Este libro llegó a mis manos gracias al intercambio que hicimos en nuestra calle en el Día del Libro 2020, durante el confinamiento. Llegó a mí con la siguiente dedicatoria: » La vida es un libro. Algunos capítulos son tristes, otros felices y otros excitantes. Pero si nunca vuelves la hoja, no sabrás lo que el próximo capítulo depara», abril 2020.
Sinopsis: La Fundación contra el Terrorismo y la Violencia «Alberto Jiménez-Becerril», convocó en 2009 el IV certamen bajo el título «CREADORES POR LA LIBERTAD Y LA PAZ«, con el que se pretendía reflexionar sobre nuestros valores de libertad, convivencia, paz, concordia, tolerancia, así como expresar el firme rechazo a todo tipo de violencia, considerando que deben ser estas las normas de comportamiento de todas las personas que se esfuerzan cada día por un mundo mejor. Este libro recoge una selección de participantes en las modalidades de: Poesía, Narrativa, Ensayo y Fotografía (Fundación Jiménez-Becerril, 2011)
(Foto de Aurelio Moreno «Paz de plata»)
«Todos los participantes y lo que cada uno de ellos representan, incluso creo que todos los ciudadanos de bien, desearíamos no estar formando parte de otra cosa que no fuese un sencillo y entrañable certamen artístico. Pero la sinrazón de la intolerancia y del fanatismo nos obliga a recordar, y nos obliga también a reafirmarnos en la creencia de la libertad y de los valores de convivencia, respeto a la pluralidad y pervivencia del estado de derecho, que debe funcionar para llevar, más pronto que tarde, a los asesinos ante la justicia primero y a la cárcel después. Y, aunque miremos desde el dolor, solo veremos memoria, reconocimiento, justicia y libertad, porque cuando se asesina a una persona, no se matan sus ideas, solo se asesina a una persona» Jesús de la Lama (Director Gerente de la Fundación)
«…
Ver de noche el azul del firmamento
contar estrellas una a una
y cuando salga la luna,
quizás, en ese preciso momento,
me llegará la paz como fortuna,
estaré feliz, dichoso y contento»…
(«Deseo». Gregorio Ruiz)
«… Amigo Lobo, ya me permito tu cercanía para un coloquio en franca avenencia, será largo, duro y posiblemente deberás doblegarte a algunas causas injustas para ti, pero yo ahora te digo: permíteme un consejo, ¿vale? (¿cuánto tiempo hace que no tomas el sol?) y ese cuando sale lo hace para todos…» («Adiós Lobo». José Villalba)
«… Desde pequeño tenía tendencia y pasión por enfrascarme en asuntos que pudieran no ser míos, pero que yo hacía de mi propiedad si en ellos andaba de por medio alguna persona indefensa. Y más de un chichón cobré por luchar contra las injusticias y los abusos. Y más de una riña de mi madre me gané por meterme donde mi solidaridad me decía que debía estar. Pero al final, el deber de mi conciencia y el orgullo que mi madre sentía por mí eran pomada para sanar moratones. Luego, supe que ella llevaba la procesión por dentro: el temor a que me pasase algo malo arañaba su alma»… («El abrazo» Juan Carlos Pérez)
» Era media mañana cuando llegué a mi casa, estaban de visita mi sobrino con su mujer y su hijo de poco más de dos años, llamado Javier.
El chiquillo al verme con alegría en sus ojos me dijo: tito ¿de dónde vienes?. Yo contesté: del campo.
Él con mirada ingenua y voz entrecortada ¿El campo qué es?
Me dejó la pregunta desconcertado y el entendimiento en blanco. Al paso de unos segundos reaccioné y se lo comenté a mi manera.
Después cogí pluma y la explicación quise dejarla plasmada en este papel.
El campo es el pulmón de la vida, arrope de los recuerdos y ambrosía de libertad.
Donde antaño, la vegetación y el mundo animal vivían en «Paz»
Cuidémoslo, ¡por favor!, cuidémoslo…»
(«El campo» Gregorio Ruiz)
Una recopilación de textos que nos hablan y nos hacen reflexionar sobre la PAZ siempre son bienvenidos. Gracias a los participantes en este certamen.