PISA, ¿UN INFORME NECESARIO?

Se ha publicado el Informe PISA del año 2009 y en él se incluyen varias conclusiones que nos atañe directamente como profesionales de la educación y como ciudadan@s, pero este tipo de informes, encargado por un organismo tan sospechoso como la OCDE, se está utilizando para menospreciar la educación, sobre todo la pública y, al mismo tiempo para poner de relieve la necesidad de cambiar no solo las normas sino las práctica educativas.

No pretendo magnificar ni tan siquiera pontificar sobre el Informe PISA, en este caso del año 2009, pero en mi opinión habría que hacer una objeción de entrada que parece vital. ¿Qué organismo lleva la responsabilidad de este trabajo llamado Informe PISA? La OCDE que es una de las instituciones más relevantes en el ámbito de la defensa y difusión de las ideas del neoliberalismo.

La OCDE junto con el Banco Mundial, la OMC (Organización Mundial para el Comercio) y la propia Comisión Europea están desarrollando una política mundial «invisible» que establece la agenda de la educación en el mundo rico y, consecuentemente, conlleva una serie de decisiones sobre los países pobres y sus sistemas educativos que están condicionando todos los procesos productivos en el conjunto del mundo. Y una de las formas en las que estas organizaciones influyen de forma definitiva es, precisamente, el Informe PISA.

En el primer párrafo del Informe PISA del 2009 ya queda clara la intencionalidad del mismo: «PISA representa hoy un compromiso de los gobiernos para conocer mejor el funcionamiento de los sistemas educativos y proporcionar nuevas bases para el diálogo político y la colaboración en la definición y adopción de los objetivos educativos y de las competencias que son relevantes para la vida adulta.» Siendo correcto este pronunciamiento no deja de tener relevancia la falta de una intencionalidad educativa en si misma, el acento está colocado en la política de los gobiernos y no en la mejora de la educación de las personas.

Más adelante nos aclara más detalles cuando dice «Pero, al mismo tiempo, este informe pretende ofrecer una información útil para el lector español, por lo que pone el acento en aquellos datos comparativos que permiten conocer mejor el rendimiento de los alumnos españoles. El presente informe, por tanto, analiza los principales resultados y la influencia sobre ellos de los factores asociados que los explican.» Es un informe dirigido a los resultados y al rendimiento del alumnado, como elementos claves que interesan a los organismos antes mencionados, para nada se interesa en el crecimiento como persona del alumnado, o quizás mejor dicho, reduce el crecimiento personal a rendimientos y resultados de carácter cuantitativos.

Ya en la página 9 del mencionado Informe se clarifica aún más el objetivo final del mismo «pretenden contribuir al mejor conocimiento de los aspectos fundamentales del funcionamiento del sistema educativo, analizar las razones que explican los resultados obtenidos y, sobre todo, facilitar la adopción de las políticas y las acciones educativas que permiten mejorar el sistema educativo español.» Pero no sabemos a que se refiere cuando habla de mejorar el sistema educativo, deducimos que se trata de mejorar rendimientos y resultados. Desde luego se trata de un reduccionismo importante de los objetivos de los sistemas educativos. Tendríamos que concluir con Ramón Flecha que el éxito educativo sólo es posible si se mejoran los resultados y los rendimientos. En un Encuentro celebrado en Mérida sobre Educación y Desarrollo Comunitario Ramón Flecha, refiriéndose al fracaso escolar decía que «que la única posibilidad real de superar esa situación es la de mejorar los resultados, incluso va más allá, no hay otra solución.». Probablemente tenga razón, pero solo en parte, en la parte administrativa, ya que mejorar los resultados y los rendimientos no garantiza en ningún caso la mejora de las personas, que si es el objetivo de la educación. Podríamos decir que la mejora de los resultados y los rendimientos es una condición necesaria, pero no suficiente para alcanzar los objetivos de un sistema educativo verdaderamente democrático. En ese contexto, en mi opinión, es donde hay que situar este tipo de informes y, desde luego, ser crítico con sus resultados y ser crítico no es despreciarlo, pero si asumirlo en un justo interés.