Al ser humano le atrae la luz. Por eso nos gusta el fuego. ¿Por eso pasamos tantas horas delante del ordenador? ¿Somos pirómanos digitales? ¿Incendiarios 2.0? O quizás no seamos más que esclavos de un nuevo tipo de fuego, que en vez de darnos calor fÃsico, nos da calor virtual.