Te despiertas sola. Ves un papelucho en la mesilla, unas letras deformadas por el vidrio y por el agua, junto al resto del contenido del bolso –klínex, máscara, khol, pintalabios, monedero, metrobús- que vaciaste buscando el paracetamol efervescente antes de dormir. Antes del vaso de agua. Coletazos de una gripe. Papelucho arrugado escrito a mano. Un nombre y un número de teléfono. Piensas en el siglo pasado, en la letra de tus amigos, que conocías y reconocías sin excepción. Ahora, en este siglo, para saber cómo escribe alguien debes acceder a unas ciertas intimidades relacionales o laborales. Ahora todos escribimos con las tipografías que nos ofrece el mercado. Las letras. De cada cual. De todos.
Contexto. Rebobina, empieza el capítulo. La serie se titula Resaca. Tercera temporada. Sinopsis: la serie trata de una mujer que lo pierde todo paulatinamente porque tiene repetitivos blancos de memoria, o de consciencia, durante los que puede llegar a hacer cualquier cosa, acometer cualquier empresa, adoptar cualquier personalidad, investirse de las peores o mejores cualidades y llevar a cabo audacias de las que sería incapaz en sus momentos de lucidez. Podemos decir que estas pérdidas de “identidad” explora y apura a fondo los “valores” y “hábitos” a los que no suele recurrir en su conducta habitual, fuera de los blancos. ¿Qué harías tú si fueses/si pudieses ser libre y tus actos quedaran impunes, para los demás y para tu conciencia? Podría ser la pregunta principal que encarna el personaje de la serie. Cuando acaban los blancos, vuelve a su ya de por sí desordenada vida. En cada blanco pierde un objeto y son esos objetos los que nos ayudan a reconstruir su historia, como espectadores. Todos los capítulos comienzan son su voz en off sobre imágenes e insertos de cosas sucedidas en los blancos. Después entra la cabecera. En este capítulo se trata de un papelito con un número de teléfono escrito a mano.
Comienza el último capítulo de la tercera temporada.
Voz en off: Las tres últimas veces que me quedé sin móvil se dieron las mismas tres circunstancias: era de noche, tenía fiebre y estaba con mi amiga D. Creo que el número tres es suficiente para marcar un patrón. Para tratar de investigar qué pasa aquí. Mirar con más profundidad los hechos. Como una etnografía del desastre. La realidad parece querer decir algo. Adelante…