Elena Piñero, Rocío Espinosa, José Antonio Jiménez y yo formamos un grupo viajero que nos entendemos muy bien, lo mismo comemos un bocata que nos vamos a un buen restaurante, lo mismo vamos a un museo que nos vamos a dormir la siesta una tarde, nos compaginamos, comprendemos los problemas de los demás y nos apañamos unos entre otros, por eso viajamos bien y nos compenetramos, compartimos buenos momentos y, a veces malos, pero, aunque en la distancia, hemos seguido viviendo buenos ratos.
En este diario vamos a hacer una experiencia nueva, lo vamos a compartir, es decir, vamos a hacer un texto colectivo, esa era mi intención pero la atención se desviaba continuamente, así que voy a terminarlo para que salga a la luz.
La cosa empezó así, hace meses… una de nosotras (Rocío) comentó que se venía a ver a Elena a Madrid con la idea de visitar Valencia durante unos días y dijimos «pues nosotros (JA y yo) también vamos», así salió la idea de este viaje, simplemente porque queríamos estar juntos, teníamos claro que veníamos en coche, recogíamos a la madrileña y nos íbamos a Valencia, después pasaríamos unos días en Madrid.
En Valencia hemos estado tres días, en un hostal recomendado por mi hijo BJ,Hostal Antigua Morellana, en pleno centro de la ciudad y con un personal superamable, sus instalaciones son sencillas y muy acogedoras.
Hacemos un paréntesis, ahora estamos hablando de la tarima flotante que va a poner Elena en el apartamento, así es este grupo, lo mismo viaja que arregla una casa, que habla de lo que vamos a hacer mañana, un popurrí de conversaciones que nos hacen sentirnos como amigos en la cotidianidad del día a día.
Esta gente es muy informal para trabajar, ahora estamos hablando de médicos y de colesterol, ya sabéis, cosas de la edad. Dice Elena que el colesterol es emocional, que no sabemos relajarnos en los trabajos, nos cuenta del caso de una compañera a la que le pusieron un holster y sólo le subía la tensión en el trabajo…
En Valencia hemos visitado la Ciudad de las Artes y las Ciencias y hemos sacado las siguientes impresiones:
– Hay que ver lo que hay fuera para apreciar lo que hay dentro de nuestra comunidad.
– La obra arquitectónica de Calatrava es impresionante pero el contenido del museo es decepcionante, pensamos que el Parque de las Ciencias de Granada está mucho más actualizado y más interactivo.
– Valencia es una ciudad agradable, su gente es muy amable y muy asequible, se puede pasar una temporada en ella con tranquilidad.
Vamos a cenar en casa de Elena, después de ver los magníficos dibujos que hace, está dibujando para relajarse y no lo hace nada mal, le aconsejamos que siga y, por supuesto, que nos haga uno a nosotros como recuerdo.