El cuarto de la plancha de Inma Chacón es un libro de lectura agradable y armoniosa en el que se nos cuenta la vida de una gran familia que a través de la madre sabe sobreponerse a los duros contratiempos a los que les enfrenta la vida. A lo largo de la lectura te sientes identificada en muchos momentos; en mi caso, especialmente con esas gemelas que se sienten tan unidas y que nos desvelan la compenetración entre ambas y sus pensamientos más íntimos.
El cuarto de la plancha es un libro que pone de relieve el papel de la madre en esta familia numerosa (Nueve niños y niñas); un canto de amor con todo lo que conlleva la realidad, con sus alegrías y sus penas. Es una de esas familias que saben replantearse lo positivo ante las adversidades y salen para adelante con el esfuerzo de su madre ya que el padre, hombre amable y simpático, alcalde muy querido en el pueblo, falleció muy joven dejando a nueve niños y niñas, el mayor con catorce años y el más pequeño con cinco. Es, en suma, la voz única, sincera y dulce, certera y personalísima de Inma Chacón desgranando en una obra inolvidable, tierna, divertida y cercana, también desgarradora por momentos, la historia de su familia, y la suya propia, narrada como su más fascinante novela.
De la particular relación que une a dos hermanas gemelas a lo largo de toda su vida y más allá de la muerte, al valor de una joven madre viuda capaz de sacar adelante a sus nueve hijos; del misterio de un abuelo que no parecía querer a sus nietos al de una segunda esposa enamorada que, por no molestar, casi no tenía ni nombre; del recuerdo de un padre con un corazón tan grande que no le cabía en el pecho a los secretos que oculta un costurero antiguo o un rosario de piedras amarillas… Todo cuanto se nombra en El cuarto de la plancha guarda un significado y una historia. Pero, sobre todo, atesora un sentimiento, una emoción, que hace de este libro una obra cautivadora, honda, conmovedora, difícil de olvidar.
Es una novela agradable, de lectura embaucadora, que nos hace reír y sobrecogernos con los avatares que sufre la familia de la autora en el transcurrir de la vida. Parece que el principal objetivo de Chacón era contar las anécdotas de la madre, las que ya conocía y algunas que iba sacando en sus últimos años de vida, cuando la voluntad se desinhibe y no pone freno a los recuerdos, sobre todo a esos recuerdos lejanos que nadie conocía ni había vivido como ella.
Sí, la madre es la protagonista, una mujer fuerte que piensa que la vida empieza muchas veces y da diferentes oportunidades si se tiene una visión positiva y se trata de ver lo bonito a lo que enfrenta cada una de las nuevas situaciones.
Creo que otra protagonista que aparece referenciada en toda la obra es la gemela de Inma, Dulce Chacón, hermana de la cual no ha sabido aún separarse y que le ha hecho repensarse en una, mejor dicho, como le dijo José Saramago al verla, tras la muerte de Dulce, “Antes erais una en dos,ahora sois dos en una”. A Dulce le unía una gran amistad con Saramago y con su esposa Pilar del Río.
Nos dice la autora que esta novela representa su hogar, y su hogar es su madre, su infancia, su pueblo, su adolescencia y toda una vida en la que su madre ha sido su referente más sólido. Esta novela es una invitación a entrar en la casa de su madre, que es el prólogo de su vida y es ella misma y, a través de estas páginas, nos invita a intentar conocerla, aunque piensa que sea desde la subjetividad de su memoria.
Nos dice Chacón: “Cuando comencé el proyecto decidí recoger también anécdotas sobre mi madre que yo no quería olvidar. A medida que escribía me venían también a la memoria anécdotas de mi propia vida que fui enhebrando con las suyas… poco a poco también es un libro sobre mí misma”.
Son muchas las conexiones que he sentido con esta novela, mi padre también murió joven y mi madre se quedó con dos hijos estudiantes que tuvo que sacar adelante; además mi madre era gemela de mi tía y también sufrió su muerte antes que ella. Me ha gustado mucho la conexión gemelar y hasta qué punto esa unión se convierte en considerarse una sola persona porque las dos son dos mitades complementarias de una gran persona que vive con la otra.
En definitiva, una lectura muy recomendable en la que podemos ver el valor de la familia, la actitud positiva ante las adversidades que se presentan, el amor maternal hacia sus hijos de una madre que inventaba lo más bonito del acontecimiento más feo y sabía inculcar en sus hijos la felicidad ante las cosas más pequeñas, el disfrute ante lo que tenemos y la esperanza ante lo que va a venir.
Sería una lectura recomendable en las escuelas de personas adultas. Creo que podría dar participación y diálogo a gente que han vivido en esa época y conocen situaciones familiares muy similares. Es una lectura recomendable en esos círculos o clubes de lecturas que aglutinan a personas de muy distintas procedencia. Novela también muy apropiada para las tertulias dialógicas porque en ella hay mucho que reflexionar y analizar.
Puedes ver la reseña completa en El Diario de la Educación, publicada el 3 de enero de 2024.