¿Un nuevo Acuerdo Social por la Educación?

por José Antonio Jiménez Ramos

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Desde hace unos años a esta parte con el surgimiento del 15M, los diversos movimientos sociales y políticos, las mareas, la nueva política, en fin lo que hemos dado en llamar el cambio, se observa una cierta tendencia adanista en el discurso. Pareciera que cada nuevo grupo que se crea del asunto que sea, está obligado a partir de cero, como si nadie haya dicho algo serio del asunto en cuestión o como si nada hubiera sucedido al respecto.

Digo esto a raíz de la puesta en marcha del llamado Movimiento Andaluz por la Escuela Pública (MAEP); me parece muy interesante que se haga un trabajo serio y potente en esa dirección, es necesario y conveniente hacerlo; es muy importante que se haga en Andalucía, porque sabemos perfectamente cómo estamos sufriendo los recortes del gobierno central, amplificado, por el gobierno autonómico; es muy bueno que se incorpore nueva gente a esta lucha imprescindible por la escuela pública, de esa manera se refrescan ideas y conceptos que venimos manejando desde hace años frente, por un lado, a los que siempre han querido acabar con la escuela pública, porque no la consideran acorde a sus deseos y mucho menos a sus objetivos, los conocemos y sabemos lo que pretenden y de alguna manera podemos contrarrestarlos. Hay un segundo grupo, mucho más sibilino y, en consecuencia, más difícil de verlos venir, son aquellas personas y organizaciones que afirman una fe ciega en la escuela pública y llevan a sus hijos e hijas a la escuela concertada religiosa o a la escuela privada pura y dura. Una buena parte de esta gente son los que han propiciado que España sea el tercer país de nuestro entorno con más escuelas de Primaria concertada y el cuarto en cuanto a Secundaria.

Pero como decía al principio, una vez más se observa cómo ese nuevo movimiento parece obviar lo ya discutido y, sobre todo, acordado en la defensa de la escuela pública y en documentos recientemente actualizados (16/12/2016) como es el llamado “Documento de Bases para una nueva Ley de Educación. Acuerdo Social y Político Educativo.”

En él se dice en cuanto llega el punto de la financiación que:

Una financiación que garantice la calidad del sistema educativo debe estar no en torno a la media europea, sino en la media de los países que tienen mejores resultados en educación, alcanzando el 7% del PIB. Una escuela pública que garantice una formación óptima para todo el alumnado y un profesorado con estabilidad, autonomía, recursos y apoyos exige esta inversión.

El pasado día 18 de marzo se celebró en Málaga, organizado por el MAEP, un encuentro por Un Acuerdo Social por una Educación Pública.

¿Qué ha pasado en tres meses para que el objetivo del MAEP en donde participan un buen número de personas, organizaciones y colectivos que suscribieron el 7% como objetivo, ahora justifiquen el 5% para Andalucía? ¿Qué nos hemos perdido en el camino de un trimestre? ¿Cómo se puede justificar que en Andalucía precisamente, donde están los del segundo grupo antes mencionado, se conformen con el 5% de inversión, cuando se sabe que es de las comunidades donde más necesidades educativas hay y una de las que menos invierten por alumno/a en la educación pública?

La única explicación plausible es la que expreso al principio, “somos nuevos, tenemos que decir algo nuevo”. Y no es verdad, no somos nuevos, sabemos de dónde venimos y sabemos a dónde vamos, aunque los sujetos que se incorporen ahora no lo vean, la lucha por la escuela pública es un valor de la izquierda más comprometida, pero no se pueden dar pasos atrás y el objetivo es él que es, no podemos caer en la lógica neoliberal, de no pedir lo justo, sino lo posible. Lo posible hay que darlo por amortizado, aunque haya que pelear con las administraciones para hacerlo real, no puede ser el objetivo de una plataforma que no tiene estrategia partidista ¿o sí?, no puede ser el objetivo de una plataforma por un “Acuerdo Social por una Educación Pública”; este tipo de movimiento no puede partir de mínimos, porque en el caso de una supuesta negociación, la rebaja ya está hecha, “ustedes piden el 5% y les damos el 4,5% y ya está hecho el acuerdo”. Y además como dice de manera muy acertada el documento actualizado en diciembre de 2016 “una escuela pública que garantice una formación óptima para todo el alumnado y un profesorado con estabilidad, autonomía, recursos y apoyos exige esta inversión” en referencia al 7%. Porque no queremos una escuela pública cualquiera, sino una escuela pública de calidad y universal, porque es la única posibilidad que tenemos realmente de convertir un sistema educativo en precario con una escuela estatal (que no pública) y otra privada subvencionada en demasía en un sistema educativo público donde la dicotomía sea superada y no puesta en tela de juicio por los que lo tienen claro, desde el principio, los del primer grupo, aquellos que saben lo que quieren y hacen todos los días sus deberes para conseguir sus objetivos. Partir de una rebaja de objetivos es echar tierra a nuestras pretensiones.

Y que quede claro, para el que quiera escuchar y quiera entender, que me considero dentro del espíritu y de las ideas que mantiene el MAEP, hasta ahora no he podido estar al máximo como quisiera, pero aportaré lo que haga falta y en la medida de mis posibilidades. Ello no me impide tener una visión crítica y, al mismo tiempo, constructiva. Sé que queda por recorrer mucho camino y que hay tiempo de hacer muchas cosas y muy buenas por la educación pública en Andalucía y espero compartirlas en compañía de esta plataforma, pero un árbol crece bien cuando tiene una buena siembra, después hay que regarlo, abonarlo, cuidarlo, mimarlo y alimentarlo. En ello estaremos.