Instrucciones a mis hijos (Umbriel, 2018) contiene enseñanzas desde la humildad, la educación, los valores y el amor, para que nunca falten en el corazón de las personas.
Siempre se ha dicho que la poesía es la expresión artística por medio del verso y en ocasiones a través de la prosa y yo añado que la poesía es la única escapatoria posible de un hombre hacia dentro de si mismo.
Magdalena S. Blesa (Puerto Lumbreras, 1970) se define a sí misma como una poeta de aceras y de patios. Sus bellas palabras ya han conquistado a muchos corazones, con poemas que se han hecho virales y que han llegado a millones de personas en todo el mundo, poniendo sus almas en pie . Madre de tres hijos, con este poemario, la poeta murciana pretende dejar un legado a sus hijos para que «se hagan cargo de cada historia que pase por su lado, hagan la vida más fácil a cualquiera y no juzguen por juzgar, sino que se den cuenta de que cada uno venimos de una historia muy particular.
Este libro Nana para dormir a mis abuelos, (Umbriel, 2018) es lo que he podido entender de esta vida en este suspiro que llevo en la tierra, y alguna fórmula para que no haya más guerras que me enseñó mi madre. Es un libro para que , quien reza, rece por todos, no solo por los suyos. Un libro para no olvidar que no hay nadie en este mundo que no merezca una sonrisa.
Este libro es sobre todo una nana a nuestros mayores, porque recorriendo con nuestros dedos los surcos de su cara, llegamos siempre a un lugar seguro.
«Balada a mis padres» (Umbriel, 2019). Nos dice la autora que el amor por sus padres la ha llevado a escribir este libro, que es una balada al infinito. Una forma de decirles, a los que aún los conservan vivos, que no pierdan ni una sola ocasión de estar con ellos, ni de darles todos los abrazos que las que no los tenemos, nos estamos perdiendo.
Son libros muy amenos, te hacen pensar y te remueven tus sentimientos.
«Instrucciones a mi hijos»
Jamás un conato de daros la vuelta
Jamás una huida, por muchos que sean
Jamás ningún miedo, y si acaso os diera,
Jamás os lo noten, que no se den cuenta
Jamás un “me rindo”, si no tenéis fuerzas
Aunque fuese a gatas, llegad a la meta
Que nadie os acuse… ¡miradme a la cara!
Que nadie os acuse de dejar a medias un sueño imposible…
(Si es que los hubiera)
Yo no los conozco,
Y mira que llevo yo sueños a cuestas
Jamás, y os lo digo como una sentencia, ¡miradme a la cara!
Jamás en la vida paséis por el lado de cualquier persona sin una sonrisa
No hay nadie en el mundo que no la merezca
Hacedle la vida más fácil, ¡miradme!
A cada ser vivo que habite la tierra
Jamás se os olvide que en el mundo hay guerra
Por pasar de largo sin gloria ni pena delante de un hombre
Y no preguntarnos qué sueño le inquieta
Qué historia le empuja,
Qué pena lo envuelve,
Qué miedo le para,
Qué madre lo tuvo,
Qué abrazo le falta,
Qué rabia le ronda,
Qué envidia lo apresa…
Jamás, y lo digo faltándome fuerzas,
Si el mundo se para,
Os quedéis sentados viendo la manera de que otro lo empuje
Remangaos el alma,
Sed palanca y rueda,
Tirad de la vida vuestra y de quien sea,
Que os falte camino,
Perded la pelea contra los enanos
No sed los primeros,
Que os ganen los hombres que no tienen piernas
No sabedlo todo,
Dejad que contesten los que menos sepan
Las manos bien grandes,
Las puertas abiertas,
Anchos los abrazos, fuera las fronteras
Hablad un idioma claro, que se entienda
Si estrecháis la mano, hacedlo con fuerza
Mirando a los ojos,
Dejando una huella
Prestad vuestra vida,
Regaladla entera
Que a nadie le falte ni una gota de ella
¡Cantad!
Que cantando la vida es más bella
Y jamás, os hablo desde donde nazca
El último soplo de vida que tenga,
Jamás una huida,
Por muchos que sean…