el color especial
por silvink
El Color Especial iba a ser una cosa y ahora va a ser otra.
Empezó siendo un título.
NO, empezó siendo un error.
Hace casi dos años. En casa de Lola. Teníamos los primeros ejemplares de El Sur: Instrucciones de Uso encima de la mesa. Recién sacados de las cajas. Más bien de la caja. 50 ejemplares. Sí, una tirada de risión. Es lo que hay. Se hizo vía Bubok. Vía Madrid.
El día que fui a casa de Lola a ver el libro por primera vez llovía mucho en Sevilla. Llegué corriendo desde el arco de La Macarena. Empapada, a su casa. Había un apagón en todo el barrio.
Y entonces vimos el libro y en plena oscuridad vimos también el error.
En la contraportada de la primera edición podía leerse, «siendo Una Ola Africana su primer libro de relatos». ¿? Argggghhh. Primer error de la edición, en la frente. La historia del error: resulta que hasta cuatro días antes de enviarlo a imprenta digital (Bubok), el libro había tenido varios títulos distintos e igual de improbables. El primero y original fue La vida africana, la vida londinense. Demasiado largo y con el riesgo de ofender a los andaluces-africanos-aludidos-atavismo-violencia. Bien. Descartado. Luego surgió con fuerza La Ola Africana. Sabía a canícula, que al fin y al cabo distingue al sur, y mantenía la alusión a África. Quizá sabía demasiado a canícula. Los editores valoraron que echaba patrás. Los alumnos de Claudio dijeron que les remitía a inmigración. Y yo me levanté con una pesadilla pensando que era una frivolidad mezclar la palabra África y un calipo en una misma portada. Entonces rondaron Ciudades, Casas, Mudanzas y otros Intentos (sonaba demasiado a espectáculo de danza o a peli de Coixet) o Todo Nuevo Bajo el Sol (100.000 entradas en Google) hasta que (uf!) surgió como por encantamiento→
EL SUR: INSTRUCCIONES DE USO
«Sí es muy largo, una alternativa es EL SUR, MODO DE EMPLEO», les dije en un mail a Claudio y a Lola. No sé si por intervención de Adelaida García Morales o de Pèrec, este título vino a ocupar el sitio de la piezza del puzzle que faltaba.
Bien, hasta aquí la historia del error. En la contra, no corregida ni revisada después de la crisis «africana», había quedado una huella indeleble de las últimas mudanzas. Es lo bueno de las tiradas cortas. Piensas: bueno, son 50. A la próxima lo arreglamos.