Elva, la mujer del futuro.
Elva, te cautivará.
Elva, luchará por ti.
¡Elva!
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Mi hermana y yo inventamos esta canción para nuestra tÃa abuela Elvira. Desde entonces siempre la llamábamos Elva.
Las superheroÃnas también mueren. Hay supervillanos que resisten tanto que acaban con sus fuerzas. Aunque tengan muchas. Aunque tengan apoyo. Ellos son capaces de luchar hasta el final. De acabar con ellas.
Elva era el nombre de mi superheroÃna favorita. Su poder me hacÃa reÃr, me cuidaba cuando estaba malo, escuchaba mis tonterÃas y, como era el mayor de sus sobrinos-nietos, me compraba todas las chorradas que encontraba para mà cuando apenas superaba el palmo del suelo.
Todos sabÃamos que en los últimos meses habÃan cambiado las tornas. Ahora nosotros tenÃamos que cuidarla a ella. Sacarle una sonrisa como fuera. Hacerla sentir bien contra viento y marea. Recordarle que las superheroÃnas tienen que luchar siempre, aunque algunas veces necesiten ayudantes para ganar a los malos. No todos los ayudantes que deberÃan haber estado allà lo hicieron. A lo mejor tampoco tenÃa sentido. No lo sé. Ahora ya no importa.
La muerte de una superheroÃna te hace sentir vulnerable. Estás perdido. Parte del escudo que te protegÃa parece desvanecerse. Entonces peleas con tu mente para que no borre ni un solo recuerdo. Después piensas que son demasiado importantes, que no pueden desaparecer. Están ahà y forman parte de ti. Te atraviesan y te constituyen.
No puedo evitar recordar cómo me llevaba a caballito, me daba café a escondidas, me partÃa trocitos de regaliz o me llevaba a los 20 dugos(1). Es difÃcil pensar que nunca más la acompañarás a coger un taxi, te preguntará qué tal en Barcelona o qué es eso a lo que quieres dedicarte. Mientras escribo, me prometo no olvidar el sonido de su risa.
Elva era mi superheroÃna favorita. No llevaba capa. No la necesitaba. Su súper-tupé conseguido a base de rulos y laca Nelly le daba fuerza. Hoy más que nunca me alegro de haber sido uno de los ayudantes. Del tiempo que hemos compartido últimamente. De haberle sacado más de una sonrisa. De que hayamos podido conocernos y estar ahÃ. De cuidarnos.
Ahora estará volando (con el miedo que le daba).
Buen viaje, mujer del futuro.
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(1) Cuando tienes frenillo, las palabras con R son otro rollo.
Muchos ánimos, cabezón. :-***