Carolink Fingers
24.08.2012

#freepussyborja

por carolinkfingers

 

Razones por las que hay que dejar en paz a Cecilia o convertirse en fan.

Autora anónima -ya no tanto- decide intervenir en una «obra de arte». El arte es tuyo, es mío, de quien se lo quiera reapropiar. Desacralizar para otorgarnos nuevo poder. Leí por ahí que habían hecho llorar a la autora. Su único «pecado» ha sido utilizar el mismo lienzo.

Nadie se acordaba de esa imagen «religiosa», ahora la conoce todo el mundo.

Ese ser que le ha resultado es infinitamente más espiritual que la gastada imagen del Cristo coronado.

Antes era mera reproducción de clichés. Es único AHORA.

Involuntariamente, su reapropiación rompe una docena de estereotipos, reinterpreta el arte religioso, así como la imagen patrimonial de los símbolos de la religión. El resultado no es blanco, no es hombre, no es bello, de acuerdo a categorías gastadas.

El «patrimonio» artístico, ¿lo es por antigüedad o por representatividad? El nuevo Cristo de Borja despierta simpatías. Ahora resulta una representación mucho más cercana a como nos sentimos aquí y ahora. Casi me hace sentirme de nuevo «cristiana».

Ella quizá no lo sabe, pero ha hecho una remezcla. Muy política.

¿Quién decide la idea de lo bello? Fuera del canon no hay nada, y está todo lo que somos. Canon es poder. Salirse del canon es una transgresión que necesitamos. No solo en el arte, en todo lo demás.

El título de la entrada se lo debo a Silvia Nanclares.

5

comentarios

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carrascus dice:

Pues tienes toda la razón, Carolink. Yo también había pensado algo así cuando comenzó a salir a la luz esta historia. Pero es que además subyace en ella un enorme fondo de hipocresía del que me he enterado hoy mismo leyendo la historia en el New York Times, que no se ha quedado solamente en la anécdota como los medios españoles. Ahora el cura quiere tapar el fresco, el alcalde quiere denunciar a la señora y ha contratado a restauradores de verdad, pero resulta que ese fresco está con el aspecto actual desde hace ya tiempo y toda la gente del pueblo lo había visto y no pasaba nada. El asunto ha explotado cuando los descendientes del artista que pintó el original en el siglo XIX quisieron hacer una donación a la iglesia que conserva la obra de su ancestro y fueron a visitarla… y ahora se han desatado los demonios.

Javi-LHP dice:

El problema no es que sea feo o bonito, el problema es que ha estropeado una obra previa para pintar la suya. ESE es el problema. Quizás, por suerte, el Ecce Homo que ha estropeado no tenía un valor demasiado alto a nivel patrimonial, histórico y artístico, pero si hubiese sido un retablo del siglo XV la avería habría sido incalculable.

A mí, como a todos, me ha hecho gracia esta historia y la mujer me da penica por lo que está pasando, pero las peticiones para que se mantenga su estropicio (y digo estropicio insistiendo en que el problema es que ha estropeado una obra previa) creo que son peligrosas. Se trivializa el valor del patrimonio y, por desgracia, este caso no es el único aunque sea el más popular. Muchos pueblos tienen obras de un valor realmente importante y por la ignorancia, la falta de protección y la «buena fe» del vecino de turno, se han cargado cantidad de obras únicas.

Creo que la mujer ha aprendido de sobra la lección y espero que la dejen en paz, pero habría que aprovechar el caso para reeducar a la gente y las instituciones sobre la importancia de conservar el patrimonio.

Gaby dice:

Con todos los respetos, Carolink:

Justificar una cagada como esta arguyendo que ha conseguido que la imagen sea más conocida que antes, no tiene ni pies ni cabeza. Ahora el Ecce Hommo este es «único» gracias a esta artista altruista. ¿Desde cuando «único» significa «mejor»?. Tu opinión no deja de ser un fiel reflejo del modo en que funciona la sociedad, en la cual cualquier payasada es justificable si eso te hace destacar.

¿Rompe una docena de estereotipos?. ¿Reinterpreta los símbolos religiosos?. Vamos a ver. Para empezar, cuando se hace eso es porque existe una intención previa y cuando se tiene una mínima idea sobre lo que se está haciendo. Llamemos las cosas por su nombre; esto es una cagada chapucera llevada a cabo por una aficionada inconsciente. No justifico el escarnio que han hecho con ella, pero ni mucho menos pienso solidarizarme con su causa. No se puede ir por ahí jodiendo el patrimonio así porque sí, porque yo lo valgo.

El patrimonio artístico lo es por su calidad artística y por el impacto y la influencia que genera en su entorno, no por antigüedad o la representatividad. Esto no es arqueología.

Por último me cuesta barbaridades intentar asimilar tu frase final. Si según tú el canon es poder y fuera de él no hay nada, ¿por qué luego defiendes esta supuesta «transgresión»?. Sólo puede transgredir aquel que conoce las reglas, y esta mujer no tiene ni puta idea de pintar, no conoce el método y no transgrede nada, sencillamente a cagado un despropósito que ha caido en gracia en internet. Si defendemos estas paletadas tan propias de nuestro país no tardaremos en parecernos a los talibanes que explotan budas, (y te habla un ateo convencido).

De nuevo, esto es España. Un país donde el 98% de la gente es analfabeta artística pero eso sí, opinadora profesional.

Saludos.

carolinkfingers dice:

Carrascus, gracias por pasarte y escribir. No sabía este dato: «ese fresco está con el aspecto actual desde hace ya tiempo». Interesante.

Javi-LHP, en general estoy de acuerdo contigo. «El problema es que ha estropeado una obra previa para pintar la suya. ESE es el problema», como digo en el texto -que nace de la irreverencia- su pecado ha sido utilizar el mismo lienzo. No pretendo trivializar el tema del patrimonio. Pero creo que una denuncia contra la «restauradora», en este caso tan pop, eso sí sería una pena.

Gaby, también yo desde el respeto. Has venido hasta mi casa a decirme que no se puede justificar algo así. Apunto en el texto los motivos, los que yo encuentro, para dejar a Cecilia en paz, a pesar de la cagada. Los crímenes son injustificables. Lo que ha hecho es un resbalón que tiene muchísimo valor, eso digo.
Sobre lo involuntario de su acto, me gustaría poder hablar con los que pintaron los frescos de Altamira, porque sospecho que su gesto tiene unas resonancias en la historia del arte absolutamente involuntarias.
«El patrimonio artístico lo es por su calidad artística y por el impacto y la influencia que genera en su entorno»: encuentro que se parecen bastante nuestros argumentos. Impacto e influencia. La «calidad» artística, como te dirían muchos críticos e historiadores, es un asunto completamente relativo, que deriva de quién detenta el poder de crear categorías.
Y eso tiene que ver con lo del canon, también. Mi frase del final tiene dos partes. Una que dice lo que hay y otra que dice lo que podemos oponer. «Fuera del canon no hay nada» es lo que nos quieren hacer creer -secularmente, la canción es tan vieja como… cualquier imperio antiguo-. Y fuera del canon se construye nueva realidad, es el único lugar en el que podemos existir los «normales».

Al final, desde el respeto, me llamas analfabeta artística. Sin tener un doctorado en Historia del arte, cosas sé. Esta entrada la escribí escuchando y observando un ruido muy llamativo. Poco después encontré esta otra y su autor, al parecer, él sí es comisario de arte. http://soymenos.wordpress.com/2012/08/23/el-arte-apropiacionista-de-dona-cecilia-gimenez/
Saludos.

M dice:

El patrimonio puede lamerme el clítoris.

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