Carolink Fingers
06.01.2013

Nadie se acuerda de nosotras mientras estamos vivas

por carolinkfingers

A la invitación de Zemos98 de celebrar el día del Dominio Público, acudí el año pasado con un cuento de Sherwood Anderson que acribillé sin piedad. Al llegar la invitación de este año, dije sin dudar que quería hacerlo. Me puse a rebuscar en los nombres que ofrece wikipedia de fallecidos en 1932, ¿a quién remezclaría? ¿Con quién me ensañaría? Debía ser una mujer.

Entonces, espigué con esfuerzo algunos nombres, muchos desconocidos y alguno que otro sonado. No demasiadas ofrecían obras, en el sentido corriente y ortodoxo de la palabra.

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Me encontré con María Blanchard, autora del cuadro tuneado aquí arriba. Me encantan los pocos datos que encuentro sobre su persona, pero fue hija de un tío, y prima de otro. Recorre su brevísima bio (en inglés) una docena de nombres de hombres, como los pintores cubistas con los que trabó relación en París.

Me encuentro con Dora Carrington. A ella la conocía, sí. En virtud de la película de Christopher Hampton, sabía de su relación con Lytton Strachey. Es más, salvo que era pintora, no sabía mucho más de ella. En la biografía se puede ver un apartado de “legado” con el mismo número de líneas que el dedicado a “Carrington’s relationship with Lytton Strachey”. Parecer ser -o nos quieren contar- que Dora realmente fue atravesada por este amor imposible. La misma historia se nos ha contado a menudo con otra mujer, Violeta Parra, aunque las versiones más recientes de su biografía ponen el acento en lo que ella dejó, su inmenso legado. Me pregunto, pues, en qué medida el relato del amor romántico lo llevaba inscrito Dora Carrington en su ADN o se lo pegamos con posterioridad para explicar sus acciones, incluido su suicidio.

Caí en Teresa Claramunt, y aluciné con su biografía. A ella quiero investigarla mucho más. Dirigente anarcosindicalista catalana, participó, fundó o dirigió cuatro publicaciones distintas. En la segunda línea, el nombre de un hombre que la inspiró. Curiosamente, ninguna otra relación reseñada en esos párrafos. Lo que me hace imaginar que la biografía sentimental / familiar desaparecida se corresponde con la de una mujer que se relacionaba con mujeres, y probablemente con todo el secreto del mundo. O no, pero hoy estoy remezclando biografías de mujeres que nunca conocí.

Y os presento a Grace King. Se nos cuenta que su familia aristocratiquísima se vino abajo con la guerra civil americana y que encontró su refugio en la escritura, escribiendo sobre otras mujeres en situaciones similares (¿solidaridad de clase o de género?). En las ocho o diez líneas de su biografía, esta: Her many literary friends and acquaintances included Mark Twain and Edmund Wilson. No somos nadie.

Se me apetece horrores encontrar y traducir Memories of a Southern Woman of Letters. Una mujer sureña que se llama a sí misma “de letras”, o “de cartas”, que se da entidad e identidad a través de lo escrito. Dominio público, my friend.

En la página de Julieta Lanteri se me abren mucho los ojos. Primera mujer en hacer miles de cosas en Argentina, médico, durísima activista por los derechos de la mujer, por el sufragio universal y por las mejoras de otros grupos sociales maltratados, llegó incluso a solicitar hacer el servicio militar, reservado a hombres, por conseguir el derecho a voto, que por entonces estaba regulado de esa forma. En la biografía de Julieta Lanteri no encuentro padrinazgos, ni relación de hijos chumbos, ni amoríos esclavizadores: se casó para conseguir la nacionalidad argentina (era emigrada de Italia) con un hombre catorce años menor, y me regocijo. Murió en un atropello, con todas las papeletas para ser un asesinato político. Le pusieron una calle en Buenos Aires hace… diez años. Y menos mal.

Como en tantas otras cosas, Wikipedia no es biblia, y está bien que no lo sea, por eso sabemos que podemos mejorarla. Pero es reflejo de la forma de contar la historia que tiene cualquier otro material divulgativo / pedagógico. Hace poco nos contaba una amiga que en las lecturas obligatorias de … ¿cuarto de ESO? no había ni una sola obra de mujer.

De todos los muertos en 1932 listados en wikipedia, aquellos cuyas obras pasan al dominio público este 1 de enero de 2013 (80 años después de la muerte según la ley española), creo que encontré un cinco por ciento de nombres femeninos.

No se acuerdan de ellas tampoco después de muertas. Eso lo venimos sabiendo desde hace varias décadas, pero no se tardan sesenta años en recuperar el legado de varios siglos de mujeres. Porque las “obras” canónicas simplemente no existieron, no pudieron ser, o porque las obras que existieron se llevaron a las piras crematorias, como el pelo rapado de mi abuela republicana.

Yo misma he escrito alguna vez que mis obras son, en ausencia de otra cosa, mis hijas. Y será verdad pero solo en parte. El hecho de que a mis casi-cuarenta no tenga libros o viajes a la luna se debe a muchos factores, de los que haber sido madre no es el menos importante. Reclamamos, entonces, un reconocimiento de doble vía: nuestras cargas, esas vidas que mantenemos, se deben considerar obras y no mero dato biográfico. Y nuestras obras, las canónicas, han tenido que toparse con tal cantidad de prejuicios, minusvaloraciones y dobles raseros que las hace, de verdad afirmo, más milagrosas.

Si me interesa algún feminismo, es el que se da cuenta de que su tentetieso a batir está en la confluencia de capitalismo, neocolonialismo y patriarcado, como señalaba uno de los cartelones de la exposición Genealogías Feministas en el MUSAC de León (de donde saco, también, el título de esta entrada). El trabajo de las mujeres siempre es dominio público, entendiendo como tal la fuerza de trabajo no remunerada que garantiza la reproducción social. Las obras de estas cinco mujeres, milagrosas, son ahora dominio público. La batalla es muy amplia. Dominio público y espacio público se parecen entre sí. Ocupémoslos, mucho más allá de lo que las biografías permiten.

Este post forma parte de la iniciativa impulsada por ZEMOS98: «1 de enero de 2013: Celebramos el día del Dominio Público«. Esta celebración se realiza en otras partes del mundo y quiere hacerse algunas preguntas: ¿Conocemos el funcionamiento y los mecanismos que nos impiden acceder a obras que forman parte de nuestro subsuelo cognitivo? ¿Cómo reclamamos el acceso a ellas si tenemos instituciones más preocupadas por poner restricciones que por darnos acceso? ¿Cómo nos organizamos para rescatar, de manera ciudadana, lo que esconden nuestros códigos fuente comunitarios? Te invitamos a seguir pensando juntas sobre este y otros temas. ¡Celebra el día de Dominio Público! Hasta el 31 de enero mantenemos un repositorio abierto por aquí

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[…] Público por pedrojimenez – Ilya Ivanovich Ivanov (padre in vitro de la simiocracia) por mrmm – Nadie se acuerda de nosotros mientras estamos vivas por carolinkfingers – Todos para uno y uno para todos, José Prat en dominio público por […]

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