la llamada feliz

por silvink

Locutorio La Llamada Feliz

San Vicente Ferrer, 17

Barrio de Maravillas, Madrid

Para que me pasen cosas como esta elegí no tener conexión en casa. Debe ser. Cuando es necesario, me pongo las zapatillas y bajo al locutorio. El locutorio lo lleva un chico dominicano. Bueno, yo creí que lo llevaba él. Hasta hoy. En el locutorio huele regular, estamos hacinados en siete puestos dentro de un espacio minúsculo, la gente grita desde las cabinas y algunos lloran por skype. Una madre espera fuera a que su hijo termine  de chatear. Tampoco tienen conexión  en casa.

El que yo creí hasta hoy que era el dueño dice siempre: «Linda (presiosa, bonita, mami), te pongo el puesto número siete.» Yo decía al principio de llegar al barrio: “¿Me pones un equipo?”. Y él contestaba invariablemente: “El puesto 7, linda”. Siempre me da el 7. ¿Siempre está libre? Y me invita a trinaranjus. Yo me dejo. Así, muchos días. Hasta hoy. Hoy, al ir a pagar, me ha preguntado:

-¿Tú eres de aquí, linda?

-¿Yo? Sí, vivo en esta misma calle. ¿Por?

-Ah, nada, nada, perdona.

– ¿Por qué? ¿De dónde creías que era?

-No, no, nada, da igual. De otro lugar. No importa, linda.

-Que si, pero dímelo, hombre. ¿De dónde?

Él se sonríe sin soltar prenda.

Me acuerdo de golpe de que en Francia me preguntaban a  veces si era marroquí o turca. Para empezar.

-¿De dónde? ¿De Marruecos? ¿Creías que era marroquí?

-Sí, perdona, preciosa.

-Perdona, ¿qué? Me lo han dicho antes y…

-No, nada, linda, es que un día le dije a mi jefe que parecía marroquí y se enfadó mucho. Era por eso que no te lo quería decir.

-Pues tu jefe es gilipollas, perdona que te diga.

-No, linda, no pasa nada.

-Sí pasa.

Él se ríe más y no me cobra. Ni el trinaranjus ni la conexión. Salgo flipando del locutorio. La llamada feliz. Vaya puta mierda. Hace un rato creí que el negocio era suyo y ahora sé que trabaja para un imbécil.

 

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