Las emociones de la profesión docente de Miguel Ángel Santos Guerra, publicado por Homo Sapiens en 2023, es un libro con el que podemos conocer bien las ideas y sentimientos del autor porque Santos Guerra es todo un referente en esto de las emociones, no escribe teorías, nos emociona con sus prácticas y nos demuestra con amplitud su gran amor por la educación y por la profesión docente.
La vida de los docentes está llena de dificultades y contratiempos, esfuerzo e incertidumbre, sinsabores y preocupaciones, dudas y constante inquietud. Y también de profundas y gratificantes emociones. Con una trayectoria docente de más de medio siglo, el autor comparte las emociones que provienen de la relación con alumnos y alumnas, experiencias intensas, encuentros, escritos y conferencias, seminarios, talleres… Muchos podrán verse reflejados en el espejo de estas páginas. Los jóvenes que empiezan encontrarán en este libro un poderoso aliciente para vivir con pasión la tarea de educar porque trabaja con la mente y con el corazón de las personas. Un libro para emocionarse.
Así comienza este libro “ Para quienes han dedicado su vida o la están dedicando o la dedicarán en el futuro a la tarea educativa, la más hermosa, difícil e importante que se le ha encomendado al ser humano en la historia: trabajar con la mente y el corazón de las personas”.
Esta gran dedicatoria recoge el sentir del autor hacia la profesión docente, hacia las personas que dedican su vida a engrandecer a los estudiantes, tanto culturalmente como emocionalmente. No olvidemos nunca que tratar con el alumnado, sea de la etapa educativa que sea, exige un acercamiento personal y un descubrimiento personal que está influyendo en su proceso de formación y que no podemos dejarlo al lado.
Leer a Santos Guerra, si te gusta la educación, siempre es una garantía. Sabes que vas a aprender y que te va a enseñar a acercarte al corazón de las personas. Su narrativa es ágil y muy amena, utiliza con frecuencia anécdotas, metáforas, e historias que te llenan de sentimientos nobles. No podría haber mejor persona que hablara de las emociones, a sabiendas que escucharlo y leerlo es del todo emocionante.
El libro está dividido en siete apartados, cada uno con su correspondiente Presentación,: Emociones que regalan los alumnos y las alumnas; Emociones que brinda la experiencia; Emociones que generan las personas; Emociones que proceden de la palabra; Emociones que suscita la escritura; Emociones que produce la dirección; Emociones que dejan quienes se van.
Desde el principio hasta el final,incluso con sus repeticiones, te genera la curiosidad para seguir leyendo, no decae la atención en ningún momento y te deja con ganas de seguir leyéndolo. Personalmente lo he leído mucho, pero aún me quedan libros por descubrir y es que llevar escritos 83 libros es algo muy extraordinario, a sabiendas que el libro que leas de Santos Guerra no te deja indiferente. Te genera interés porque sabes que lo que cuenta son realidades que ha vivido, experiencias en el aula, sentimientos en los centros… algo tan real como la vida misma. las personas que hemos estado trabajando tantos años en educación (en mi caso 36 años) nos podemos sentir identificadas con los relatos y enriquecidas con sus vivencias.
Como nos dice Chis Oliveira en el prólogo, estoy segura de que esta lectura va a animar a estudiantes y al profesorado a afrontar con entusiasmo su tarea de educar. Y remata con las palabras que sirvieron para un prólogo suyo a un libro de Paulo Freire: “Quien lea este libro va a descubrir el rostro de Miguel Ángel en cada uno de sus relatos, va a sentirle; en cada una de sus experiencias, va a renovar la esperanza y a comprobar cómo es posible luchar por la emancipación de las personas”.
La idea del libro, nos dice Santos Guerra, es compartir las emociones de la profesión, los encuentros con personas especiales, las vivencias que, casi inevitablemente, propicia una tarea que consiste en la comunicación personal.
En definitiva, un libro muy recomendable para docentes que empiezan, para docentes que están en activo y para personas que quieran ver otra forma posible de educar y de sentir el proceso de formación como algo que ayude en el crecimiento personal. Santos Guerra nos muestra lo hermoso de esta profesión, lo emocionante, lo atractivo, lo gratificante, lo crucial y por eso pienso que su lectura nos puede venir bien a las personas.
“No habría docentes sin alumnos y alumnas. Son ellos y ellas quienes justifican la tarea. Por eso siempre he pensado que tenían que tener más protagonismo. Sé que el aprendizaje no se produce cuando alguien quiere enseñar sino cuando alguien quiere aprender”.
Puedes ver la reseña completa en El Diario de la Educación, publicada el 12 de julio de 2024.