También compuesto en los estudios de Colonia, aunque un año más tarde que el studie I (analizado en el post anterior), el studie II presenta en una duración mucho más breve un planteamiento compositivo similar, aunque con resultados sonoros diferentes. A un paso de su primera gran obra maestra electroacústica, un joven Karlheinz Stockhausen profundiza en su conocimiento de lo que se convertirá, con el tiempo, en su lenguaje compositivo natural.
Mucho más breve que el estudio anterior (ca 3’40’’), el Studie II maneja parámetros diferentes, aunque comparte con aquél el principio de serialización extrema que ya analizamos en la actualización anterior
Para su elaboración practica una escala temperada de frecuencias con una unidad interválica, o razón de progresión, de 1’066 (la raíz vigésimoquinta de doce) , entre 100 y 17426 Hz (81 tonos), lo que proporciona pasos de aproximadamente 1/100 de octava. El módulo o razón de que se ha servido Stockhausen en esta ocasión pasa más allá de la octava. Esto expresa una progresión de 1 a 5, y no de 1 a 2 que sería la octava. Multiplicando por sí misma esta razón veinticinco veces se obtiene el fin de la progresión, que es 5, es decir, que el último término es cinco veces superior al primero.
Los elementos para la construcción serial de la pieza son bloques sonoros compuestos por la mezcla de cinco senoidales de idéntica intensidad. Hay cinco tipos de bloques, cada uno con distinta intensidad (1, 2, 3, 4 y 5). A cada mezcla de sonidos (bloque) le corresponde una curva envolvente de intensidad, representada en la parte inferior dentro de una escala de intensidades temperada con pasos de 1 dB, entre –30 y 0 dB.
Al superponerse estas mezclas parcialmente, producirán sonidos más densos pero individualizados. Algunos de estos bloques son introducidos en una cámara de reverberación, cuyo resultado es grabado en cinta. Esta técnica produce unos sonidos “más vivos” en virtud del solapamiento de bloques con reverberaciones, ataques y caídas bien distintos.La envolvente básica de cada sonido puede ser alargada o acortada por el tiempo de reverberación. La retrogradación puede ser creada por una simple lectura al revés . Combinaciones y superposiciones de estas figuras proporcionan los ladrillos de la composición.
fragmento de la partitura de studie II
La primera sección, por ejemplo, consiste en la sucesión de acordes de densidad similar, basados en el arreglo de un par de eventos para producir una envolvente en arco (retrogradación-ataque).La segunda sección, en contraste, manifiesta montajes discontinuos de acordes complejos, creados solapando varias envolventes crecientes y decrecientes. La tercera sección produce rápidos sonidos en staccato. La cuarta, largos acordes complejos. La quinta realiza la fusión y transformación del material presentado en las anteriores secciones.
La disposición de las mezclas a diferentes alturas, así como las superposiciones, intensidad y rítmica, dependen de la serie establecida por el autor. El sistema serial que preside esta composición está formado por series para alturas, intensidades, tiempos y localización espacial.
El resultado final es quizás, más dinámico que el estudio anterior, aunque igualmente limitado en los aspectos tímbricos. Dotado de la misma austeridad, este segundo estudio presentará las mismas limitaciones a la escucha que su predecesor, si bien dichos problemas se verán ampliamente superados en su siguiente trabajo electroacústico, Gesang der jünglinge, obra maestra del género y que cerrará esta serie en la próxima actualización.
No sé muy bien cómo interpretar la ausencia de comentarios en los artículos anteriores, si como ausencia de lectores, como ausencia de oyentes, ausencia de opiniones al respecto o una suma de todo. Sé que la música de Stockhausen no entra a la primera, pero recuerdo muy bien el impacto que me causaron estas piezas la primera vez que las escuché (año 2000) y aún hoy, tras superar cuatro cursos de Composición con Medios Electroacústicos e Informáticos en el Grado Superior de Composición, me fascino con ellas. ¡Estamos hablando de los años 50!
Más allá del timbre viejuno (regreso al futuro), el resultado compositivo de los procesos hiperseriales que aquí se presentan son una visagra histórica: el final de un camino (el serialismo total) y el principio de otro (la música electroacústica), cuya sombra se extenderá a muchos rincones de la historia musical, desde los academicistas pentagramas de la composición contemporánea más talibana hasta las carpas del sónar o las experiencias sonoras del zemos.