Eef Barzelay se quiere mucho, pero más nos deja quererle. Una fan le confesó su amor tan pronto como apareció en escena y él, tan contento, contestó que también nos ama. Sucedieron entonces cincuenta y cinco minutos en que, ambientados por el penetrante olor de la yerbabuena y con el esforzado, talentoso y bienhumorado trabajo de Eef y los suyos, disfrutamos como crÃos. Tanto, tanto se quiere el bueno de Eef, que en un momento del concierto (no sé si llamarlo «el mejor»), nos hizo corear «if, if, if», enseñándonos a pronunciar correctamente un nombre que ya ha provocado algún que otro error (tipográfico, entiéndase). El humor está en el centro de todo, canta con un guiño todas sus letras, se mete en el bolsillo con alusiones y saludos («esta canción está dedicada a las señoritas», dijo, en buen español, para presentar «The Girls Don’t Care»). En definitiva, facturó todo un conciertazo lúdico y energético, una lección de rock bien hecho con una banda perfectamente integrada, donde todo gira alrededor de «el hombre». Pero mire usted, don If, a las chicas no sólo les interesa la dulce melodÃa. Que la rabia y el buen rock’n’roll es lo que nos tenÃa allà pegaditas.
Mejor momento: por supuesto, se le hizo caso. El aforo cantaba: «¡if, if, if!».
// Publicado en Fiber Domingo 20 de julio //