¿Alison Goldfrapp en aires folkies? En todo caso, folk de aires ingleses, acompañado de un sonsonete extravagante y marciano. ¿Goldfrapp se vuelve poppy? Más bien, la utilización morbosa de una superficie convencional para amoldar historias de alucinaciones y viajes interiores y reales. ¿Alison y Will componiendo psicodelia? Es un sentimiento indefinido, debajo de cada nuevo corte, en un ‘Seventh Tree’ (EMI, 2008) optimista, extraño, rebuscado, líquido y hermoso. Pura gallardía a cuatro manos.
Nos tienen acostumbrados a cambiar la piel de cordero por pellejo de lobo, a reaccionar con furia a los encasillamientos y a reinventarse con una autoironía envidiable y original, que ya podríamos ver con más asiduidad en la música británica. Y vienen de parir un cuarto álbum que no a todo el mundo va a satisfacer. Los más, se sentirán defraudados por estructuras de apariencia convencional, como si hubiesen hecho una impensable rendición al pop. Este ‘Seventh Tree’ supone, sin embargo, encontronazos genuinos con la complejidad temática y la osadía instrumental, acercamiento a las muy fecundas fuentes del folk campestre, la poesía inglesa y la desenfocada psicodelia, a modo de inspiración. Will y Alison regresan, nuevos, distintos, brillantes: “Nuestra relación musical ha cambiado mucho, hemos crecido, hemos aprendido cosas, en especial a abandonar antes una idea que no funciona; a visualizar lo central de cada cosa: que necesitas buenas melodías, atmósfera y una forma de moverte entre las canciones. Sí, como equipo musical hemos mejorado…”
En ‘Seventh Tree’ hay un sentimiento perpetuo de viaje, de traslación: cuando una canción parecía haber empezado (hablemos de ‘Clowns’) como una suave serenata, se transforma en un intrincado vals. El tema del viaje se ha colado en todo el disco: “Fue algo accidental. Cuando estábamos llegando hacia el final del álbum, vi que muchas de las canciones hablaban de viajar, irse al extranjero, o hacer un viaje metafórico, o un trayecto físico… Me di cuenta de que quería poner ese sentimiento de ciertas películas americanas, las road movies, en las que alguien, de pronto, parte, la música comienza, se abre la idea de nuevos horizontes…” También, al menos como inspiración sonora y motivación de búsqueda, está el viaje psicodélico (imprescindibles ‘Eat Yourself’ o ‘Cologne Cerrone Houdini’). Will se esfuerza, a base de puntos suspensivos, en darnos pistas: “Creo que hemos perseguido la idea de algo… un poco soñador, un poco borroso, ¿sabes? Cuando la mente está neblinosa, y las percepciones no son las justas, quizá se estrechan… No hablamos de psicodelia musical, no es Jimi Hendrix; es algo amplio, que remite a sonidos, colores, olores… Todo lo que no es palabrería o intelectualidad, todo lo que se junta en ese sentimiento”.
Ese tamiz se traduce en formas de creación sin cadenas: improvisación vocal. Alison: “Sí tenía letra para esa canción (‘Eat Yourself’) pero no la canté. Era como si el sonido no funcionara, y estábamos atrapados, intentando arreglar aquello… Así que lo dejé, y lo convertimos en otra cosa, y la canción es muy distinta al final. Se vuelve…”, y Will le asiste: “Panorámica”. ‘Seventh Tree’ tiene un handicap: a primera escucha, suena como “sin mordisco”, plácido y privado del fuego incandescente que tuvo el predecesor ‘Supernature’. ‘A&E’, su primer sencillo, tiene en parte la culpa. Alison dice: “Es raro, porque sí es bastante pop, pero no lo es en absoluto, en especial por la letra, es muy oscura: A&E significa “Accidentes y Emergencias”, y va de alguien que pasa un tiempo en el hospital, alucinando y todo eso; quizá la melodía es elevadora, pero el contenido no es pop para nada”. Will se retuerce en su asiento: “Y no tiene una estructura pop convencional, ni la gran segunda estrofa del pop. De hecho, quienes escucharon el single previamente se quejaban de que era rara”. “Sí, sí”, Alison por su parte: “Sólo en la superficie es una canción pop, e incluso trivial, pero no es nada convencional en ningún sentido. Esa percepción es deformada”.
Y ese proceloso mar de clasificaciones y despistes ontológicos hará que muchos de sus seguidores se pierdan en una colección fundamental: “Algunas veces tienes algo y piensas: ¡es simple y sólido! Y se lo pones a alguien y te dice ¿Qué coño es esto?”. De nuevo Will se dobla de risa. “No tiene ningún sentido, cuando creías que era muy normal, no lo era; pensaste que era algo loco, y otro dijo que muy pop”. El tema, a todas luces, les entusiasma. Will: “Es algo en las letras, que son no-pop por completo. Ahí es donde se pone interesante. Es como cuando ves esas fotografías hermosísimas, paisajes espectaculares y realistas, pero en el borde del marco aparece una cuchilla o algo así”. Alison remata: “Estábamos de lo más angustiados haciendo el álbum, pensando esto no le va a gustar a nadie, esto no lo va a escuchar nadie… Lo último que pensábamos era que la gente lo encontrara poppy… No está bajo nuestro control”.
//Publicado en Go Magazine Marzo 2008 //
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