La contadora de películas de Hernán Rivera Letelier es la historia singular de un poblado que ama el cine y María Margarita es una niña que emociona cuando cuenta las películas que ve, es más, la gente prefiere que ella se las cuente aunque ya la hayan visto, es tanta la pasión que pone en sus narraciones que emociona y encanta a todas las personas.
«Comencé a fijarme en detalles que la mayoría pasaban por alto: el modo acanallado de pintarse los labios de la rubia amante del mafioso, algún tic casi inadvertido del pistolero en los instantes previos al saque, la forma en que los soldados encendían el cigarrillo en las trincheras para que el enemigo no viera el resplandor del fósforo.».
Así es como María Margarita emocionaba a la familia y a la gente que acudía a su casa para que les contara la película que había visto.
Hacen un esfuerzo especial por juntar las monedas y mandar a la niña a ver la película porque después ella la cuenta con mucha emoción y todo lujo de detalles, era una buena narradora y tenía una buena memoria.
Tan sencilla como poderosa, esta novela encierra un homenaje al arte de narrar historias, al tiempo que traza la mágica historia de los cines en los pueblos en sus tiempos de esplendor y decadencia.
Es necesario contar películas, historias o cuentos porque desarrolla el entendimiento y ayuda al proceso de desarrollo emocional de nuestro niños y niñas.
Nos dice Begoña Ibarrola que en esta nueva sociedad cambiante en que vivimos, contar cuentos (historias o películas) no es solo una manera de expresarse, sino también un medio para transmitir valores atemporales y educar la dimensión emocional de nuestros alumnos y nuestras alumnas. Los cuentos (las historias y las películas) son magníficas herramientas para educar las emociones y comprender nuestro mundo interior, a la vez que nos permiten adentrarnos en la vida de otros, observando el mundo y las miles de vivencias que en ellos se plasman desde una distancia de seguridad.
Las historias, con frecuencia, están llenas de emociones que nos llegan al corazón y es bueno meterlas dentro de todo lo que tenemos que enseñar porque así el aprendizaje se fija más y se hace más significativo, ayudando al desarrollo psicológico.
Quiero destacar en este asunto la historia que nos cuenta Miguel Roig, columnista de elDiario.es. y que es un poderoso ejemplo de las consecuencias que tienen las historias en las personas. “Relata que, durante un período de trabajo en una empresa de publicidad en Buenos Aires, había encontrado expuesta una historia escrita en la pared:
«Contaba que un redactor publicitario, camino de su trabajo, atravesaba todas las mañanas Central Park y dejaba una moneda en el sombrero que un mendigo había puesto a sus pies, junto al cual había un cartel en el que se leía «SOY CIEGO». Un día, rumbo a la agencia, el redactor le dijo al ciego ‘Hoy no te voy a dejar una moneda, hoy voy a escribir algo en tu cartel’. Al atardecer, el redactor, al volver a cruzar el parque rumbo a casa, le preguntó al ciego cómo le había ido durante la jornada. ‘Ha sido increíble- le contestó- me han llenado el sombrero de monedas; dime una cosa: ¿qué has puesto en el cartel?’. «SOY CIEGO Y HOY COMIENZA LA PRIMAVERA», le contestó el redactor».
Para la gran pedagoga Maria Montessori cada individuo tiene un papel para construir y perpetuar el equilibrio en el mundo. Así cada niño y niña, a través de estas historias obtiene una ayuda para encontrar su lugar en el mundo, la combinación de naturaleza, sociedad y universo. Todo está conectado y sin duda nuestras niñas y niños deben formar parte de esa conexión. Este libro nos da pautas y aspectos prácticos para saber cómo contar historias sin aburrir a través de la fascinación, el ritmo, la poesía, la imaginación, la realidad científica e histórica. De esta manera se despierta en los niños y niñas su pasión por conocer y su deseo por investigar» (Aprendiendo con Montessori y pedagogías activas).
Leer y escuchar a Basanta es pura emoción, transmite energía para seguir con una formación permanente a través de la lectura; en el libro Leer contra la nada nos va relatando sus propias emociones con los textos y nos va contagiando de ese amor que es tan necesario cuando te pones delante de un texto, dispuesto a aprender, a hacer tuyos nuevos pensamientos, nuevos conocimientos que van a potenciar tu postura y tus aportaciones a la sociedad en la que vives. «Leer contra la nada bebe de la sabiduría de tantos otros que me han iluminado en el camino…».
Leer y escuchar historias, sea un libro, una historia o una película nos llega al alma, por eso María Margarita tenía tanto éxito con sus narraciones que la gente, incluso habiendo visto la película, iban a su casa a escuchar cómo ella la contaba porque le ponía entusiasmo y emoción a lo que narraba y llegaba al corazón de los escuchantes.
“Como en casa el dinero andaba a caballo y nosotros a pie, cuando a la Oficina llegaba una película que a mi padre (solo por el nombre del actor o de la actriz principal) le parecía buena, se juntaban las monedas una a una, lo justo para un boleto, y me mandaban a mí a verla. Después, al llegar del cine, tenía que contársela a la familia reunida en pleno en la pieza del living”.
Un libro emocionante que puede resultar interesante para leer en clase y dialogar sobre la forma de contar historias, algo que frecuentemente se olvida dentro de la materia de Lengua y Literatura, algo que es muy necesario para que podamos expresar los sentimientos, algo que es importante para saberse desenvolver en la vida en la que hay que luchar con tantas injusticias que se cometen cada día, algo, en definitiva, que nos va a ayudar a ser mejores personas.
Puedes ver la reseña completa en El Diario de la Educación, publicada el 18 de octubre de 2023.