Hoy he dedicado parte del dÃa a ver el tema de las licencias de Creative Commons, de momento, para la versión papel. Todo el rato estoy pensando en el libro en papel. Aún no he pensado cómo lo compartiré on line, aunque sé que lo haré y con CC, obvio. Bien. Pues pasé parte de la mañana creando la página de créditos. Para la edición me he puesto a copiar paso a paso la edición de bolsillo de Passer l’hiver de Olivier Adam, en Pontes. Ese libro de relatos me encantó y ya copié en su dÃa la edición en español que hizo de Errata Naturae para guiarme en la casi-autoedición primera de El Sur: intrucciones de uso. Pero, claro, al llegar a la página de créditos me encontré con el Copyright de Pointes y pasé al Plan B. Copiando Emprendizajes de los Trafis. En otro post hablo de este libro y de su edición y distribución. En principio elegà la Licencia 3.0 Compartir igual, que era la misma que usaba Jaron. Pero luego me eché atrás imaginando trabajos a partir de los relatos (por ejemplo, dramaturgias, el trauma del teatro) con los que no estuviera de acuerdo y que no pudiera suscribir. Pero luego me dà cuenta de que yo estoy todo el rato remezclando cosas de los demás, citando y sin cobrar.
Remezclando ideas, pasajes, partes de cosas de otrxs.
Alora, lancé la pregunta al Twitter y al FB. En el FB silencio (lo que demuestra que el FB está hecho más para las relaciones que para el intercambio y/o la difusión de ideas) obtuve respuestas a favor del SHARE ALIKE/COMPARTIR IGUAL.
Pues ante 3 compartir igual, y de tal procedencia, empecé a quitarme el miedo y volvà la primera intuición. Volvà a pensar que las licencias más cautelosas del CC son como jugar a medias. FInalmente me quedo con la licencia:
Remix es la clave. Quién dijo miedo. Et voilá!
Y tengo otra duda final pero la compartiré mañana. Hoy ya muy cansada (además de esto, he estado corrigiendo dos relatos). Estoy esperando un mail de Blas Trafis pa ver si me la aclara y os la cuento.
Ça va? Parafraseando a quien ya sabéis: Autoeditar cansa. Tela.
Marta!Efectivamente, mola exponerse para pensar,y al abrirte a lo nuevo salen miedos ancestrales, jeeje. Estoy al habla con Blas Trafis para que me cuente su experiencia pero efectivamente voy a seguir exponiéndome a pensar en streaming. Asà comentamos! Abrazo y merci.
Una cosa más, ya que estamos pensando en streaming… sobre NC, yo hice un ejercicio con unas amigas músicas que les fue muy útil para decidir sobre su maqueta: imaginar qué recorridos probables va a tener y sopesar sus consecuencias. ¿Es probable que alguien dé con una manera de forrarse a tu costa vendiendo tu libro sin que veas parte del beneficio? ¿Va a afectar a los canales de distribución que esperas tener la NC? ¿Y qué pasará con quien te remezcle? Si haces una balanza con pros y contras de casos reales lo tendrás más claro.Ah, también ten en cuenta que los derechos son reclamables retrospectivamente (al menos en la SGAE tienes hasta 5 años después de haber editado tu disco, en CEDRO no sé).Cuando lo cuentes por aquà aprenderé mucho, que sólo sé algo de música y también tengo amigas poetas preguntonas 🙂
Marta, ahora me voy a repensar lo del NC. ¡Cielos! Mantengo el streamign abierto. Esa opción ni me la planteé (la del dominio público) por pura inercia. ¿EstarÃamos hablando de esta, verdad? →http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/ pero esa táctica de pensar a fondo el camino de posibilidades reales es buena, Marta. Tic/tic/tic (mi cabeza)
Jeje, estreno formulario :)Sobre tus dudas sobre las obras derivadas, recuerda que siempre tienes los derechos morales (son irrenunciables e inalienables). En el caso de que alguien usara tu trabajo para contar algo con lo que no estés de acuerdo puedes reclamar. Claro que eso serÃa meterte en mÃnimo burofaxes y quizá juicios, pero en mi opinión la posibilidad remota de que eso ocurra se compensa con el placer de que alguien remezcle tus textos para hacer cosas chulas, ¿no?Más info aquÃ: http://www.cedro.org/tipos_derechos.aspSobre la NC, como sabrás eso implica que tu libro no será estrictamente libre porque impedirás utilizarlo en ciertas ocasiones. Lo malo del ánimo de lucro es que puede ser muy relativizado. En música por ejemplo lleva a que una canción que lleve la licencia que tú has elegido no se pueda poner a descarga en una web con banners publicitarios o reproducir en una peluquerÃa que no pague a la SGAE… que por cierto promueve el concepto de lucro indirecto, es decir, asegura que te lucras cada vez que descargas porque te estás ahorrando la compra. Esa barbaridad aún no está aceptada jurÃdicamente, pero con la que está cayendo quién sabe…Entiendo que dé un poco de miedo/cabreo que alguien haga dinero a tu costa y que el primer impulso sea protegerse, pero creo que mola reflexionar también ese punto. No sé muy bien qué repercusiones tiene para los libros, pero creo que en Trafis editan a veces permitiendo uso comercial, quizá puedan aclararte.