Leyendo el libro de Lourdes Jiménez, «Aprendizaje para la vida» (Más allá de las teorías), me he encontrado con una idea que ha estado presente a lo largo de mi carrera docente. Hay que enseñar a los niños y las niñas pegados a la realidad, con experiencias que les hagan sentir y queden en su poso cultural a lo largo de la vida.
De nada me sirve darles grandes teorías alejadas de la realidad, si después no saben resolver un problema concreto en su día a día. hay que sentir los aprendizajes, hay que conectar la escuela con la calle, con la sociedad, con el entorno más cercano, eso sí hace que lo que aprendan se les quede para siempre porque la experiencia vivida con el corazón, esa no se olvida.
De igual manera la escuela no puede matar la creatividad y encerrar el conocimiento en las cuatro paredes del aula, hay que expandirlo y hacer que los conocimientos sirvan, de verdad, para la vida.
Como consecuencia de lo anterior podemos deducir que no hay conocimientos unos más importantes que otros, todos forman parte del desarrollo integral del alumnado y a todos hay que cuidar de la misma forma.
Lourdes Jiménez piensa que esta forma de mirar la educación hará que la escuela se transforme. Quiero destacar estas apreciaciones de la autora de cómo ella ve la escuela:
– Yo veo la escuela en cada lugar en el que miro, en cada rincón donde hay niños, en cada persona capaz de mostrar, desde el cariño a su profesión, aquello que sabe hacer.
– Yo veo la escuela en cada sonrisa que habla sin decir ni media palabra, en cada emoción en las miradas, en cada anécdota, en cada turno de palabra, en cada forma de escuchar, en cada manera de compartir, de intercambiar y de aprendernos,
– Yo veo la escuela en la paciencia de enseñar a fuego lento, en la forma en la que un maestro prepara sus clases, con la emoción de un alumno que está por descubrirlas, en cada regreso a casa y en cada saludo de bienvenida por las mañanas.
De esta forma tan melodiosa y real se va desarrollando el libro de Lourdes Jiménez el cual os recomiendo si queréis cambiar vuestra práctica docente, si queréis que la educación sea el verdadero motor que transforme la sociedad. Os lo recomiendo porque está lleno de magia, de ideas prácticas, de actividades reflexivas…
Podéis acceder a la reseña completa en el Portal de INED21.