Un dÃa te quise. Te encontré por casualidad y te quise. No dijiste que no. Sólo te echaste encima y ya no me dejaste ir. Me aprisionaste como sólo el cariño puede hacerlo. La voluntad de querer es mayor que el cielo abierto. Querer es frÃvolo y escalofriante. Querer da repelús. Cuando no has tenido oportunidad, siquiera, de mirar a los ojos del otro. Cuando todo se desenvuelve en una bruma de contenidos. HumÃllate y quiere. Detesta a la par, con toda la intensidad que tu corazón pueda desarrollar. No puedo con tu amor.