En verano leà tres novelas, tres libros más bien. No pretendo hacer un ensayo literario sobre mis lecturas. Estas notas las escribà en Agosto de 2011, justo los dÃas en que Zapatero y Rajoy convertÃan la Constitución Española en un contrato ad infinitum con la banca. Estos tres libros los escogà casi que al azar (uno me lo compré, otro me lo regalaron y otro lo compré para regalar pero no lo regalé) y querÃa resaltar que estas tres lecturas han reposicionado mi relación con la ficción. «Acceso No Autorizado» de Belén Gopegui, «Alba Cromm» de Vicente Luis Mora y «AnatomÃa de un instante» de Javier Cercas, estos son los tres libros leÃ.
Los tres libros comparten un marco: la polÃtica en el centro de la diana, dos de ellas muy relacionadas con la cultura hacker, otras dos juegan mucho al análisis de medios audiovisuales y otras dos relatan un suceso de caracter ideológico sumamente revelador. En todo caso, las novelas tienen estilos muy diferentes, calidades e historias muy diferentes.
No tengo los conocimientos estéticos-formales para evaluar estos tres libros, no al menos en un sentido estricto. Es más, no sé si son libros que en sà me hayan gustado. No es importante. Los libros comparten cosas, y en mi cabeza, conforman una especie de triángulo de las bermudas de la idea que transmite esta cita:
¿Por qué he tomado algunos modelos de la realidad? (…) ¿Por qué querer poner de manifiesto una vez más y en palabras de Eider RodrÃguez, que «la verosimilitud ocupa en la ficción el espacio que la verdad ocupa en la realidad»? Porque de poco nos servirá una verdad revolucionaria si mantenemos una imaginación dócil a los preceptos del orden dominante. ¿Con qué criterios juzgamos lo que hacen y lo que habrÃan podido hacer esos personajes que se les parecen? ¿Quién nos dio esos criterios.? ¿Cómo y por qué entraron en el canon de lo imaginariamente admisible y por qué los seguimos aceptando?
La cita de Belén Gopegui, y forma parte de la presentación de su propio libro, asà que tampoco he descubierto nada espectacular. Ella misma lo dice, y este trata simplemente de eso, ahora, varios meses después lo tengo más claro.
En Agosto me pareció super emocionante, con lo que implica de cara a mi trabajo y a mi dÃa a dÃa, que la ficción nos constituye de una manera tan importante («más que la realidad» afirma Guillermo Zapata) que no podemos dejarla de manos de los que solo están preocupados por el box office.
Aunque la cosa está muy mal creo que lo que me gusta de estos tres libros es que juegan con la realidad, y jugar es algo que se está conviertiendo en algo muy serio. Jugar para construir la casilla de salida de esa imaginación dócil, fomentar la creatividad revolucionaria y convocar esquinas, y grietas, habitables.
¿Y tú qué ficción haces?
Nos vemos en las ficciones.