La Colina de Peralías
03.05.2023

«Mala letra». Sara Mesa

por Dolores Álvarez

 

Sara Mesa nos presenta su libro Mala letra así: “Para conseguir buen carácter de letra es preciso coger bien la pluma, sin apretarla, y escribir siempre despacio”. Nos sorprende con estos relatos y nos vuelve a embaucar en su lectura. Una de las cuestiones que planean sobre este conjunto de relatos: la de la escritura indócil, libre y acelerada, la escritura que araña y rasga la memoria, que destroza los recuerdos y hace de ellos otra cosa. ¿Será acaso porque no coge bien el lápiz, porque no lo coge como “Dios Manda”, como le decía su maestro?.

Mesa nos presenta once relatos sin aparente conexión entre ellos aunque yo creo que es la vida que los narra lo que une esta sucesión de historias y el sufrimiento que siempre llevaba a cuestas por el hecho de no coger el lápiz “como Dios manda” y al que recurrían continuamente, son los recuerdos de la infancia los que nos evocan estas lecturas.

Sara Mesa tiene la virtud con su escritura de tocar temas íntimos que te hacen reflexionar en algún momento de tu vida y que relaciona con algún instante vivido, aunque no haya sido en primera persona.

Toca el tema del suicidio de un adolescente y a la vez trivializa el suicidio de las personas mayores, algo más normal en nuestra sociedad. Con mucha delicadeza hace un repaso por el ambiente que se vive en el instituto en un día tan especial como es que se haya suicidado un compañero. El profesorado, al igual que el alumnado, está consternado y hacen las clases diferentes, se da un momento reflexivo. Pero hay una profesora que se muestra ajena al tema, precisamente la de Religión, y da su clase como si fuera un día cualquiera. ¿Qué nos quiere mostrar la autora ante tanta insensibilidad? Quizás quiere que reflexionemos de nuestro trato con los adolescentes, personas altamente sensibles ante las desgracias que le rodean.

Otro de los relatos que muestra su vinculación con la escuela es el del niño que apenas movía unos milímetros de sus párpados, que estaba en cama, con todo el aparataje médico y que su madre lo cuidaba. Ese chaval estaba vinculado a un instituto y, de vez en cuando, participaba en la medida de lo posible en alguna actividad colectiva. En este caso se deja entrever la opinión dudosa de una profesora en cuanto a la inclusión y los errores que cree que se están cometiendo preparando todo para que el chaval asista a una charla en el instituto.

Esta historia también es estremecedora pero es más habitual de lo que pensamos. He conocido un caso similar que solo movía unos milímetros de lengua y que los servicios de apoyo le implantaron primero una máquina para que hablara en código morse y después un programa informático que sintetizaba su voz y hacía que pudiera comunicarse con los que le rodeaban o por pantalla. Un ejemplo de inclusión en el que la tecnología hizo sentir y comunicarse a una persona con una verdadera dificultad que antes se lo impedía.

La niña que cogía mal el lápiz nos hace vibrar con sus historias y demuestra que en educación las cosas no pueden estar tan encasilladas que hay una parte de creatividad personal que hace que cada persona pueda seguir su ritmo y tener un engrandecimiento personal aunque se salga de los cánones estipulados en las normas más conservadoras.

Puedes ver la reseña completa en El Diario de la Educación, publicada el 3 de mayo de 2023.

comentar

Por favor, cíñete al contenido propuesto, sé respetuoso contigo y con los demás, con la ortografía y la gramática. Los comentarios pueden ser moderados por una cuestión de SPAM, pero además nos reservamos el derecho a no publicar cualquiera que resulte violento u ofensivo

Acerca de La Colina de Peralías
El blog La Colina de Peralías está hecho con Wordpress 4.8.12 para ZEMOS98.
Follow

Get every new post on this blog delivered to your Inbox.

Join other followers: