Texto de Alejandra Pizarnik, firmado en 1971, como reseña del libro homónimo de Valentine Penrose, quizá uno de los escritos más perturbadores y magnéticos que esta lectora haya recorrido alguna vez, ahora editado con unas ilustraciones simplemente increÃbles de Santiago Caruso, gentileza de Libros del Zorro Rojo. ¡Ya es mÃo!