Me he equivocado, no volverá a ocurrir

por José Antonio Jiménez Ramos

Parece que, por ensalmo, los brotes aparecen en cualquier sitio, ya sea en el ámbito de la economía, acostumbrada a predecir el pasado o en la política como una especie de percha a la que colgarse e incluso en los medios de comunicación, que necesitan montar su agenda, sea cual fuere el sentir de las personas. Pero creo que no hay ocasión para hablar de ningún brote de ningún tipo mientras no veamos que nos movemos en una sociedad que no ha superado aún su pasado más próximo.

Mientras nos empeñemos en analizar las decisiones políticas, sean las que fueren, en términos de la cultura de la transición (CT) creo que veremos una realidad deformada y lógicamente, fuera de foco o irreal si me apuran. Todo el mundo se apunta a las nuevas generaciones (sic) o al rejuvenecimiento de los líderes o las lideresas o, incluso, se habla de la renovación generacional sin advertir que el asunto no está en la edad o en el género, sino al contrario en saber que esta sociedad ha cambiado, hay otra cultura que no aparece en las agendas de los medios de comunicación anclados en el pasado constitucional presente. Hice un relato de mi opinión al respecto hace un tiempo aquí.

Pero creo que es necesario reiterar este pensamiento, de manera que no caigamos, de forma tozuda, en tropezar con los mismos brotes. Todas las encuestas hablan de un amplio sector de personas que se abstendrían en el caso de que se celebraran elecciones hoy, es más, en muchos casos se hace una referencia a que el partido ganador sería la abstención. Pues bien esa abstención está directamente ligada con una posición social que considera que la política y las personas que se dedican a la política están en franco descrédito. Por tanto mi impresión es que los anuncios de recuperación de sectores mas allá del centro o de la izquierda solo obedecen a un prisma muy concreto y que cada vez corresponde menos a las personas que se sienten al margen de esa arquitectura política que supuso la transición. Se sienten fuera del discurso de la política, al margen de que lo diga un joven o una joven. Lo que buscan estas personas son propuestas serias de participación y de transparencia que los haga de verdad protagonistas de la «res publica». No vale excusas de que los grupos más o menos organizados quieran sustituir a los representantes de la nación, quieren que esos representantes sean ellos mismos mediante la participación y el compromiso diario.

Por ello ya no vale decir aquello de «me he equivocado, no volverá a ocurrir» hay que demostrar con los hechos que están en un error histórico del pasado y que tienen que venir al presente, por mucho que los medios de comunicación clásicos incluidos los profesionales más o menos comprometidos de cada medio quieran mantener el status quo de una forma u otra. Un ejemplo manifiesto de lo que digo es la situación actual de la RTVV. Ahora en este momento están diciendo lo que tenían que haber dicho durante años. Ahora dicen a las claras las manipulaciones que han llevado a cabo durante años en función del partido gobernante, ahora ya nada tienen que perder y los puedo comprender, pero no lo comparto, ¿dónde está la ética profesional?, ¿dónde la responsabilidad ante la sociedad?, ¿dónde está la garantía de democracia que ahora se pregona como una característica de la profesión periodística? Para comprender mejor a lo que me refiero podéis escuchar esto

Y lo digo, porque lo que viene ocurriendo en las últimas semanas con los informativos de Canal Sur responde al esquema clásico planificado de la transición y de un modelo de medio público al servicio del partido gobernante, digan lo que digan sus profesionales y espero que no tengan que decir «me he equivocado, no volverá a ocurrir«. Como último ejemplo el de hoy, día 24 de noviembre, en el informativo del mediodía, en los 20 minutos primeros del informativo se han dedicado al Congreso extraordinario del PSOE andaluz alrededor de 15 minutos, incluyendo una entrevista a «la presidenta de la Junta de Andalucía» en donde la periodista ha comenzado diciendo literalmente «enhorabuena Susana» con una familiaridad impropia de un profesional; a las manifestaciones del día escasamente 2 minutos y el resto a las frases que le ha dedicado Zoido a Susana Díaz. Frente a ello el informativo del pasado fin de semana donde la noticia del Congreso ordinario del PCE se saldó con un par de minutos, a pesar de que el Secretario General del PCE es andaluz. Y no se trata de que se ningunee a unos y se ensalce a otros, no es solo una cuestión de minutaje, es sencillamente que siguen estando donde estaban en el pasado y quieren con esas manipulaciones llevar a la sociedad a una recuperación de la política y desde luego así no van a ningún sitio.

El planteamiento que hago es que si queremos recuperar el crédito perdido hay que que serlo y parecerlo, hay que ser transparente y participativo y demostrarlo con la utilización de los canales que van al margen de los medios de comunicación clásicos y darse cuenta que hoy mejor que mañana no debemos seguir el juego del análisis político clásico. Hay que mostrar claramente que es posible otra política y otra comunicación. Meterse en los berenjenales clásicos y obsoletos de por donde salen los brotes o van las intenciones de las maniobras de los partidos y de sus líderes o lideresas es seguir jugando en un campo de juego que poco o nada le importa a casi un 50% de la población y eso es tanto como jugar a conformarse. Los análisis serán mejores o peores, más serenos o más impulsivos, pero parten de un punto de partida que no les interesa a mucha gente. Entrar en ese juego es seguir jugando en el pasado y nos jugamos el presente y el futuro.