El libro Relájate y educa (Plataforma Editorial, 2021) de Amaya de Miguel hace reflexionar a las familias analizando sus propias experiencias en la convivencia familiar y los problemas que se plantean en la cotidianidad con los niños y las niñas. Nos da herramientas útiles desde el punto de vista de la pedagogía positiva para resolver esas interferencias que día a día se presentan en la vida en común del hogar.
Amaya de Miguel nos ofrece caminos que pueden dar respuesta a la vida cotidiana en familia desde el punto de vista de la crianza y la adolescencia, aunque se centra más en los problemas de los primeros años: gestión de enfados, peleas entre hermanos, el tema de los deberes escolares en casa, el orden, las pantallas… Incluye también herramientas de “disciplina juguetona” que a través del juego, canciones y humor pueden resultar recursos eficaces para solucionar las situaciones más difíciles y complicadas del día a día, para reducir la tensión emocional y para conseguir que los niños y las niñas interioricen las conductas positivas.
Un libro necesario para las familias que se encuentren en apuros. Nadie nos enseña a ser padres ni madres y, a veces, nos encontramos con situaciones embarazosas a las que no sabemos darles una salida que vaya en beneficio de nuestros hijos e hijas. “Nosotros, los adultos que tenemos niños a nuestro cargo, podemos encontrar la mejor melodía para que nuestros hijos nos sigan. Las canciones, los juegos, hacer el payaso y los cuentos son melodías muy eficaces y que, además, generan un vínculo fuerte entre el adulto y el niño”.
Nos dice Amaya en el Epílogo que de los cientos de adultos que han conseguido construir una familia en armonía ha aprendido algo, y es que lo más importante para lograr el cambio es la transformación del adulto en cinco áreas:
• Pasar de centrarse en la conducta del niño a centrarse en construir un buen vínculo con él.
• Pasar de actuar regañando ante las equivocaciones a actuar siendo un guía que acompaña y muestra el camino que seguir.
• Pasar de considerar a la niña una enemiga a la que debo vencer a verla como una niña que necesita ayuda para superar sus dificultades.
• Pasar del lenguaje basado en la hostilidad (gritos, castigos, amenazas, chantajes y premios) a un lenguaje basado en la conexión y la alegría.
• Pasar de una vida en la que las prioridades son externas a una vida en la que se priorizan las necesidades emocionales de todos, incluidas las de los padres y las madres.
Puedes ver la reseña completa en El Diario de la Educación, publicada el día 26 de abril de 2023.