Bienvenidas a la hiperrealidad: Princesas de barrio

por preescolar

«Algunos dicen que estamos jugando a los recortables contigo»

Jorge Javier Vázquez a Belén Estaban en «Sálvame Deluxe», 19 de Diciembre de 2009

Llevo desde ayer preguntándome qué es un docushow. Reformulo mi pregunta: llevo desde anoche pensando qué pensará mi abuela sobre qué es un docushow. O mi hermana, a la que quiero con locura pero que es un poco ingenua. O mi prima de 11 años. Me pregunto qué efecto les habrá causado encender la televisión un domingo por la noche y encontrarse con “ese” formato televisivo diferente pare ellas (sin duda hay muchas ellos en la misma situación, pero yo voy a hablar de lo que tengo cerca).

Me resulta irresponsable la de veces que nos ahogamos en nuestras propias burbujas de realidad, en nuestro códigos. Nos sentimos protegidas de las miserias de la televisión porque tenemos el conocimiento necesario para desmantelar sus mentiras. O eso creemos, así que con hacer click basta. Con apagar la tele, ya está. ¿Seguro?

La primera vez que vi una promo de Princesas de Barrio pensé: “Cómo la lían los de La Sexta que están haciendo un falso documental en línea de ‘Princesa del Pueblo’, parodiando el modelo de Tele 5 y a su rentable Belén Esteban”… pero no. ¿Para qué conformarse con un producto si podemos tener 4? La Marta, La Jessi, La Iratxe y La Paqui.

Ayer por la tarde llamé por teléfono a Cuatro Cabezas, la productora responsable del programa. Me atendió una operadora y más o menos esta fue la conversación:

– Hola, llamo de una radio local de Sevilla para un información sobre Princesas de Barrio…

– No, perdone, ya está todo cogido

– ¿Cogido? ¿El qué?

– Que ya no queda puestos libres, que ya están todos lo puestos ocupados…

– No verá, yo llamo porque me gustaría entrevistar al director del programa

– ¿Entrevistar? ¿Y eso por qué?

– Pues mire usted por..

– Lo mejor que puede hacer es escribirle un correo a la jefa de prensa

Me lo da y cuelga.

Entonces, volviendo a la pregunta inicial, en la Wikipedia encuentro lo siguiente: “Docudrama puro o docushow, en el que se presenta la realidad tal como ocurre en el momento, pero bajo una estructura de historia dramática, por ejemplo, los programas que muestran el trabajo en una sala de emergencias de un hospital.»

El domingo, mientras Felipe y yo nos enfrascábamos en un debate estéril sobre la veracidad o no de sus protagonistas, La Sexta conseguía entre un 7,3% y un 8,4 % de cuota de pantalla. Sean o no actrices (a todo esto, todos los somos, ¿no?) lo dramático es la pretensión de autenticidad del formato.

Si todo esto, por controvertido que parezca, no estuviera acordado con las cuatro actrices, si simplemente se diera la casualidad de que algunas de ellas han pasado fugazmente por televisión, si de verdad un día los señores y señoras de La Sexta se acercaron a estas chicas y les dijeron algo así como: “Hola, te hemos estado observando y creemos que das el perfil adecuado para un documental. Queremos transmitir al espectador medio la realidad de las jóvenes de la periferia del estado español con el fin de transformar vuestra propia existencia”, entonces…la pregunta es ¿Qué mensaje nos está queriendo trasladar la televisión? Porque me pregunto si en la planificación y firma de los distintos contratos se utilizaron palabras como “choni”, “poligonera”, “arrabalera”, y si las cuatro chicas estuvieron de acuerdo. Me pregunto si las hicieron partícipes de la identidad que pretendían construir (y que cientos de medios y blogs reproducirían casi calcando la nota de prensa) a raíz de sus propios relatos o si por contrato van a tener que enfrentarse a sus propias caricaturas.

Sin embargo hay otro supuesto en el que me da más miedo (si cabe) la planificación televisiva. Pongámonos en el caso de que se trata de un programa absolutamente orquestado, con su casting exahustivo, su guión pormenorizado, su product placement, sus actrices y actores…En un modelo que emula a “Mujeres Ricas” (ya sabéis, ese despliegue de medios al alcance de unas pocas que, en época de crisis, sólo puede ser traducido como terapia de shock) la televisión de Mediapro decide transformar el exceso de botox en exceso de guturalidad para decir “egque tía”. El mismo modelo, la misma exageración, la misma distancia aberrante entre la “realidad televisiva” y “la realidad real”. Si esta es la decisión deliberada de sus creadores…deberíamos volver a preguntarnos: ¿Qué mensaje nos está queriendo trasladar la televisión? ¿Hemos entrado en la post.crisis? ¿Es esta la verdadera distopía?

http://www.youtube.com/watch?v=527-ktSjK2g&feature=player_embedded

La Marta, perdón, Marta, que se autocomenta en su página de Fan para solicitar que corrijan su nombre “porque en el DNI no viene La”, es una habitual de los saraos televisivos disfrazados de telerrealidad. No en vano ha pasado por el inframundo de Mujeres y Hombres y Viceversa. Y no hay nada como pasar por los foros para sentirse una verdadera hacker de la cultura popular: Marta en el trailer de Crapulosos, serie porno española.

Pero no es la única “no anónima” del elenco. Aquí un vídeo de Paqui, en Castilla La Mancha Busca Estrella.

En “Belén Esteban y la fábrica de porcelana” su autor, Miguel Roig, nos habla de que ahora más que nunca se entrecruzan los límites entre la realidad y la ficción ya que los tiempos para las historias son otros. Los nuevos personajes televisivos, al estar en constante narración, no forman parte de historias con planteamiento, desarrollo y desenlace, sino de híbridos donde se les permite mutar física y emocionalmente según las exigencias de la época.

Un último apunte, que tanto las ricas como las del polígono sean mujeres, con sus madres y abuelas también retratadas, no es ninguna casualidad. Y no obedece a una simple cuestión de target.

Bienvenidas a la hiperrealidad.

• comunicación
• ficción
• hiperrealidad
• metaperiodismo
• periodismo
• princesas de barrio
• realidad
• televisión

• 
• 
• 
•