Laura 3 años, entra a clase el jueves y me comenta:
– Laura: Oye Seño Bea has visto que montón de Brujas.
– Bea: No cariño, en el colegio no hay Brujas, aquí venimos a jugar y divertirnos.
– Laura: Si hay muchas Brujas grandes uhh! que miedo.
– Bea: Que no Laura, no tengas miedo en el cole porque no hay Brujas.
– Laura señala a la ventana y dice: ¡Sí mira muchas Brujas grandes!.
El colegio está rodeado de grúas y aún me cuesta entender a mis niñas/os que están constantemente adquiriendo vocabulario y perfeccionándolo.
A veces pienso que los niños son los que ven la realidad y que nosotros, los adultos, no hacemos más que usar filtros.Los niños y sinceridad son un buen binomio.Es como al comienzo de ‘El principito’: en el dibujo los mayores veían un sombrero. Qué poca imaginación! Cómo nadie se daba cuenta de que era una serpiente que acaba de comerse a un elefante?
Mi hija llamaba pavallo al caballo y fatatillas a las zapatillas. A un amigo -llamado Juanjo- le llamaba Juanso… Son esa historia enternecedora de la adquisición del lenguaje en que se producen estas confusiones entrañables que nos encantan. ¡Qué maravilla estar con niños de tres años! No creo que sirviera pero qué agradecidos deben de ser…
Je, pues si pedro, seguramente tienes razón.Hola Bambola, hay como se nos va la imaginación según crecemos. Me encanta el principito y que recuerdos me trae cuando lo representé en el Teatro Alameda.Joselu. Pues si son muy agradecidos, sobre todo porque cuando menos lo esperas vienen y te dan un abrazo. Solo con ver todo lo que avanzan gracias a tu ayuda es un placer.
¿cómo era aquello? ¿los niños y los borrachos dicen la verdad? jejeje cuánta razón tiene Laura… las grúas dan miedo y no sólo porque sean grandes ,)