Estamos casi en la mitad de la campaña electoral de las Elecciones Municipales del 28 de mayo. Por muchas razones, en según qué sitios, la campaña con todos sus avíos termina este próximo domingo día 21 de mayo. La realidad es que las elecciones son muy importantes, pero la otra realidad sociológica, como es el caso de Huelva, se impone al proceso electoral en esta segunda semana.
La romería de El Rocío lo tapa casi todo, a pesar de eso me impongo publicar, cada uno de los días que quedan hasta el 26 de mayo un artículo pequeño, pero con contenido social y electoral. Claro está lo haré desde mi perspectiva y desde mi participación en la campaña.
Día 16 de mayo: Las 6,30 de la tarde me incorporo a la tarea diaria de Mónica Rossi y su grupo de campaña compartiendo una reunión con una parte de los comerciantes del mercado de San Sebastián, que llevan dos años en unas instalaciones provisionales y que tienen la esperanza de volver pronto a un edificio que se está remodelando gracias a la presión que ellos mismos ejercieron frente a una primera decisión del equipo de gobierno socialista y a la que se sumó la oposición y que finalmente dio lugar al acuerdo por el que se congratulan ahora y que les da fuerzas para esperar a la finalización de las obras.
Valoran bien como van las obras, pero necesitan amarrar detalles que culminen con un servicio de calidad para los propios comerciantes y, sobre todo, para las personas usuarias del mercado. Uno de esos detalles, se refieren a una conexión accesible entre el propio mercado y la zona de la Casa Colón, asunto ya aprobado por el Pleno y que el gobierno actual no ha acometido en un flagrante incumplimiento de un acuerdo plenario. Esta obra conjuntamente con la ordenación de un aparcamiento adecuado sería una manera de apoyar definitivamente al mercado de cercanías y a la mejora de sostenibilidad ambiental. Una reunión muy interesante y que demuestra que hay que gobernar con la gente y no de espaldas a la realidad que viven cada día.
A continuación en el entorno de las 8 de la tarde estuvimos en el barrio de La Ribera, debo decir que no había estado nunca y sabía de su existencia porque es muy visible por la autovía que nos lleva a Portugal, mi desconocimiento me hacía pensar que era una pedanía de Gibraleón antes que un barrio de Huelva.
Está situado a más de 6 km de la zona de Huelva más cercana, que es el barrio de la Orden o a 9 km del Hospital Infanta Elena. Me detengo en esta descripción, porque personalmente no daba crédito al estado de abandono del barrio por parte del ayuntamiento. Situado en una zona fértil, gracias a la presencia de la Ribera de la Nicoba, que mantiene extensas zonas de cultivos, alrededor del barrio, sin problemas de riego.
Está situado en la ruta sur del Camino de Santiago, como elemento que le da cierto empaque al lugar. Lo único que tiene el barrio de equipamiento municipal es una pista polideportiva y unos vestuarios provisionales. No tiene asistencia sanitaria de ninguna clase desde la pandemia, se cerraron por razones obvias; pero eso ya pasó y el consultorio está cerrado a cal y canto desde hace tres años. No tiene colegio de infantil y primaria, por supuesto de Secundaria ni hablamos, no existe servicio de limpieza diaria, el barrio lo mantienen limpio los vecinos y vecinas. No hay ni un cajero bancario, no hay ningún servicio municipal, todo está allí, en Huelva, son vecinos de una ciudad pero son de tercera categoría, en razón a los servicios que reciben.
Es un lugar amable, agradable y gente tranquila y a gusto con su barrio pero saben que no están bien tratados. El barrio tiene muchas posibilidades, hay terrenos colindantes que pueden permitir un cierto crecimiento y unos servicios municipales propios. En palabras de unos vecinos, ¿cómo es posible que La Ribera no haya promoción de la vivienda cuando Huelva está perdiendo población a favor de localidades cercanas como Gibraleón o San Juan del Puerto, porque no hay posibilidades en Huelva? Hay una respuesta, la gente quiere vivir en un sitio que tenga servicios. La Ribera debe tener servicios adecuados a su población, es cuestión de voluntad política y de una cuestión primordial, en Huelva hasta ahora no hay un proyecto de ciudad en toda su dimensión. Ese proyecto pasa por tener servicios que requiere una población del siglo XXI. Y La Ribera está todavía en los años 60 del pasado siglo. Mónica Rossi y su equipo lo tiene claro Huelva estará en el nivel que le corresponde y que lugares como La Ribera no sienta que viven por debajo de los demás onubenses.
#QuéLaEsperanzaHuelva