La educación física. Rosario Villajos (Seix Barral, 2023)

por Dolores Álvarez

Una novela dura, La educación física de Rosario Villajos (Seix Barral,, 2023), está ambientada en los años noventa y nos relata de forma cruda los cambios de la adolescencia y cómo los siente en su cuerpo y en sus sentimientos la protagonista del relato, Catalina. Una familia tremendamente conservadora y encerrada en sí misma, en la que el padre tiene el poder; mejor dicho, el padre y el hermano, y las mujeres son seres que no pueden manifestarse y que solo deben protegerse ante el mal que les venga de los hombres de fuera de la familia. Una sociedad enferma que ataca a las mujeres como seres metidos en un cuerpo que no debe saltarse los cánones establecidos.

“Las mayores batallas de una mujer se libran en su propio cuerpo”.

«El jurado del Premio Biblioteca Breve 2023 ha destacado La educación física, novela ganadora por unanimidad, por una voz narrativa que explora su propia identidad a través del cuerpo y que, al hacerlo, recoge el sentir de una generación y lo convierte en una experiencia a la vez única y universal». Jurado del Premio Biblioteca Breve 2023.

Catalina, que ya ha cumplido dieciséis años, pasa las tardes en la casa de su amiga que está en una urbanización de las afueras de la ciudad. Una tarde de finales de agosto abandona la casa tras sufrir un desagradable percance. Le da miedo hacer autostop por todo lo que su madre y las noticias cuentan, pero no encuentra otra forma de llegar a su casa a la hora que le tienen estrictamente estipulada.

Ambientada a principios de los años noventa, La educación física dibuja el retrato de una adolescente marcada por una relación complicada con su propio cuerpo y por el rencor hacia un mundo empeñado en convertirla en culpable por el hecho de ser mujer, y pone en evidencia los relatos sobre los que se construyen los valores de toda una generación.
La autora nos muestra ampliamente y de forma valiente cómo todos los sentimientos se reflejan en nuestro cuerpo y se viven de forma traumática a ciertas edades en las que los cambios físicos son muy relevantes.

La novela tiene un ritmo acelerado, marcado con un pequeño reloj que va presentándote el tiempo que va recorriendo la protagonista, ya que tan solo le quedan cuatro horas para llegar a su casa porque familiarmente está sometida a unas normas muy estrictas en cuanto a horarios y salidas.

“Una voz narrativa que explica su propia identidad a través del cuerpo y que, al hacerlo, recoge el sentir de una generación y lo convierte en una experiencia a la vez única y universal”.
Esta voz que relata estos procesos de cambio en la adolescencia podría encarnarse en cualquier mujer, no solo de la década de los noventa, también podría suceder ahora y sucedió en tiempos pasados. Las mujeres seguimos sintiendo esta espada de Damocles ante nuestros cuerpos desde la mirada masculina y las familias seguimos advirtiendo a nuestras adolescentes para que se cuiden, para que no provoquen, para que no despierten la furia social que el sexo conlleva en los cuerpos femeninos.

Catalina se hace daño a sí misma, es su forma de acallar su interior, el daño físico la hace no pensar en otros problemas que está sufriendo, tan solo por el hecho de ser mujer y estar despertando a la vida adulta, con la cual no se siente identificada y por eso se muerde las uñas, se arranca pelos, se arranca las costras de las pequeñas heridas…

“Su furia muda está hecha de dolores de espalda, estómago, garganta, de palpitaciones y lipotimias, de una especie de miedo antiguo, casi amigo o, al menos, un enemigo conocido por ella”

Tampoco se conoce a sí misma, no distingue la tristeza del enfado, el miedo del deseo, estar enamorada de admirar a alguien…lo que tiene claro es el rencor que lleva dentro y lo esconde para ella, es más se hace ella la culpable y no sabe denunciar lo que ha pasado por el miedo que le supone ante los demás el que no la crean, el que piensen que fue ella la culpable, por eso se hace daño a sí misma, porque no tiene una vía de escape o una persona de confianza con la que pueda hablar sobre todos los temas que le preocupan.

“Necesita rehacerse, reformarse cuanto antes, recuperar lo que supone que era ayer mismo. Volver a ser quien era. Cree que todas sus preguntas tienen respuesta en la cultura clásica, incluso su nombre. Catalina, le explicó papá hace años, tiene origen griego, significa “pura” e “inmaculada””.

A lo largo de la novela la protagonista se cuestiona los escenarios vividos o por vivir y se pone a pensar distintas opciones para llegar a una solución que sea aceptada tanto por su familia, por los demás amigos o por sus profesores, ella no quiere meterse en problemas, trata de agradar aunque en su fuero interno no esté de acuerdo con algunas de las alternativas tomadas.

Catalina se siente distinta, tiene buen cuerpo pero no quiere sentirse guapa, no se deja llevar por las modas del momento, no le gusta la música que escuchan sus amigas, no siente la necesidad de tener un novio, se siente rara en el grupo de “amigas”, siente que las demás la observan y eso le hace querer esconderse como la mariposa en su crisálida.

En definitiva, Catalina está sufriendo su cuerpo, sus cambios no le enorgullecen y está sintiendo que la sociedad le aprisiona en un corsé que no es el de la libertad de las personas, ella no entiende a su familia y tampoco entiende a los profesores, ni a sus amigos y amigas que se mueven por valores e intereses distintos.

La narrativa es sencilla y a la vez te lleva a grandes reflexiones. Creo que es una obra muy adecuada para debatir en Secundaria y Bachillerato, se lee con mucha curiosidad y te hace pensar en tus propias vivencias, la veo muy adecuada para llevar a reflexiones sobre la situación de la mujer en la sociedad actual. Una sociedad que sigue martirizando y esclavizando por el solo hecho de ser mujer.

Creo que es un libro muy recomendable para que lo lean los hombres, para que se hagan consciente de todo lo que significa el hecho de ser de otro sexo y analicen sus posturas machistas desde edades muy tempranas. Pienso que puede ser también útil para las familias de forma que puedan entender mejor esta etapa en la que la niña se va convirtiendo en mujer y que tiene sus necesidades, no es necesario olvidarse de ellas porque ya son mayores, hace falta mucho diálogo comprensivo en el que la propia familia sea el apoyo necesario y el cuidado ante las dudas que se vayan presentando.

Hace falta que la sociedad actúe contra el machismo desde los sectores educativos, desde la primera infancia, para que no se sigan perpetuando los mismos esquemas de siempre con respecto a la diferenciación de los sexos. Somos personas con derechos y no debe haber ninguna entidad ni persona que nos lo silencie ni los avasalle.