Jornada de reflexión

por pedrojimenez

Mucho que reflexionar sobre lo de ayer en muchos niveles, de las pequeñísimas victorias a las grandes decepciones. Pero más allá de eso que cada uno hará o leerá lo que quiera quería contaros que ayer estuve de Presidente en la mesa electoral de mi barrio.

Pude ver qué tipo de gente se acerca a votar, pude contar la cantidad de personas mayores que hacen un esfuerzo ímprobo por ejercer su derecho, pude ver como el que diseñó el sistema este de pulseras de tela lo debe estar petando, también vi que hay mucha gente tatuada y también pude comprobar, que aún siendo precario y mejorable, el esfuerzo de servicio público que se hace es grande. El sistema se basa en el trabajo de muchos servidores públicos (administración, policía, gente que estamos en las mesas, personas apoderadas de los partidos, juzgados, Correos -aunque ya no sea una empresa pública del todo- etc) y creo que debe seguir siendo así, que no sería muy confiable si no fuera de otro modo.

Pero la decepción más grande me la llevé al consultar el censo y encontrar que mi abuelo Pepe, José Jiménez Tubío que nació el 15 de diciembre de 1921 y murió hace 17 años… seguía en el censo, en el de mi mesa. Es duro ver algo así de repente. Cuando lo descubrí no me lo creía y se lo conté a José Antonio Jiménez Ramos, su hijo, y no dábamos crédito. 17 años contando como abstencionista ¿Cuánta gente habrá así? ¿Por qué no se cruzan esos datos? ¿Quién ha cometido el error y cómo se puede solucionar?

Supongo que habrá que buscar el certificado de fallecimiento y llevarlo al CENSO… pero este viaje emocional de ayer… también es una derrota electoral.