Cincuenta personas aparecen como sus oyentes en el popular last.fm, pero en el Fibclub anoche habÃa dos mil, tomándose la revancha de lo que acabábamos de vivir en el Verde. Vasos y lÃquidos describiendo parábolas y la carpa tarareando cada estribillo sin perderse. Su propuesta: nada de pintas. El estilo no se lleva. Pero sà la melodÃa eficaz, los cambios de ritmo frecuentes para apuntalar estribillos juguetones y los dos minutos y medio para cada trozo de punk-power-pop autoconsciente de su tibia originalidad, apegado al suburbio con centro comercial y a la diversión del adolescente eterno. Ya mismo son estrellas.
// Publicado en Fiber Lunes 21 de julio //