En algún momento cayó en mis manos un rotulador de color rosa. En ese momento Guillermo Zapata nos seguÃa empujando a romper los lÃmites de lo real. Hackeo constante para abrir grietas, respirar otra cosa. Y sin pensar mucho rehice a mi modo el simbolito del 14 Festival Zemos98, el #copylove tal como lo habÃa estado interiorizando durante esos tres dÃas en que participé en las Residencias Copylove, parte fundamental de esta edición.
Parte fundamental, también, de mi vida aquà y ahora. Si lo personal es polÃtico, como creo, tengo que abrir un poco el código fuente. Este ha sido para mà un mes tremendo. Revolución personal, explosión de hechos e ideas, clarividencia que me gustarÃa poder atesorar como un «palantir» para el futuro. Pero mejor no pensar en el futuro, paralizante, es mucho más importante el aquà y el ahora. Y las ideas dispersas y los apuntes en mi cuaderno no son más que acumulación originaria; por eso trato de extraerlo, compartirlo y devolverlo al procomún. Algo. Lo que sea ese algo. Un acto de devolución. Sirva a quien sirva.
Hay algo claro sobre las Residencias Copylove: dentro de su utilidad radical, sus conceptos y aprendizajes son aún difÃciles de compartir. Los pocos medios que se han hecho eco de la programación de este año no han sabido transmitir la complejidad de esa propuesta. Hablamos de #hamor, pero no hablamos de amor. Hablamos de procomún, pero se trata de un valor poco extendido y mal comprendido por ahora. Hablamos de afectos, que no es exactamente lo mismo que sentimientos. Hablamos de comunidades, pero no de cualquier comunidad: nos instalamos en la conciencia / autoconciencia de grupo y el valor de crear saberes, herramientas, materiales, recursos, desde la generosidad y desde la vida -del individuo y de la comunidad.
Explicar desde dónde habla una: en mi caso, desde la pertenencia frágil a pocos colectivos, desde la poco desarrollada faceta de hacer-con-otras y desde prácticas que me mantienen trabajando sola, pero en la activa generación de redes. Por ello, mi participación en estas Residencias me hizo recordar a otra actividad, dos años atrás, «Para quienes disfrutamos trabajando» (aunque mi sensación de alienación era mucho mayor entonces: cosas que conté aquà y aquÃ).
Las Residencias Copylove se desarrollaron en dos semanas previas de febrero y marzo, antes de llegar a abril. De sus cuatro jornadas, estuve en tres, de jueves a sábado. Y habÃa que venir estudiada, pero bastaba, también, con integrarse. He aquà la OntologÃa del Copylove: un mapa conceptual que esconde tramas internas y sirve, como cada una quiera, como marco para el camino o punto de partida. Mi «movida» será quedarme con los conceptos que me parecen más fértiles. Y ver qué sale:
#Hamor
Un dÃa no muy lejano me preguntó una persona: «¿Sabes imaginar el «amor»?» No, no sabÃa. ¿Puedo imaginar el hamor? SÃ, sÃ, no es una vulgar falta de ortografÃa.
El #hamor activa afectos para crear cuidadanÃas
Amor tiene una connotación negativa, se identifica demasiado a menudo con un único tipo: amor romántico. Ahà pone Hamor con H de Habitar: visibilizar otra forma de estar en los procesos creativos con otras; una situación consciente, un poner afectos de manera provocada, intencional y polÃtica. No puedo invocar un proyecto común sin Hamor. Y eso quiero decir: sin celos, sin envidias, sin procesos de posesión, fusión, individualismo…
#PersonalComunitarioComún
Si nos vamos a la zona derecha del diagrama, vemos esos tres conceptos entrelazados. No sé bien por qué se sitúan ahà fuera. Es lo mismo. Son como una vigilancia. Lo personal nunca desaparece (ni debe) en lo comunitario; lo comunitario no puede invisibilizar los procesos de lo individual; y lo individual crece y se regenera en lo común. Mejor no olvidarlo.
Me miro: aquà dentro suceden cosas. No puedo pretender que las inventé yo sola. Me estoy nutriendo de lo que han hecho otros y otras. Ese conocimiento, ese recurso, que circula y alimenta una discusión, un avanzar. Esa comunidad de otros y otras en la que siento, de manera difusa, que no estoy sola. Y por tanto, como individua puedo tirar un poco más p’alante. ¿Y lo común? Devolver, siempre. Tomar prestado, devolver más.
#Afectos
Al terminar las residencias, la ronda de «despedidas y valoraciones» trajo el micrófono hasta mà -que, a priori, no querÃa dejar nada para la posteridad: un clásico comportamiento free-rider-. Esto dije: «Me quedo con los afectos, porque además de las lÃneas de sentido que tiene la OntologÃa, a mà me gusta pensar que las redes se soportan en los afectos y los afectos generan nuevas redes».
#Hackear
Abandonar las viejas estructuras implica inventarse otras nuevas. El concepto no está en el dibujito pero están: Memoria, códigos comunes, reglas del juego: todo lo que hemos «generado» o «heredado» o «asumido» como formas para la socialización y el funcionamiento de la comunidad es susceptible de ser puesto en crisis. En el contexto actual,  nada necesitamos más que querernos entre todas (1), situarnos AL LADO (2), empoderarnos de una voz, y no dar nada por sentado. Y (3) destruir lo hecho para reconstruir procomún.
Sobre el hackeo de la memoria, fundamentalmente, versó la cuarta y última sesión de las Residencias, con la guÃa de G. Zapata. Las lÃneas de sentido se extienden mucho más allá, y no es mi intención hacer un tratado. Si me quedo finalmente con este concepto es porque no podemos permitirnos el desánimo, ni la melancolÃa, ni la parálisis. Hackeo como imaginación activa capaz de proponer otra cosa. Eso que trataba de decir, en otras palabras, hace muchos dÃas.
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Los materiales, textos y reflexiones que se han generado a raiz de las Residencias están en la web del Festival. Merece la pena zambullirse más. http://14festival.zemos98.org/residenciascopylove
Con posts asà quién quiere un medio que cuente «delamisalamitad»… y no digo que no sea importante ese traslado de la complejidad. Asà que gracias por hacerte con esto. Y devolverlo aquÃ, ahora.