estreno de un espectáculo que ha dado la vuelta al mundo, «El final de este estado de cosas, redux», Así lo contó Canal Sur TV
Ahora podéis ver una mirada algo más completa del espectáculo.
En esta ocasión nos cautivó de una manera total, porque la capacidad expresiva de Israel Galván, supuso para nosotros un gran descubrimiento, más allá de su ortodoxia o heterodoxia que no nos parece la discusón real sobre este artista único.
Desde entonces lo seguimos de una u otra manera, por eso nos parece muy importante resaltar la concesión de esta medalla a Israel Galván, por lo que supone de espaldarazo a una expresión artística rompedora y respetuosa como ésta, a pesar de las inmerecidas críticas que recibe de algunas personas relacionadas con el flamenco.
Finalmente, para nosotros supone la constatación de que ZEMOS98 es un espacio y un momento de tanta potencia, que para nosotros ha supuesto y supone el encuentro con unos ámbitos de la cultura más allá de la llamada cultura oficial. Decía un inculto Delegado Municipal de Cultura, este tipo de cosas no son populares y por ello no deben ser apoyadas. Si hubiera que esperar que gente como las que representa este personaje facilitaran el acceso a estos ámbitos culturales, no habría ninguna posibilidad de conocerlas. Gracias a las posturas valientes y comprometidas de gente como la de ZEMOS98 y otros colectivos que apuestan por ello son los que permiten que se haga visible lo invisible. Aunque ahora algunas de aquellas personas se den patadas en el culo para salir al lado de gente reconocida oficialmente, estos artistas y activistas culturales no necesitan de este peloteo.