Hola Emma,
Dicen que cuando tengas 16 años (la edad obligatoria para estar en el sistema educativo) la educación ya no será como ha sido la de tus padres. Lo dicen expertos en educación en este informe que se hace eco un periódico que espero siga en 2030, también. Hay cosas que me preocupan de ese informe, a ver cómo te lo cuento. El caso es que hay dos extremos cuando se habla de educación y tecnología, está este informe en el que el periodista pone en el mismo lugar a la tecnología y a la metodología y piensa, sabiendo que son cosas diferentes, que ambas, aliadas van a hacer el cambio. La otra cosa que me preocupa es la ceguera que provoca lo nuevo. Tú, con Jessy ya trabajas por proyectos, tú con tu maestra de Infantil (que esperamos que sea Lola) también vas a trabajar por proyectos. Y como aún no hemos decidido si te vamos a llevar al cole de Miguel, a lo mejor incluso haces un máster en inclusión y habilidades sociales. O quién sabe a lo mejor terminas haciendo la educación secundaria a distancia. Bueno, la verdad es que mamá y yo hemos hablado mucho de tu educación dentro del sistema, es un poco defecto de forma, pero aparte de eso ya sabes que intentaremos hacerlo lo mejor posible como padres que se preocupan de estos temas (conociendo también los riesgos de extralimitarse, no te preocupes no te vamos a meter en Chino y en inglés cuando cumplas los dos años).
Como te decía me preocupa que haya que buscar tanto fuera o generalizar tanto el futuro si aquí ya se están haciendo cosas. Y me preocupa porque hay una responsabilidad informativa importante: quien trabaja en el día a día no tiene tiempo material de contar lo que hace. Hacen falta comunicadores para eso. Sabemos de los esfuerzos que hizo la abuela que día a día escribía en su blog qué había pasado. Si revisas los textos cuando la abuela su tuvo que dedicar a cuidar no tenía tiempo extra para el artículo del día. Así que bueno hay que desconfiar un poco de quien solo habla de lo que hace y nunca lo hace.
Sobre la tecnología quería decirte algunas cosas más. Ya sé que para ti es algo normal, la televisión se enciende en casa, el móvil lo conoces desde que tienes días y compartimos un dispositivo táctil para ver cosas en Youtube, escuchar música y aporrear algunas apps. Pero hay un libro que a mi no es que me guste mucho pero que viene a la orilla de vez en cuando, se llama «apocalípticos e integrados» y más o menos pone en discusión aquellas personas que están a favor frente a las que están en contra de los media, de la tecnología. No sé, Emma, yo creo desde hace tiempo que «soy tecnofílico de profesión» y «tecnorrealista de convicción», quiero decirte que como trabajo con los padres de Ada siempre delante de un ordenador, o la mayoría del tiempo, pues claro no hay otra forma que estar pendiente de la tecnología, pero creo que hay que ser críticos.
También me preocupa los comportamientos neo-ludditas que aspiran a una sociedad libre de tecnología pero que luego tienen su correo electrónico en hotmail. Por eso espero que la educación de 2030 no sea la del gráfico del informe WISE porque aunque no me parezca mal, creo que debemos saber que la tecnología por sí misma no genera ningún pensamiento crítico, más bien, la tecnología tiene una agenda oculta llamada «obsolescencia programada» que convierte a los coles e institutos en vertederos tecnológicos con total incapacidad de gestión.
Yo espero que en 2030 ya no haya gratuidad en los libros de texto porque no haya libro de texto (sí, me voy a pelear fuerte con eso) y que ese dinero pase a los centros educativos, porque en los dos últimos años ha bajado el presupuesto de los coles y no, eso no está nada bien, eso se llama recortes en educación y lo estamos permitiendo. Tiene que haber más dinero para que haya más profes, te lo cuento de manera más sencilla: cuando mamá te está bañando y yo haciendo la comida o al revés lo hacemos todo mucho mejor, estamos menos cansados e incluso nos da tiempo de hacer otras cosas, cuando yo estoy fuera (lo siento es que mi trabajo es así) mamá lo hace todo sola y está más cansada y eso que ¡eres solo una! ¿Sabes lo que pasa? Que mamá, en su trabajo, tiene que estar sola con 26 niños de 3 años, ¡sí! sois 26 niños y niñas en clase y mamá lo hace porque ese es su trabajo y eso la convierte en una maestra más que hace su trabajo por encima de los estándares y tiempos de sus propios jefes ¿cuántos asesores tiene un consejero de educación? pues mamá necesita también asesores y no los tiene. Podríamos convertir todas las plazas de profesorado de Religión en apoyo a la educación infantil, eso sí que sería disruptivo.
Bueno, cuando leas esto espero que las cosas sean diferentes.
Un beso, te quiero.
———
El género epistolar es el único que me permite escribir rápido y desordenado así que me lo váis a permitir. Por otro lado es un pequeño homenaje a los libros de «Cartas» que escribió Paulo Freire.
Pedro, creo que la vuelta atrás será imposible. Las tecnologías han tirado paredes que ya nunca podrán levantarse con ladrillos de adobe, aunque sí con otros ladrillos tecnológicos (qué miedo).
Yo tengo que tener esperanza que para eso soy docente y espero que Emma tenga un espacio educativo bien diferente al que padecen ahora las niñas y los niños de 16 años.
Y sí, innovar es como la musa de los pintores, que tiene que cogerte trabajando. Cada día, en cada momento, en el tajo y no en los saraos.
Hermosa carta. Un abrazo
[…] Carta a Emma sobre innovación educativa […]
Bueno Emma, lo que te cuenta tu padre ya sabes que forma parte de la manera de ser y de estar que tiene. Piensa, siente y luego escribe y, en este caso, en forma de carta que es la que le permite ser un poco mas desordenado. Pura fachada. Aparenta cierto desorden, pero lo tiene muy pensado y ordenado. Sabe lo que dice, lo hace con sentido, es un descreído (realista) de la tecnología, hace mucho tiempo que lo tiene claro y por eso trabaja con la tecnología y no de la tecnología que es cosa diferente. Yo no soy experto ni quiero serlo, pero una cosa es el descrédito de los sistemas educativos y otra muy distinta qué tipo de sistema habrá. No confío en muchos cambios, no sé por qué me da que todo será un poco igual, aunque aparentemente todo haya cambiado. Y sabes por qué? Porque los sistemas educativos los seguirán haciendo la masa informal de la mayoría profesoral como viene ocurriendo a pesar de los cambios que desde los expertos se introduzcan. Me ha pillado la vena pesimista (realista). Solo confió en que los cambios vendrá cuando la gente que se lo curra como tu mamá o su compañera Lola o como ese grupo de locos y locas por la educación y la innovación que dicen llamarse Almensilla y otros espacios similares tomen el poder real para la mejora de la educación que es algo muy diferente a los sistemas educativos. Así que espero que en 2030 si se haya producido ese giro de 180 g. Oye Emma dile a tu padre que le mando un beso.
Bonita epístola para que lea Emma, cuando ya esté metida en el mundo de la sapiencia lecto-escritora. Ella estará muy orgullosa de que su familia la atienda en todos los sentidos, asistencial, emocional, técnicamente, con amor al arte… Lo que siempre debe ver Emma es que las personas están por encima de cualquier aparatejo y que la educación irá avanzando, a pesar de los recortes, porque hay muy buenos profesionales, como su mamá, que se las averiguan para ir aumentando la calidad educativa, aunque los recursos sean escasos.Un beso
Hermosa carta.
Yo también espero que las cosas mejoren en la escuela. Que menos docentes sigan anclados, ellos y ellas, al pasado, que se abra paso la educación emocional, que se use la tecnología pero no se crea que con solo ella ya se ha mejorado la educación, que se abran las mentes para que puedan entrar las críticas a la propia tarea y se entienda que el aprendizaje se produce en cualquier lugar, no sólo en la escuela.
En fin, espero una evolución positiva, pero no las tengo todas conmigo. La inercia educativa es muy fuerte.
Ojalá sea como deseamos, y no como tememos.
De todas formas no temo por Emma: ella tiene la enorme suerte de haber nacido en su familia.
Adelante, Pedro: tus reflexiones nos ayudan.