Estimada jueza,
Soy Carolina. No me conoce, aunque estuvimos sentadas lado a lado en el acto de campaña de Chamartín. Una de esas activistas que la ha acompañado en la candidatura. Una de ésas que se ha pasado un centenar o dos de horas en asambleas para diseñar lo que ahora es el partido que gobierna Madrid (en minoría). Una que ha puesto amor y ganas en la organización, junto a otros centenares, a las primarias que la llevaron al primer puesto, y a la campaña que realizamos durante dos frenéticas semanas. Una que, también he de decir, no apostaba por “gobernar escuchando” como lema, era más de “mandar obedeciendo”.
No puedo seguir todo lo que usted cuenta a la prensa, pero empiezo a tener la sensación de que -a cuatro días- usted me está gobernando hablando.
Vengo de leer la entrevista que da a Le Figaro (en verdad el extracto de libre acceso). Sólo eso comentaré, por no alargarme.
Désignée tête de liste d’Ahora Madrid alors que le programme avait déjà été élaborée par un processus participatif, elle dit “ne pas se sentir engagée” par le détail des propositions.
«On me dit que ces réunions servent à homogénéiser les positions. Pas du tout, cela crée une mauvaise ambiance et des divisions!»
Manuela Carmena a jugé “très traditionnels” les activistes qui accompagnaient sa candidature. “Je crois être beaucoup plus rénovatrice qu’eux. J’ai découvert dans l’activisme une attitude très classique, très rigide
Las cosas son mucho más sencillas sin asambleas, desde luego. Son (eran) tan sencillas, que íbamos a lo mejor a votar cada cuatro años sin creernos nada de lo que pasaba, ni a ninguno de nuestros representantes.
De ahí venimos muchas de nosotras, de no saber ni actuar ni participar de las decisiones que tomaban unos pocos -de no conocer la palabra “política”-. De sus palabras se desprende algo así como una esencia súperheroica: “dejad de reuniros, ya estoy yo de alcaldesa”.
Yo la entiendo: se pierde demasiado tiempo debatiendo. Aunque lo contrario será que la dejemos a su aire.
O vale. Pues quizá.
Pues no.
Dice usted que es más renovadora que todos esos activistas que la han acompañado. Da entrevistas a la prensa, casi cada día aparece en los medios, y no pierde ocasión de ostentar su triunfo (felicidades). Se dice a sí misma independiente, es algo hermoso, aunque no sé dé cuenta de que se es siempre inter-dependiente, en la vida cotidiana y en la política que (le) hacemos. Ningunea los meses de elaboración de programa que la recibieron y la participación ciudadana en el mismo. Es probable que usted sea más renovadora que cualquiera de los abuelos y abuelas que se pusieron en la puerta del Hospital de la Princesa, que los miles que salieron en las mareas, que cualquiera de las activistas que llevan años parando desahucios, que cualquiera de los que nos hemos puesto a trabajar sin medir las horas en construir una candidatura municipalista. Ésa es la gente que la ha acompañado.
Es probable. No le pediré que lo demuestre. Pero son ellos -somos nosotras- las que apostaron por esto que ahora la hizo alcaldesa.
Pues la ilusión con la que hemos llegado hasta aquí me la está matando con cada declaración.
El sábado pasado me fui a Cibeles y pude ver a varios centenares de personas emocionadas al recibirla tras el pleno de investidura. Incluida a una niña que cumplía cuatro años.
Llegué a las Vistillas todavía con sol y me pegué el baile municipalista de la primavera. La emoción me duró pocas horas.
Cada vez que la leo en la prensa -pero me remitiré tan sólo a esa entrevista- siento que está feliz de mostrarse, hacer, sola.
No es tan sólo su personalidad ni su linda forma de hablar ni su disposición empática la que le llevaron a la alcaldía. Vale, algo tuvieron que ver.
Tiene un equipo y no son tan sólo 19 concejales. Tiene mucho más. Tiene, tuvo, a una ciudadanía distribuida, despierta y organizada. La ciudad de Madrid está llena de saberes, no están, es imposible que estén, en una sola persona.
Son esos saberes los que la han hecho alcaldesa, a mi parecer.
Pero los llama rígidos y anticuados, cuando hemos desbordado, antes y durante y después, todas las formas conocidas de organización de partido. No solamente en Madrid, ha de decirse.
Puede seguir creyendo que todo lo ocurrido se debió a su arrolladora personalidad. La seguiré leyendo en la prensa y seguiré donde estaba antes de las elecciones (en una candidatura en la que la acompañé, en el número 62 de la lista, pero yo soy anécdota: mire cerca): donde estaba, fuera, trabajando con otras muchas personas para hacer llegar a todos los rincones de Madrid que el ayuntamiento es nuestro.
Docenas de amigos “activistas” sintieron o pensaron que los estábamos abandonando por entrar a colaborar en este lindo engendro confluyente, institucionalista. Hoy soy yo la que siento que ya nos ha abandonado, que escuchará selectivamente. Que el programa que elaboramos sólo son “sugerencias”. Que la aburren las asambleas (y a quién no). Para mí es sencillo: sin nosotras no podrá renovar a lo grande, se lo encontrará todo en contra. No he conocido superhéroes (ni heroínas) en política: cuando lo parecen, están invisibilizando lo que los llevó hasta ese lugar.
Pero mi experiencia es corta. No tengo cuarenta años en una magistratura. Ni siquiera una década de activismo en movimientos. Hay gente que sabe mucho más, que analiza más en lo profundo. Los escucho todos los días, de todos ellos y ellas aprendo. Algunos se sientan (o sentaban) en su junta de gobierno.
Cuando nos inventamos todo este asunto del municipalismo, sabíamos entre otras cosas que ya no era tiempo de heroicidades. Pretendimos cambiar las formas de la política y “ser todas y todos el alcalde de Madrid”, qué caramba.
Cambiar las formas de exhibición en lo público podría pasar por, a lo mejor, reconocer que no se está sola, que no se puede ser todo a la vez. Desestime usted a las miles que la levantamos, no nos importa. A mí no me importa, porque es fácil ser retaguardia, y reconocer mis (muchas) debilidades. Y las inmensas fortalezas que me da trabajar en común.
Con debilidades se puede (se debería poder) hacer política. Creía que la escucha iba de eso.
//Escribo esto hoy porque de pronto tengo un poco de tiempo. Alguien me dijo estos días que tenía el blog abandonado: por el municipalismo.
Escribo también porque, activista que he apoyado Ahora Madrid, nunca me alié en nada de carácter religioso y pretendo mantener mi libertad de pensamiento. No tengo Le Figaros, tengo un blog.
Y escribo esto porque puedo. //
Más lecturas de gente lúcida. Sobre el “método ganemos” del que formo parte, Montse Galcerán:
https://www.diagonalperiodico.net/la-plaza/27036-metodo-ganemos-o-aprendiendo-hacer-politica-comun.html
Sobre lo que ha supuesto la primera “crisis” de este gobierno breve:
http://iohannesmaurus.blogspot.be/2015/06/el-15m-de-la-casta.html
http://blogs.publico.es/contraparte/2015/06/16/el-cese-de-zapata-una-decision-pesima/
[…] Ay Carmena (sobre heroicidades varias) […]
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Lo que dices es interesante pero si se basa solo en el artículo de Le Figaro, tienes que tener en cuenta que es un periódico orientado a la derecha, afín al partido UMP francés, partido miembro del partido popular europeo. Y no se luce habitualmente por su objetividad, suelen servir a sus lectores lo que éstos quieren leer. Creo que la Señora Carmena se merece un margen de confianza y sobre todo que juzguemos lo que dice cuando sale de su propia boca, y tomarnos con cierta cautela la imagen que algunos medios de comunicación extranjeros quieren dar de ella y del movimiento que representa. Tiempo al tiempo… 🙂
Mal vamos si desde dentro ya estamos así sin haber empezado. Es como si estuviera leyendo a alguien de intereconomía, 13tv, abc…que pena!
GRACIAS <3 <3 <3
Gracias, compa. Te suscribo -y yo que soy mas bruta, mas radikal y con mas años (8 menos que Manuela) diría aún mas, mucho mas. Me siento estafada. Un beso
Penosa reflexión. Dale tiempo por favor. Somos un país de puristas. Ya se están consiguiendo muchas cosas. Trabajemos para cambiar las cosas no para medir quien es el más puro de todos por favor…
[…] me ha afectado, y me ha apelado. Hoy mismo Carmena, (la Carmena a la que, ya en junio del 2015, Carolina tuvo que recordar que su alcaldía se debía a una potencia colectiva), destituye por su cuenta a un concejal, y leo algo de una apelación a que decidieran “las bases […]