A partir de la lectura del libro recientemente escrito por Juan Antonio Martinez Romero y titulado «El Viso antes de El Viso» hago una crítica de su contenido y lo enlazo con la lucha ciudadana de la gente de El Viso del Alcor contra el trazado previsto del AVE y, finalmente, desestimado por la Junta de Andalucía.
En el día de hoy y desde tierras algo lejanas a mi pueblo he terminado de leer con mucho interés el libro recientemente publicado por la Diputación Provincial de Sevilla en colaboración con el Ayuntamiento de El Viso del Alcor y escrito por un buen amigo, extraordinario historiador y mejor ciudadano comprometido como es Juan Antonio Martínez Romero, miembro excelso (como el diría, no refiriéndose a él mismo, sino, por ejemplo al patrimonio de nuestro pueblo) del Colectivo Ecopacifista Solano y de la Asociación Fuente del Sol.
Este libro ha sido una pieza codiciada por Juan Antonio desde hace mucho tiempo, lo ha perseguido, lo ha querido y, en fin, lo ha conseguido terminar y, no menos importante, verlo publicado. Por eso mismo, mi más sincera enhorabuena por el hecho en si, pero también por el contenido del libro. En mi opinión podemos hablar, con este libro, de un antes y un después sobre el mito de Basilippo y su posible origen romano como núcleo de población de El Viso del Alcor, él mismo dice en la página 105 «desde hace décadas, los historiadores locales hemos estado presos de una obsesión localista por identificar Basilippo/Bastilippo con nuestro pueblo, resultando que los árboles (dudosos, como veremos) nos han impedido ver el bosque (tan magnífico como evidente).» En mi opinión solo sea por este elemento del libro ya ha merecido todo el afán por su terminación y por su publicación. Puede parecer baladí mi afirmación, no es tan importante el hecho de Basilippo para la vida de los visueños y de las visueñas, pero quisiera recordar que no hace muchos años no estar de acuerdo con que Bastilippo era el origen de nuestro pueblo era tanto como una afrenta al visueñismo folclorista e imperante en ese momento. Las señas de identidad de nuestro pueblo pasaban por aceptar el hecho incontestable de que Bastilippo/Basilippo era nuestro origen lejano y que la patrona de nuestro pueblo encarnaba el ser visueño y abjurar de ambas cosas eran tanto como ir en contra del pueblo de El Viso del Alcor. Afortunadamente las cosas se ponen en su sitio y gracias a nuestro amigo Juan Antonio este asunto se ha clarificado suficientemente.
Pero el valor de este libro no queda solo ahí, sino que nos presenta realmente, de forma extensa pero no pormenorizada, cuáles son los orígenes de nuestro pueblo, para que de esa forma podamos hacer visible la dedicatoria del libro «Porque la cultura nos hará libres». Ese origen que ha ido a buscarlo mucho más allá de la cercana civilización romana, nada menos que ha llegado a la Prehistoria, a la Protohistoria y a la Historia Antigua para mostrarnoslo de una manera académica, porque no puede ser de otra manera en un estudio de este tipo y, al mismo tiempo, comprensible. Llegado este momento, si tengo que presentar una crítica, he echado en falta, algunas notas aclaratorias de términos habituales en el ámbito profesional pero menos conocidas en el ámbito de la divulgación, igualmente hubiera sido interesante un glosario que aclarara conceptos y, finalmente, algunos gráficos y/o mapas que fueran dando luz al recorrido histórico del libro.
Pero querría destacar, sobremanera, un elemento, que en mi opinión, está subyacente debajo de este libro y es el compromiso del autor de convertir el patrimonio de un pueblo como el nuestro en el componente más importante de la identidad del mismo, pero de una manera no folclórica sino con base científica y con componentes críticos ante actuaciones anteriores, presentes y futuras que han dado, están dando y pretenden dar buena cuenta de nuestro patrimonio, como si ello no fuera ir en contra de las personas y del hábitat que nos circundan. Parafraseando aquello, de quién no conoce su historia está condenado a repetirla, digamos que quien no conoce su patrimonio histórico, cultural y natural está condenado a destruirlo. No cabría esperar menos de Juan Antonio dado su nivel de compromiso social y ciudadano.
Todo el libro rezuma este hálito patrimonialista, pero donde se determina de forma clara es en su último párrafo cuando hace una defensa necesaria de las excavaciones arqueológicas y de la necesidad de recuperar por ese medio el pasado. Y termina criticando cuánto de mal se ha hecho en este sentido en el pasado, en el presente y se pretende hacer en el futuro con la maldición del AVE por nuestro pueblo. Afortunadamente el órdago que deja sobre la mesa ha sido superado en las últimas semanas, ya sea por la crisis, o mas bien como yo creo por la posición firme de visueños y visueñas, colectivos, asociaciones, partidos políticos y otras entidades que han sabido responder a la agresión que suponía el túnel de Los Alcores. De ahí proviene el titulo de este articulo, la violación prevista se ha vuelto en contra de los presuntos violadores.
Sinceramente y con todo el sentido del mundo, una vez leído el libro, me ratifico mas en mi opinión, los pueblos no tienen los dirigentes que se merecen, sino aquellos que saben engañar mejor a la población. En la presentación del libro, que tuvo lugar, en el recién estrenado Centro Cultural sito en el antiguo Convento de la Merced, el Equipo de gobierno tendría que haber dedicado el acto, a hacer un homenaje a todas las personas y grupos que han luchado en contra del trazado del AVE por nuestro pueblo, representados en la persona de Juan Antonio Martinez Romero, como un colectivo que ha sabido valorar el patrimonio como ese elemento identitario al que me refería más arriba. Valga este pequeño artículo, por lo menos, para agradecer a Juan Antonio este compromiso en forma de libro.
Aunque a modo de posdata, no quiero terminar sin manifestar lo siguiente: que el respeto por las personas también empieza por sus libros y la calidad de su manufactura, al margen de los errores tipográficos que tiene el texto, la encuadernación es muy lamentable, el libro en tres días que lo he utilizado para leerlo está totalmente desencuadernado; estas cosas son también sintomáticas.