Igualemente
14.08.2006

Busqué…y esto encontré

por igualemente

He estado mirando cositas por la red, como siempre algo mosca porque no puedo ver vídeos bien (siempre los veo entrecortados, si es que me deja).

En fin, encontré la web InterPeques, un poco complicada, supongo por el formato que tiene y la forma de realizarla que usan. No es que yo entienda mucho, pero si sé que no es rápida ni sensilla para navegar.

Pero tiene bastante material curioso e interesante. Además exponen trabajos de los niños, uno de los que más me ha gustado es este:El caso es que leí este texto. Típico de estos que te manda la gente por mail, algunos lees y otros muchos desechas por defecto. En fin, me apetece compartirlo:

Asamblea en la Carpintería

Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias. El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿La causa? ¡Hacía demasiado ruido! Y, además, se pasaba el tiempo golpeando.
El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo.
Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás.

Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto.
En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente, la tosca madera inicial se convirtió en un lindo mueble.

Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo:
– «Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos».

La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto.
Se sintieron entonces un equipo capaz de producir muebles de calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos.
Ocurre lo mismo con los seres humanos. Observen y lo comprobarán. Cuando en una empresa el personal busca a menudo defectos en los demás, la situación se vuelve tensa y negativa. En cambio, al tratar con sinceridad de percibir los puntos fuertes de los demás, es cuando florecen los mejores logros humanos.

Es fácil encontrar defectos, cualquier tonto puede hacerlo, pero encontrar cualidades, eso es para los espíritus superiores que son capaces de inspirar todos los éxitos humanos.

Pues eso, veamos nuestras virtudes y las de los demás antes que los defectos, por favor.

3

comentarios

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La bambola dice:

Vaya! Bonita metáfora…la verdad es que el texto invita a no ser tan negativo. Le echaré un vistazo a la web de interpeques, a ver qué tal. Por cierto, qué tal por Asturias? Un besito y suerte para tu comienzo de segundo curso como maestra 🙂

Anonymous dice:

Me han encantado el cuento, de verdad. Es una buena escusa para pensar y poner todo en sol fa.Sigue así, deleitándonos con estas cosas tan bonitas.Besitos

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