El libro Educar en tiempos difíciles de Jordi Nomen, editado por Octaedro en 2024, está especialmente dirigido al profesorado y a todas aquellas personas interesadas en la educación. Trata de concienciar al profesorado de forma que el alumnado llegue a formar parte de una ciudadanía responsable, justa, diversa, solidaria, crítica y en beneficio del bien común. En torno a un café pueden darse las mejores conversaciones.
El libro está dividido en 24 capítulos que tratan de mostrar todos los aspectos en los que el profesorado y cualquier persona interesada en la educación debe reflexionar para formar una ciudadanía global que forme una sociedad más justa, diversa y solidaria.
Los docentes debemos comprometernos a formar a nuestro alumnado para ser críticos y no dejarse llevar por la voz de gente que difunden bulos y mentiras interesadas, con el fin de manipular a la población.Educar debe ser una forma de resistencia a la manipulación, al olvido, a la injusticia y a la prohibición de soñar.
Todo proyecto educativo debe cuidar la trayectoria vital del alumnado y , al mismo tiempo, asegurar una ciudadanía crítica, creativa e inclusiva. La escuela debe aportar igualdad en la diversidad para potenciar la libertad del alumnado, la capacidad de crear deseos inteligentes, su sensibilidad y la gestión de sus fracasos.
Nos dice Nomen que debemos aspirar a formar a alumnos resistentes a la adversidad, que sepan hacer del fracaso un aprendizaje y una oportunidad de guiar, con buen juicio, sus vidas, de forma autónoma, con el afán de perseguir el bien común.
Como dice el autor, Jordi Nomen, si yo volviera a empezar a dar clase me gustaría tener este libro que me hiciera pensar sobre el camino que debo seguir para educar a mi alumnado. En la obra se tocan muchos de los temas en los que nos vemos envueltos en el aula cada día y ,aunque hay que contextualizar, puede servir de guía de reflexión sobre la educación, tanto dentro como fuera del aula, de forma que eduquemos para una ciudadanía activa, democrática, inclusiva, justa… que nos lleve a una sociedad más igualitaria.
Nomen destaca que la vocación del docente es cambiar el mundo para hacerlo mejor, lo que comporta intrínsecamente despertar la curiosidad del alumnado para crear una ciudadanía crítica: “La escuela está construyendo también democracia”. La mejor forma de aprender la democracia es ejercitándola, por eso en los centros educativos hay que buscar tiempos y espacios para dialogar, para elaborar normas de grupo, para saber participar en un debate, para pensar críticamente sobre situaciones sociales con las que nos enfrentamos cada día…
Hacer pensar a los niños y las niñas nos va a garantizar que lleguen a ser adultos con sus propias ideas y no se dejen llevar por lo que otros les digan. No es tan difícil hacer pensar a edades tempranas, se trata de que en sus niveles apropiados tomen decisiones y sepan ver varios caminos a los que acudir en caso de tener que realizar cualquier acción. A los niños y las niñas hay que ayudarles, hay que presentarles problemas para que piensen, hay que ayudarles a crear pensamiento crítico que no se trata nada más que de poder pensar haciendo reflexión personal de aquello que lo necesite.
Nos dice Nomen que debemos conseguir que los alumnos y las alumnas crezcan y accedan al mundo de la cultura, de la ciencia, del arte, pero acompañándolos para que piensen por sí mismos, de forma crítica, creativa y cuidadosa, para poder ejercer sus derechos y deberes de ciudadanía junto a los demás, haciendo posible la convivencia.
El tema principal de este libro es hacer reflexionar al profesorado y pensar en qué tipo de escuela queremos construir. Necesitamos que las nuevas generaciones sean críticas, creativas, éticas, para llegar a construir una sociedad justa y democrática.
Muchas veces nos vemos envueltos en situaciones difíciles de las que solo podremos salir con nuestras propias reflexiones, está bien tener al lado personas que nos ayuden a pensar, que nos cuestionen los pros y los contras del camino a seguir, aunque al final será nuestra propia decisión la que nos debe dar fuerzas para continuar con lo que a nuestro juicio es adecuado.
El libro te hace pensar, sin duda. Se lee muy bien, su narrativa es clara y amena. Cada capítulo nos ofrece unas conclusiones al final que aclaran y sintetizan mucho lo que hemos leído. Es ideal para debatir cada uno de los temas en grupos de docentes preocupados por mejorar la educación y con la firme certeza de que otra educación es posible. Podría hacerse con lectura colectiva o bien con lectura y después diálogo, al estilo de tertulias dialógicas que enriquezcan las diferentes opiniones sobre los temas que se tratan.
Puedes ver la reseña completa en El Diario de la Educación, publicada el 23 de octubre de 2024.