Lo importante es vivir la vida es una antología de textos de Carmen de Burgos seleccionados por Ana Rossetti. Es bueno recordar a las mujeres pioneras en la lucha por la visibilidad y los derechos femeninos.
En 2019 el Centro Andaluz de las Letras edita la antología ‘Lo importante es vivir la vida’, una selección de textos, cartas, entrevistas y artículos de Carmen de Burgos, elaborada por la poeta Ana Rossetti; quien propone un viaje a la periodista, escritora y activista Carmen de Burgos, que por justicia, hay que reivindicar y volver a leer.
La publicación comienza con una carta de la veinteañera Carmen de Burgos dirigida a la pensadora y periodista Rosario Acuña, en la que le confiesa haber colaborado en ciertas publicaciones. Le sigue una recopilación de fragmentos de sus novelas Venganza, un drama rural sobre el impacto de la mina en el mundo campesino y los abusos a los débiles; La voz de los muertos, unos divertidos diálogos entre personajes históricos y contemporáneos y de El retorno. Novela espiritista. A estas novelas le acompañan tres cuentos de su libro Cuentos de Colombine. La antóloga Ana Rossetti no ha querido prescindir de incluir ‘El artículo 438’ donde Carmen de Burgos plasma la manera injusta en la que el Código civil trataba a las mujeres. Lo importante es vivir la vida, que finaliza con la entrevista de Carmen de Burgos a la Infanta Eulalia, ambas apodadas respectivamente La Dama Roja y La Infanta Roja; dos mujeres tan rebeldes, tan fascinantes y a la vez tan distintas.
Ana Rossetti, cuyo verdadero nombre es Ana María Bueno de la Peña,nació en San Fernando (Cádiz) en 1950. Escritora de poesía, teatro y género narrativo. Fundamentalmente es conocida como poeta.
Carmen de Burgos nació en 1867 en Rodalquilar (Almería). Pareja de Ramón Gómez de la Serna. Fue una periodista, escritora, traductora y activista de los derechos de la mujer española. Conocida como “Colombine”.
En su afán de independencia del marido y de su familia, estudió magisterio y eso le permitió dirigir una escuela para niñas pobres en Almería. En 1906 se presentó a unas oposiciones y ganó una plaza en la Escuela Normal de Maestras de Guadalajara
Para ayudarse con el escaso sueldo de maestra, empezó a escribir artículos de prensa, actividad que era frecuente en la época. Pronto esta actividad fue ocupando su vida y, en 1906, se convirtió en la primera periodista profesional con rango de redactora.
Su labor en el campo del periodismo fue muy importante. Hizo visible las injusticias de la época y propuso soluciones para mejorar. Nos dice Del Pozo (Consejera de Cultura de la Junta de Andalucía) en el prólogo que junto a las entrevistas a mujeres relevantes, alumbró las aportaciones de las mujeres anónimas al tejido social. Dos de sus conferencias, La misión social de la mujer y La mujer en España, son imprescindibles para conocer la historia del feminismo español.
En su ensayo La mujer moderna y sus derechos, publicado en 1927, Carmen de Burgos analizó las distintas maneras de entender el feminismo en el siglo XX. Sus novelas son un fiel reflejo de la época y de sus preocupaciones.
Junto a Pardo Bazán y Concepción Jimeno propulsó la creación de Escuelas de Agricultura para las mujeres campesinas y el Instituto Profesional Femenino. Aprendió Braille para enseñar a niños y niñas ciegos.
Inquieta y reivindicativa con las injusticias sociales se fue haciendo a sí misma e hizo de su vida algo apasionante, algo que con su lectura nos puede enriquecer, incluso en estos comienzos del siglo XXI donde no faltan atropellos a la dignidad de las mujeres.
Nos dice Ana Rossetti que para Carmen de Burgos ningún obstáculo fue insalvable. Nos cuenta que su padre no estaba de acuerdo con el marido que había elegido y por ese motivo no asistió a su boda. Se presentó en la ceremonia sin padrino que la acompañase y sola se dirigió al altar, con 16 años y en el siglo XIX.
Carmen de Burgos se crió en un cortijo de Rodalquilar, esos años de libertad en la naturaleza también la hicieron consciente de la situación de opresión que vivían los campesinos y los mineros. En su novela Venganza presenta una mirada crítica al estar separada del ambiente en el que más tarde habría de desenvolverse como adulta.
Su vida transcurrió luchando por los derechos de la mujer, fundó la Cruzada de Mujeres Españolas y la Liga Internacional de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas. Organizó campañas y manifestaciones a favor del sufragio universal.
Recibió del Ministerio de Instrucción Pública una beca para estudiar los sistemas de enseñanza de otros países que ayudó a mejorar la escuela española. Estos viajes por Europa la ayudaron a contactar con las organizaciones feministas y a ampliar sus ideas y conocimientos en este campo que le preocupaba. Cuando estuvo en Finlandia para celebrar la victoria del sufragio femenino, la acusaron de espía y estuvo a punto de ser fusilada.
Estuvo como periodista en la guerra de Melilla. Nos dice Rossetti que de esta guerra vino horrorizada y volvió convencida de que ningún ser humano debe matar a otro. Su condena a la guerra, a la pena de muerte, su declarada objeción de conciencia, su defensa del divorcio y sus denuncias a las leyes que sometían a las mujeres, la llevaron a soportar críticas y persecuciones que, aunque no lograron callarla, la dictadura franquista censuró sus libros y apareció en una lista de autores prohibidos.
Resaltó las aportaciones de las mujeres anónimas al tejido social. Promovió la candidatura de Emilia Pardo Bazán a la Real Academia, apoyó a Clara Campoamor en su lucha por el sufragio universal, colaboró con asociaciones y organizó brillantes tertulias. Dos de sus conferencias, La misión social de la mujer y La mujer en España, son imprescindibles para conocer la historia del feminismo español.
Murió en Madrid, el 9 de octubre de 1932. Justo le falló el corazón cuando se disponía a pronunciar una conferencia sobre la educación sexual en el Círculo Radical Socialista. “Toda una vida deshecha en cuartillas”, como ella misma dijo.
Esta antología resulta interesante para darnos a conocer y recordar lo que significó Carmen de Burgos en el principio por la lucha de los derechos de las mujeres.
Ser feminista no es solo vestirse de morado; ser feminista es asumir que las mujeres tenemos los mismos derechos y que de ninguna manera y en ninguna circunstancia podemos ser ninguneadas; ser feminista es creer en las personas y respetar cada una de sus virtualidades; ser feminista es creer en los Derechos Humanos Universales y respetarlos; ser feminista es tarea de hombres y mujeres por desterrar las diferencias; ser feminista significa compartir tareas, no “ayudar” a la mujer porque no es solo tarea de ella; ser feminista es cuidar de que la ciudadanía respete los cuidados no solo de los niños y niñas sino de los mayores, como una tarea que debe asumirse en conjunto, no solo por parte de las mujeres; ser feminista significa dar valor a las opiniones de las mujeres en los ámbitos sociales, como personas que pueden desarrollarse y construir una ciudadanía activa, en beneficio de la mejora de la democracia…
Esta Antología debería darse a conocer en los institutos ya que de todos es conocido el repunte machista que hay en la juventud del momento. Es necesario concienciar a nuestra juventud de que otras mujeres, hace muchos años, empezaron con esta lucha democrática y que no debemos dar ni un paso atrás en lo que significa la concepción de la mujer dentro de la sociedad y sus propios derechos.
Puedes ver la reseña completa, publicada en El Diario de la Educación, el día 11 de octubre de 2023