abrelatas
03.01.2009

2009: we crisis

por comcinco

En la charla del pasado 3er Encuentro Lunar de Yproducctions, Jaron Rowan y Rubén Martínez hicieron un repaso a través de su investigación acerca del concepto de innovación. Una de las cuestiones más interesantes que trataron fue el hecho de que normalmente “innovamos cuando hay una crisis”.

Esto quiere decir que suele ser un acontecimiento inesperado el que nos obliga a plantearnos caminos que no teníamos previstos. Martínez & Rowan comentaron que en un determinado momento las empresas e instituciones civiles se dieron cuenta de que tenían que hacer que esos procesos exógenos fueran endógenos. Es decir, no esperar a que un acontecimiento externo cambie los planes internos. Crear acontecimientos internos para generar nuevos planes externos.

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Empieza 2009. Cada cual respira hondo. Abrimos nuevas libretas, escribimos horizontes posibles, ideamos cómo serán nuestros límites futuros y cuáles de ellos queremos traspasar. Empieza un año que será difícil. Se supone que muchas cosas habrán de cambiar. Que tendremos que innovar para seguir adelante. ¿Dónde está el límite entre lo que será exógeno y endógeno?

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Israel empieza el año y su modelo de negocio está claro. Ocupación militar y violenta de Gaza. Se supone que vivimos la contradicción de que “el mundo es un lugar complicado” y que “el mal es un punto de vista” puesto que “todos creemos hacer lo correcto”.

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Hace un año que no pude despedirme de mi abuelo cuando falleció. Yo estaba en Sevilla y él en Tenerife. Casi al mismo tiempo personas que quiero mucho se vieron en circunstancias parecidas. Se cumple un año de todo aquello. Por aquel entonces no se hablaba tanto de crisis.

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¿Y qué relación tienen la innovación y la crisis con Gaza y mi abuelo? ¿O con la empresa y los nuevos modelos de negocio? ¿Y con la gestión de la creatividad? ¿Y con los videoblogs o la remezcla cultural?

Pues todo.

Todo tiene que ver porque todo está conectado. Y al final todos estamos en los mismos parámetros: el terreno de juego está formado por grandes balanzas de equilibrios posibles, probabilidades en forma de ceros y unos en las que intervenimos con nuestras predeterminaciones genéticas, nuestros contextos hiperlocales y nuestras azarosas nubes de tags vitales.

Y para 2009 os propongo dos cosas:

1, Seamos la crisis. La metáfora de Neo en Matrix es que no se puede vencer al sistema. Porque el sistema necesita que haya ganadores y perdedores. Su única salida para el conflicto entre hombres y máquinas fue “ser la máquina”. Los héroes necesitan antihéroes. El enemigo desaparece cuando ya no tiene con quién luchar. Neo consiguió para el sistema, a diferencia de sus predecedores, la convivencia pacífica. La paz (como la que debería haber en Gaza) requiere que aceptemos convivir con modelos multi-complejos de pensamiento. Seamos la crisis, porque la crisis no nos es ajena. La crisis nos pertenece porque la crisis somos nosotros. Nuestra identidad, los caminos que hemos escogido, los pasos que hemos venido dando, son la crisis. Mira a tu alrededor y dime cuántas cosas crees que somos capaces de cambiar. 2009 debe ser el año en que nos mimetizamos con lo que sucede, en que acompasamos el ritmo de nuestros problemas locales al de los problemas globales. Sincronicemos las ideas, estructuremos lo que pensamos, escojamos nuevos caminos.

2, Prioricemos. No basta con ser la crisis. Además hay que descubrir qué es lo importante. Y probablemente esta es la parte más complicada. Nos acompañan muchas cosas que son fútiles y son producto (y causa) de esta crisis. Sacude tus ideas. Remueve tu conciencia. Reinicia tu sistema. Hay muy pocas cosas qué importan de verdad. Si conseguimos darnos cuenta, ayudarnos a ver qué es lo que merece que perdamos el sueño y lo que no, quizás estemos cambiando la estructura. Como decían los situacionistas: reinventemos la vida cotidiana. Cualquier día el sistema o nosotros podría decir Bye-Bye, así que antes de que nos arrepintamos de no haber focalizado nuestra atención sobre lo que importa:

Seamos la crisis y prioricemos.

Salud y vamos que: «no hay solución porque no existe el problema” (Marcel Duchamp).

9

comentarios

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JC dice:

Olé macho!

Pedro Jiménez | ZEMOS98 dice:

Con un par… jeje esto de seamos la crisis me gusta. Lo he leído en otro sentido pero seguro que tú lo remezclas a tu gusto porque hay concomitancias:

«La crisis es la muestra de que ya estamos haciendo la revolución y la prueba de que la revolución no es el futuro. El capitalismo depende de la subordinación, y si ésta no consigue imponerse el sistema entra en crisis. Por eso la crisis es producto de los insubordinados.»

un beso
y un zapato

MACHO dice:

En muchos años de leer cosas en Internet he encontrado un comentario inteligente, partiendo de la base de que el que lo posteo originalmente tiene buenas intenciones.

Sin embargo, El sistema mundial tiene imperfecciones como cualquier otra cosa perfectible, ese sin embargo no es el problema real, sino la falta de voluntad para corregir los problemas, si uno acepta el problema como causa de uno mismo es en parte cierto pero no por el actuar sino al contrario, por la omision ante la degradacion del propio sistema que si bien no es perfecto, bien podria aun partiendo de la base de la inequidad y sobreexplotacion tener menos rezagos hacia las clases mas pobres; ya que al paso que la directriz continua, el caos de las brechas, pienso que tarde o temprano sera inaguantable.
¿Y entonces no habra tiempo mas para teorizar al respecto?.
Reflexionen antes de criticarme o censurarme.
No es necesario cambiar el sistema porque se puede caer en algo peor, solo es necesario la regresion de por lo menos 50 años atras en politica economica mundial, y veran como el sistema mejora.
Si el hombre se convierte en el problema, es decir si no puedes derrotarlo unete a el, inevitablemente se destruira mas rapido de lo que hasta hoy ha sido, pero esta no es una opcion, la mayoria de los hombres sin una concienciencia de lo que estan haciendo ya se estan convirtiendo en el problema.
No veo posibilidad de reflexion porque la conciencia actual lejos de estar entrando en crecimiento se esta degradando cada vez mas y mas , no soy pesimista, soy realista.
Yo no creo en el hombre como un ser capaz como sociedad de autocorregir sus deficiencias, al contrario, no todos pero si la gran mayoria se estan autodestruyendo, la pregunta es ¿porque?, ¿porque no son capaces de cambiar en el tiempo?, ¿es una degeneracion genetica por el paso de los años de la raza?

Rubén, YP dice:

buenas!, pues tenía este comentario en la chistera y, como sabes, todavía no lo había sacado. Entiendo el relato que haces y que la cita está encajada para que nudo y desenlace bailen el ritmo que les das, pero felipe, nosotros no dijimos que «innovamos cuando hay una crisis», im-po-si-ble, a mi que me registren!

Por otro lado, nuestra lectura de la innovación parte de una genealogía económica, es decir, tal y como la fragua schumpeter hasta el día de hoy. En la charla del Encuentro Lunar no le dimos ninguna lectura humanista y, en ese sentido, no la describiamos como un atributo que puede tener o padecer una persona y, de hecho, me parece peligroso usarlo así, entiendo la personificación como recurso estilístico pero, sinceramente, para mi la innovación tiene poco de poético y mucho de político.

Cuando hablábamos de procesos endógenos y exógenos, efectivamente nos referíamos a cómo las empresas habían sistematizado un proceso que, hasta el momento, tenía un grado de riesgo muy alto (todo el legado de la destrucción creativa de schumpeter). De hecho, hablábamos de un momento en el que la innovación acaba por rutinizarse y es cuando empiezan a aparecer departamentos de I+D como setas, intentando aminorar el riesgo y convirtiendo la innovación en uno de los factores clave de la economía del conocimiento.

Y con lo mucho que te quiero, esta vez no me uno a tu grupo y si vas a ser la crisis, nos vemos en otro momento 😉

Felipe G. Gil | ZEMOS98 dice:

Estimado señor Martínez, gracias por su comentario. Ahora le remito unas preguntas a ver si podemos continuar la conversación y convertir mi texto en un pre-texto para generar un con-texto más rico en opiniones y derivas teóricas.

1, De acuerdo, no dijeron ustedes que «innovamos cuando hay una crisis». Pero pregunto ahora, ¿innovamos cuando hay crisis?

2, Dices que «la innovación tiene poco de poético y mucho de político», si nos remitimos a «La fuerza poética de la teoría» de Alexander Kluge (película que no he visto pero que Mar ha citado más de una vez) o al propio DJ Spooky…¿no puede hablarse de innovación como posicionamiento ético/individual basado en la revisión de los principios que rigen nuestro modus operandi creativo-vital?

3, Y por último. Entendiendo la crisis como una realidad ambivalente, por un lado la mediática, que parece estar guionizada, trazada por quienes nunca pierden y relatada para justificar «cualquier medida ante la crisis»; por otro lado como una realidad tangible: retrasos en los pagos, falta de estabilidad laboral, incertidumbre creciente, etc… ¿no crees que políticamente a dichos guionistas les interesa hacernos sentir que «no tenemos nada que hacer ante la crisis» y que «ya decidirán ellos»? ¿no crees que ver la crisis como algo que «no nos pertenece» o que al menos «no es culpa nuestra» ayuda precisamente a tener una visión muy poco innovadora de los problemas actuales? (y sé que la pregunta enfoca más el concepto de innovación a una interpretación humanista, pero ¿acaso la economía no es lo más humanista que existe en el mundo?)

Espero con humildad sus respuestas 🙂

Rubén, YP dice:

Jajaja..me obligas a jugar al tiro fácil empezando con un Estimado Sr. Felipe González…, pero mejor me lo ahorro…aish, demasiado tarde ;).

Bueno, quede claro que yo doy mis humildes opiniones también, si soy poco o muy vehemente es más una cuestión de actitud vitalista que de arrogancia, tengo tantas o más dudas que tu…así que..sólo opinaré, pero con mucho gusto…

Sobre el “innovamos cuando hay crisis” creo que hay que dar una interpretación de ambos conceptos para saber de qué hablamos. Antes citaba a Joseph Schumpeter,y verás que él habla de la “destrucción creativa” de los ciclos económicos, que contienen períodos de crisis donde se da la innovación. Y lo dijo hace 50 años, junto a su teoría sobre la importancia del “espíritu emprendedor” para que los ciclos económicos pudieran superar sus puntos de inflexión para volver a completarse. Conceptos como innovación, emprendedor o creatividad ya estaban relacionados en el relato de un economista de hace medio siglo, así que no son nuevos o neutros, sino que están bastante significados.

Creo que es importante tener en cuenta este y otros antecedentes cuando hablamos de innovación ya que el término ha ido desarrollándose a través de la teoría económica, management,etc. hasta llegar a proyectos de desarrollo o programas culturales y las connotaciones que tiene no se pueden burlar así como así. Desde ese punto de vista, tal vez sí que se innova cuando hay crisis, es decir, sí que se generan productos, servicios, modelos organizativos, etc. que irrumpen en el mercado para modificarlo irremediablemente pero la pregunta sería…¿para qué?..o mejor dicho, ¿acaso ganamos algo?.

La coletilla de todo esto (y ahora me pongo un poco demagógico pero intentando avanzar varias casillas de golpe) es que esa innovación sigue siendo una “destrucción creativa”, es decir, para que algunos se hagan con la propiedad de ciertas novedades, otros no alcanzan a invadir ese mercado y se quedan sin equilibrio, sin futuro y sin trabajo, ¿desde cuándo el capitalismo ha premiado las ideas en grupo o el pensamiento colectivo o plataformas de intercambio equilibrado? ¿qué ha cambiado para pensar que lo va a hacer ahora?. Si la innovación no la entendemos desde ahí, ¿dime cómo la vamos a entender? ¿ignoramos todo esto y hablamos de ser innovadores sin saber muy bien qué sginifica?

Si creemos que el mercado puede ser una forma de autoregulación y que es un contexto de libre competencia y todos esos actos de fe que hacen los neoliberales, pues igual sí que es bueno asumir el riesgo, emprender e innovar como objetivos últimos. Por eso digo que tiene mucho de político, porque sinceramente creo que es un concepto ideologizado, que da por naturales muchas preguntas previas a las que no hemos dado respuesta nosotros y que no entenderlo y responderlo así, al menos a mí, me da la sensación de perder la capacidad de interpelación y de crítica.

En la investigación que hicimos YProductions, que la encontrarás enterita aquí trazamos una genealogía del término innovación e intentamos entender cómo ha ido relacionándose con el de cultura, dando un mix que si bien ha posibilitado un abanico mayor de significados puede también reproducir las dinámicas laborales, protocolos de propiedad y modelos económicos con los que para nada estamos de acuerdo y que se oxigenan bajo el nuevo discurso sin mutar ni un gramo su interface conceptual.

Creo que la economía tuvo capítulos más o menos humanistas, pero pensar que el hombre es competidor por naturaleza, que necesita la propiedad privada y que sin una ocupación diaria no puede ser digno no sólo me parece poco humanista, sino basado en una percepción del mundo homogénea, muy estúpida y falta de masa cerebral (y eso es lo más parecido al escenario en el que nos econtramos). La economía hace tiempo que empezó a tener sus propias reglas y leyes internas (al modo bourdieano) convirtiéndose en una ciencia cuyos gurús más celebrados han tenido una visión muy distante sobre el verdadero papel de la sociedad y del Estado, criminalizando sus intervenciones y dando por bueno el análisis del campo económico como un ente autónomo.

Sobre estar o no en el debate o tener una actitud proactiva, no creo que tenga que ver con sentir la crisis como propia. De hecho, creo que precisamente los guionistas que comentas están orquestando en una dirección contraria a la que apuntas. Se está buscando crear un clima que propicie el “trabajar en conjunto para superar la crisis” (Zapatero dixit), queriendo fomentar una ciudadanía que «se levante y traspase el bache”. Si eso no es querer dar a entender que «somos la crisis» y que es un asunto de todos…

Una cosa es pensar que lo que está en crisis es un sistema económico que pervive en el continuo desequilibrio mostrando sus grietas de vez en cuando y que, debido a nuestro nivel de dependencia, no podemos o no se nos ocurre cómo cambiarlo radicalmente. Otra, muy distinta, es pensar que lo de la crisis es un percance que podemos y debemos superar todos juntos (innovando o siendo emprendedores) para volver donde estábamos o a un lugar incluso menos consensuado. Yo estoy más cerca del primer punto. Sinceramente, no me preocupa demasiado que mi postura no sea ni emprendedora, ni innovadora ni creativa, me preocupa conocer mejor la dimensión política que tiene un discurso que se hila desde esferas institucionales (tanto culturales como económicas) con una alegría y una frivolidad que asusta al miedo…

esto es más o menos lo que opino..

Rubén Díaz | ZEMOS98 dice:

Buenas!

Qué bien todo esto!

Tratando de contextualizar el post de Felipe, creo que la opinión de mi tocayo es bastante compartida por nosotros como análisis; sobre todo, porque tiene como punto de partida una reflexividad de la propia investigación cultural y de los procesos creativos, aunque nuestra metodología sea mucho menos rigurosa, la verdad (pero vamos aprendiendo!)… Esa visión crítica es proactiva, otra cosa es que el escenario que veamos después del análisis sea más o menos halagüeño… y, desde luego, estoy muy de acuerdo con que la coyuntura en lo relacionado con la crisis y la innovación no lo es.

Ahora bien, para poder seguir adelante quizás disentimos en el ánimo con el que -por el momento- nos estamos tomando todo esto: para entender que el mundo es un lugar complicado y convivir con nuestras contradicciones sin pegarnos un tiro, hemos partido de la «oportunidad» (citando una y otra vez al Chomsky del 98, por ejemplo) que nos ofrece y a la que tenemos acceso a partir del uso de una serie de herramientas que son capaces de transformar la sociedad/cultura. Por eso entendemos, por ejemplo, que es necesario hablar de educación como tal (por muy denostado que pueda estar el concepto, tratar de reinventarlo) y no buscar otros términos y eufemismos. O lo de «pensar en otroa televisión es posible si no pensamos en la televisión». Eso de pensar en global y actuar, no sé, nos lo hemos creído; y el proyecto trata de llevar a cabo esta micro-política en el territorio local, muy sacrificada (eso es totalmente cierto), repensando otros modelos y experiencias que no tuvieron éxito pero que quizás ahora se puedan volver a intentar… hemos mezclado nuestros caracteres y ha salido esto…

También es verdad que así ha sido hasta ahora, pero navegamos por un mar de dudas: ¿de verdad se puede cambiar el paradigma mecanicista del «orden natural» con el que está concebida la economía, podemos luchar contra la inercia del sistema, a pesar de que los modelos de negocio varíen, si al final todos están encaminados hacia la producción infinita y sagrada? ¿tiene sentido hacerlo desde esta actitud que comparte la generación constante y caótica de energía (una energía indisociable del poder, como dijera B. Russell…)? ¿de qué forma pueden cambiar las multitudes la economía (política)?. Joder, la verdad es que es para desanimarse… así estamos ahora, con estos debates, de los límites de la propia actividad colectiva y el papel social como individuo…

De lo que me atrevo a decir que habla Felipe (un ser mucho más optimista que yo) es de ser conscientes de que podemos experimentar con la crisis, apropiándonos de ella para darle otro sentido. Hace poco alguien me dijo que nuestra visión de la remezcla era muy peligrosa, pero por el momento como epistemología nos gusta, no como fin. Todavía estoy pensando a qué se refería con el peligro de compartir y regenerar… Ese otro sentido que le queremos dar a la crisis+innovación busca huir de esa «nueva economía cultural» que está de acuerdo con el concepto de homeostasis sistémica, la «mano invisible», el utilitarismo… da miedo cómo hablan algunxs de la participación ciudadana… cómo se interpreta a veces eso de «your failed business model is not our problem»… me suena a quítate tú para ponerme yo…

La crisis y los fenómenos de innovación -efectivamente- no vienen sino a perpetuar la dinámica del sistema capitalista… pero, ¿eso se puede virar si estamos dentro de esas grietas, las usamos hasta darnos cuenta de cómo derribarlo? una situación delicada desde luego… lo dicho, creo que estamos bastante de acuerdo… salud!

r.

ER dice:

ER CREO QUE TODOS TIENEN RAZON RESPECTO DE LA CRISIS Y LO DE LA INNOVACION PERO AHORITA SE ESTA VIENDO MAS LA TRANSFORMACION PORQUE SI NO TRATAMOS DE TRANSFORMAR LO QUE TENEMOS PUES NOS QUEDAMOS ATRAS ADEMAS ES CIERTO QUE NO DEBEMOS ESPERAR TENER LA SOGA EN EL CUELLO PARA BUSCAR SALIDAS , SINO TRATAR DE ESTAR SIEMPRE AL DIA PASE LO QUE PASE.

ER

Rubén, YP dice:

Buenas, se me ocurrían varias formas de aportar algo más…pero soy bastante pesimista en cuanto a las posibilidades o grietas que puede haber y que, insisto, me temo que están ya gobernadas. Por lo que, mejor dejar esta entrada del sr. Díaz que tiene mejor espíritu 😉

Sin casi reconocerme mientras recomiendo esto, hay precisamente unas jornadas el próximo viernes en el MNCARS donde asistirán Cristian Marazzi y Yann Moulier Boutang para hablar de la crisis sistémica del capitalismo. Ambos son autores de absoluta referencia en cuanto a entender los cambios que ha habido en las formas de poder, dispositivos de control y formas de explotación en este último periodo del capitalismo (cognitivo) y bueno..creo que será muy interesante ver cómo ambos enfocan la crisis. Es una actividad que luego se descentraliza y, al día siguiente se realiza un taller en traficantes de sueños..

Sin duda hay que generar alguna forma de organizarse y de mirar hacia adelante, pero creo que es no sólo importante sino de absoluto rigor ver cómo funcionan y se conceptualizan dichos dispositivos de control introducidos de forma sibilina en “nuevas” formas de hacer política (participativas, empoderamiento, de emprendizaje, de innovación..). El lenguaje y la construcción de imaginarios conceptuales que usan palabras flotantes y que a veces ni sabemos de dónde han salido, son temas que nos demandan que los analicemos y que los “gestionemos” como un proyecto más, uno de esos proyectos que creo deberían tener continuidad y peso específico en nuestra forma de entender el trabajo y la investigación en cultura.

Hace poco poníamos en nuestro blog cómo la innovación se introduce a modo de tabla de medición en una realidad laboral precaria (alumnos de facultades de bellas artes que salen al mercado) pero que desde ese lenguaje y desde esa bara de medir…no parece tan precaria. Estas son maniobras para relatar la realidad a través de fórmulas que, si bien no diré que son falacias (o bueno si, lo digo y listos), fomentan un tipo de política muy estéril para que se produzcan cambios. De insinuar que los artistas jóvenes son por naturaleza innovadores a decir que el trabajo no remunerado o que la explotación de su capital cultural y simbólico es necesaria para conservar la imagen de ciudad creativa, hay un trecho.

Desde hace un tiempo le doy vueltas a la posibilidad de poner en marcha un proceso donde unos y otros podamos analizar mejor nuestras “filosofías de empresas culturales” (donde no sólo entrarían modelos organizativos, sino también objetivos, formas de conseguirlos, interlocutores naturales, políticas internas y externas, etc.) e intentar descodificar de forma colectiva cómo nos exponemos y nos posicionamos (o lo intentamos) a ciertas formas de instrumentalización o de negociación desequilibrada y, bueno, cómo pensamos o situamos nuestros objetivos…qué nos interesa vamos. Incluso creo que sería una buena forma de repensar los modelos y políticas públicas respecto al sector cultural y las industrias culturales, creando un mapa de información y de individuos completamente desconocidos en las políticas culturales. No hace mucho, txelu de amasté, me comentaba que no entendía qué problema teníamos con las políticas de emprendizaje y con las políticas de innovación si precisamente se solapaban con nuestro perfil. Obviamente no creo lo mismo (y en el fondo no son exactamente problemas lo que tenemos, sino ganas de entenderlas) pero es curioso ver cómo a veces hacemos nuestros o interiorizamos posturas o conceptos sin poder analizarlos (tal vez por no tener tiempo para ello) o sin contar con las herramientas que nos lo permitan y cuando digo herramientas, me puedo referir a dinero pero sobretodo a información, conocimiento e incluso capacidad de rastrear realidades no tan inmediatas (como puede ser nuestro propio modelo o nuestra propia ciudad). Si algún día se me ocurre la forma de plantear ese proceso para compartir “filosofía de empresa” ..seréis los primeros en saberlo…(bueno, los segundos, jaron siempre va primero).

Hasta aquí, lo más optimista y positivo que se me ocurre sobre el tema…

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