La definición de cultura que dan los antropólogos es que la cultura es todo, dice el avezado profesor de un máster de gestión cultural. Repite hasta la saciedad la simple idea para descartar la visión antropológica de su raquÃtica tesis.
La cultura es todo aquello que un grupo de personas defina como cultura. Es un concepto social. Una convención, en definitiva.
La cultura es un conjunto de valores, creencias, etc. etc. compartidas.
La antropologÃa es una ciencia que estudia las comunidades, las culturas. Como toda ciencia nace en occidente con una misión, visión y valores, con una cultura, en definitiva.
La antropologÃa es la cultura de los que estudian culturas, dirÃa un relativista al cuadrado.
Y lo cierto es que todo, la cultura, la polÃtica, el género, son construcciones sociales, conceptos que sirven para explicarnos a nosotros mismos (y a los que comparten nuestra cultura) cómo se produce la interacción social.
El funcionalismo explica la cultura en función de su función, valga la tautológica redundancia. De ahà que la cultura lo sea todo. Porque sólo el todo lo explica todo.
La cultura deriva de los medios de producción. La cultura es lo que nos incoropora a una jerarquÃa. La cultura es habitus…
Discutir sobre conceptos tiene estas consecuencias. No se llega a nada. Discutir sobre el significado de las palabras consiste en extraerlas de su contexto, de la interacción, del uso. Vaciarlas, congelarlas, extirparlas para después recordarlas y escribir nuestra ilusión, nuestra idea.
En la práxis es donde se halla el significado. El pragmatismo, el fin, el interés es lo que hace que todo concepto cobre sentido. El dinero, la fama. Se busque lo que se busque se encontrará un tipo de cultura.
La utilidad de los conceptos se encuentra en sus formas, en su capacidad para explicar procesos y acción. Porque la cultura nunca está quieta, se mueve, varÃa, se intensifica y se esconcde. Se comunica entre espectadores, clientes, usuarios, empleados, etc.
Para cambiar una cultura se debe atacar al proceso en la que ella misma se genera. Las vetas de la madera. La cultura existe como comunicación, todo es comunicación, todo es cultura. Sólo que alguna comunicación tiene más relevancia, alguna afecta directamente a las conciencias y otra se quedan en la superficialidad de un mar muerto en el que todo flota y en el que todo parece no tener ningún sentido.
Los hay que definen la cultura por su forma de producción e intercambio y todo lo reducen a industrias culturales.
Los hay que esbozan culturas corporativas y que las exponen una y otra vez. Las representan sin que eso quiera decir que existan de verdad. La alienación sigue siendo la estrategia número uno de las empresas. Y la cultura se dice más fuerte cuanto menos oposición tiene, cuando ya ni se finge.