Hoy hace 9 años exactamente. Llegué a Sevilla, a la Plaza de Armas. Me fueron a recoger, lo cual siempre es bueno, buenísimo. Fuimos andando a la que sería la nueva casa, en la Calle Jesús del Gran Poder. Nuestra primera casa sevillana, donde se producirían en los siguientes meses varios pequeños milagros. Desconozco si por intercesión o no del Almighty Power de Jesús (pero esto es otra historia). Allí nos disfrazamos, improvisando, las maletas abiertas en medio del salón medio vacío. La fiesta era en la calle Cuna, en una casa de tres pisos con patio interior. Una casa de esas míticas que están habitualmente llenas de gente y por las que todo el mundo ha pasado alguna vez (esto lo sabría luego).
M. iba vestido en plan soso, como siempre, pero con una lagartija de plástico gigante cosida a la espalda, un muerto en preludio. H. iba de Rex Harrison en Un Hombre llamado Caballo (Rex había muerto la semana anterior). R. iba de Ofelia versión cine mudo y yo iba de terrorista chechena, de las que se encerraron en el teatro Dubrovka de Moscú y acabaron gaseadas junto a un montón de rehenes por las fuerzas especiales rusas.
Compartí fiesta con muertos célebres de todos los estilos. Gente que, sin yo saberlo en ese momento, sería, a lo largo de los nueve años siguientes personajes clave de mi historia sevillana por comenzar. Amiga (Isadora Duncan), muy amiga (Mina, la novia de Drácula), algún amante (el hermano gemelo de Elvis y un tipo con el traje de chaqueta lleno de polvo que no logró salir de las Torres Gemelas), compañeras de trabajo (Lady Di, la hija ahogada en el Mississippi de Romina Power y Al Bano y la Novia Cadáver) y hasta un novio de larga duración (Freddie Mercury en su época Bohemian Rapsody).
¿Te imaginas asistir nada más mudarte a una nueva ciudad a una fiesta donde tu vida futura está preconfigurada en una sala de baile llena de muertos vivientes? No sé si significa algo. En su día, mientras sucede, no significa nada. Hoy significa todo. Ahora son muertos de un pasado. El pasado reciente. El que va de 2002 a 2011.
Para eso sirve la escritura autobiográfica. Como en una sala de montaje de la memoria, puede redimensionar los sucesos sólo por el orden y el valor que se le otorgue a cada cosa respecto del conjunto. Ahora puedo creer, gracias a esta narración y mientras escribo, que aquella noche se me insinuó todo por adelantado, como si me hubieran hecho un pase del trailer de mi vida futura. La mayoría de los protagonistas de la novela Tu Futuro pasaron como muertos célebres y en pequeños fotogramas debido a la luz estroboscópica. No recuerdo en absoluto la música. Pero recuerdo perfectamente las baldosas del suelo del baño. Eso también es la memoria. Por otro lado, tampoco recuerdo la última vez que me drogué. Ni sé si me gustaría volver a hacerlo.
Hay un personaje brutal en una peli de Woody Allen, September (es de las del ciclo “quiero y podría ser Ingmar Bergman”). El personaje hace de madre de Mia Farrow, una mujer de mediana edad desorientada y con tendencias suicidas. La madre, una vividora egocéntrica que no comprende en absoluto a su hija, le pide por favor que viva, que disfrute ahora que es joven y puede hacerlo. Que ella, pese a sentirse “como si tuviera por dentro 21 años”, cuando se mira al espejo ya sólo puede constatar que a su rostro le falta algo. “Lo que le falta es el futuro”. Joder.
Creo que hay que aprender a morir a ciclos y que hoy es un buen día para pensar, imaginar y escribir sobre ello: la muerte iterativa, el pasado, el vivir y las fiestas donde los muertos, sin saberlo, nos traen noticias de allí, de nuestro denso e incierto futuro. Y bailar. Siempre bailar. To the end of love…
Qué bonito post, Sil. Será porque estoy viendo Fringe, pero me ha recordado a esta serie y a Lost, a los encuentros y cruces entre personajes de la serie que veíamos en los flashbacks, antes de llegar a la isla y conocerse.
Yo también tengo un momento así, un concierto al que fui con 18 años y al que también acudieron varias personas que luego se cruzarían en mi vida (aunque ese día no les conociese 🙂
y yo donde estoy…???? porque también quiero ser un presente…
dónde andas viviendo ? alguien me dijo qua ahora vevias en madrid… es así???
Yo también creo que hay que aprender a morir a ciclos… Es importante, quizá porque me hace falta. Gracias, Silvia. Muá!
esto se avisa…me ha encantado. esto es escritura autobiográfica externa.
también a mí se me apareció el futuro en esa difunta fiesta.
Precioso post. Como un Pedro Páramo en plena Campana… http://youtu.be/KR5zTOiK1OQ